Friends || Ticci Mask

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Durante los siguientes dos días, el Operador no había dicho ni una palabra sobre el estado en el que se encontraba Rogers ni dado alguna orden al respecto. Así que Ann solo debía seguir haciendo su trabajo de enfermera cuidando del menor, quien aún dormía, estaba agotado desde aquel día y ni siquiera había tenido la mínima fuerza para poder despertar. La preocupación los poseía a todos, incluyendo a Tim.
Pero este último, aún no tenía idea de lo que había sucedido, solo se paseaba por los pasillos en las horas que le mandaba el Operador con el fin de vigilarlos a todos y mantener el orden, al igual que Brian, pero estos se andaban turnando. En esos momentos le tocaba a Tim, andaba en la cocina tomando de agua, y oyó cierto ruido en el piso de arriba por lo que subió a ver que sucedía y Ann parecía haber despertado de su profundo sueño en aquella silla en el pasillo.
Tobías se había despertado y levantado sin siquiera verse las heridas, solo había salido del cuarto a pasos torpes y se desmoronó en el suelo. Así que Tim ayudó a Ann a levantar al castañito y dejarlo en la cama una vez más, colocándole suero de nuevo.

Tobías, tratando de hablar, a pesar de que no doliera su cuerpo estaba afectado igual, preguntó por Brian recibiendo respuestas positivas con que estaba bien. La pelirroja, sostenía la mano del chico asegurándole que todo iba a estar bien y mejorar, pero estaba agotada, ya que pasó las noches en esa silla esperando a que el menor despertara, no lo quería dejar solo en ningún momento aunque debió acceder a la orden que le dio Tim de que se fuera a descansar.
Ese castaño, de olor a cigarros, sabía lo que era bueno para sus compañeros y él se encargaba de mantener el orden en sus alrededores porque era él que más respeto imponía, claro, dejando de lado al Operador. Por eso la mandó a descansar.

Tobías aún tenía su vista borrosa, estaba cansado y a penas podía pronunciar palabras, así que no tenía otra opción que volver a dormir. Sentía un cosquilleo en su cuerpo, aquello lo definía como dolor, así que se daba cuenta que no podía hacer esfuerzos. Era un niño, tenía el aspecto y la presencia de uno. Le gustaba hablar con Tim, pero ese día no lo miró a los ojos, primero porque no los encontraba y segundo tampoco tenía ganas de cruzar miradas.
Había estado peleando bastante con su otra y agresiva personalidad, por lo que al momento seguía algo enfadado.

— No creas que las vendas tapan todas las marcas de los cigarros... Si que te he estado tratando bastante mal estos días. — Suspiró el mayor.

A pesar de no recibir una respuesta, pasó la noche ahí, sosteniendo la mano del menor porque cuando se dormía, comenzaba a tener pesadillas que le subían la fiebre, balbuceaba y el aire llegaba a cortarse pero Tim sabía como controlar esas situaciones. Él no era un bastardo, Masky si.
Y esa razón, tan sólo ver a Tobías tan herido y a los demás alertas por su presencia, comenzó a dejarse los horarios exactos para tomar sus pastillas. Evitaría esos incómodos incidentes y heridas de sus compañeros costara lo que costara, aunque tuviera que encerrarse en el sótano durante días hasta que se le pasara el ataque.

Las alarmas ya estaban puestas para toda la semana. Dirigió su vista al chiquillo que ya andaba balbuceando otra cosa de nuevo, con su fiebre aumentando y le colocó un paño mojado en la frente.

— L...Lyra...

— ¿De nuevo soñando con tu hermana? — Murmuró.