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El tiempo pasa, las estaciones cambian, y todos deben adaptarse a las cosas nuevas que suceden en el entorno debido a que si no fuera así, la sociedad no avanzaría. Por lo tanto, los demás de la cabaña debían adaptarse a convivir con Masky, a recibir golpes e insultos constantemente, incluso llegó hasta casi matar a Jeff, hubiera sido un milagro pero conocía sus límites, así que solo les dejaba suficientemente heridos para que Ann los curara.
Cuando quería hablar recurría ella como una amiga, pero no tenía a nadie, Brian lo había dejado por su cuenta.

Se la pasaba hablándose frente al espejo cuando Ann decía que no estaba de humor para recibirlo, o trataba de recordar la clave de su teléfono. Quería comprarse uno nuevo pero a la vez prefería quedarse con el viejo, podían pedirle a Ben que lo desbloqueara pero quien sabe que había allí dentro que el enano podría llegar a ver.
Tim no había vuelto. A pesar de haber pasado unos cuatro años de lo sucedido, ni una vez se había presentado, los demás seguían con la culpa encima. Masky muchas veces deseaba cometer suicidio pero no podía. Era solo adaptarse a la vida de mierda que tenían.

En ese entonces, ya nadie hablaba de Tobías pero ese día, Bloody Painter, había llegado pateando la puerta, él no vivía allí, solo se aparecía de vez en cuando y tenía bastante rivalidad con algunos de allí dentro pero en ese momento no le importaba nada.
Y Painter sabía mejor que nadie que en esos momentos el Operador no estaba, por eso gritó a todo volumen de que todos bajaran a la sala.
El pintor era callado, y nunca elevaba su voz para nada, si discutía con alguien era capaz de dejarlo sin sangre y luego la usaba de pintura. Por eso le hicieron caso a penas este se había aparecido.

— Esto va a sonar extraño. ¡Demasiado! — Exclamó —. Pero hace a penas unos días comencé a recibir mensajes a mi celular por parte de un número desconocido.

— ¿Bloody tiene teléfono? — Preguntó Natalie casi en voz alta s Brian que andaba a su lado.

— Si, si tengo, ahora dejame continuar. — Bufó el chico —. Es Tobías, ese número desconocido es él.

Obviamente todos pidieron pruebas y el pelinegro pasó enseguida su teléfono, para que todos vieran que era él porque había mandado hasta fotos para confirmar que era él.
Se había comunicado con Painter nada más, y todos quedaron atónitos, en ese entonces, Masky soltó un bufido al aire dando a entender que eso le estaba irritando.
"Esta vivo. ¿Qué harán al respecto?" habló molesto.
Tenía razón, estaba vivo, de que servía si es que prácticamente no podrían salir de ir a verlo, había muchas cosas en medio, como el porqué de que no les habló antes o razones más desesperantes que esa. ¡¿Qué pasaba si el Operador se enteraba de que ellos ya sabían que Tobías aún vivía?!

— Acepten y dejen de lado este tema, han vivido años con su ausencia. ¿Por qué les preocuparía ahora teniendo en cuenta qué está vivo y bien? — Habló con un tono algo agresivo.

Ahí todos comprendieron algo, que antes no habían logrado. Tanto Tim como Masky necesitaban de Tobías para alegrar su miserable existencia pero el de la máscara sabía que si aquel pequeño y juguetón castaño volvía, estaría despertando confundido sin saber que pasa una vez más. Estaría detrás de aquella risa todos los días como un animal que volvió a encontrar a su dueño, todo tomaría color, perdería seriedad, los momentos serían menos tristes con su apoyo.
Él quería eso, pero sabía cuales eran sus obligaciones.

Así que Helen, solo suspiró con bastante pesar y asintió para si mismo apretando aquel celular en contra de su pecho. Brian lo quería detener pero había soñado tantas veces con el regreso de Tobías que ya no sabía distinguir si era real o solo soñaba una vez más.

Friends || Ticci MaskDonde viven las historias. Descúbrelo ahora