Capítulo 5

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Joseph

Cuando nos juntan en la sala de juicios orales el ambiente pasa a ser tenso de un momento a otro. Susan sigue en la comisaria, aun no realizan las pruebas necesarias para saber si alcanza una fianza o no. Miro hacia atrás y la veo llegar, Amber, mi dulce, dulce Amber, la veo caminar con dificultad, supongo que es por la herida que le ha hecho la loca de Susan. Los abogados están presentes, todos permanecemos de pie, Daina mi mira pero luego esquiva la mirada. Si no fuera su amiga y existiera una posibilidad quizá incluso ella sería buena para este juego.

— Tomen asiento – dice el Juez. – Doy por iniciado el juicio de la Señorita Jinks y el profesor Bennett a las 10:30 hrs del día 18 de Enero 2019.

— Señorita Jinks, pase al estrado. – ordena la abogada, en verdad es un dolor de cabeza esta mujer. Amber camina un poco lento pero parece segura en todo momento. – Por medio de investigaciones, nos enteramos que usted y su compañera de cuarto tuvieron un atentado el fin de semana pasado ¿Sabe la razón?

— No – contesta, sigue sin mirarme, solo ve directamente a la abogada.

— Bien, sus vecinos alegaron que una mujer de aproximadamente 40 años fue quien comenzó a disparar a su domicilio con diferentes armas ¿Es eso cierto?

— Si – responde, parece que no tiene ganas de pelear.

— ¿Algún familiar sabe de lo ocurrido? – pregunta la abogada, Amber luce un poco nerviosa y niega con la cabeza.

— Señoría, la sesión es para solucionar un problema y la abogada se está yendo por la tangente. – dice la abogada de Amber, el otro abogado, solo mira unas anotaciones y es quien asesora a la abogada, quizá es una pasante, pero hace bien su trabajo.

— Tengo un punto. – dice la abogada.

— Pues vaya a él. – responde el juez.

— Después de ese ataque sus vecinos quedaron muy preocupados...

— Señoría. – dice la abogada de Amber.

— Abogada, si no va a decir nada relevante, pasemos a más información. – le llama la atención a la abogada que lleva el caso por parte de la universidad, aunque realmente dudo que sea así.

— Bien, omitiendo información, al día siguiente una agencia de construcción se presentó a su domicilio, reparando todos los daños ocasionados. – Mierda, Amber parece acorralada, mira a Daina y luego al público. – ¿Es correcto?

— Si – responde ella.

— ¿Sabe usted de dónde vino el gesto de caridad? – pregunta y Amber niega. – Bueno el patrocinador de eso fue nada más y nada menos que el profesor Bennett. – la gente solo habla, Amber me mira molesta, yo me acomodo los pantalones. – Si ustedes dicen ser inocentes, no veo ¿Por qué la preocupación de querer reparar su domicilio?

— Porque su esposa causo los daños. – responde finalmente. – Es lo menos que podía hacer, mi amiga y yo corrimos peligro, esa señora me disparo. – se levanta y muestra la herida que tiene a un costado del abdomen.

— Señorita – dice el Juez. Amber se cubre la herida y se sienta.

— ¿Por qué la señora debía atacarla? – pregunta.

— Quizá porque están creando falsas acusaciones y sobre todo generan intrigas ¿Sabe cuántas personas por la universidad hablan de mí? Personas que ni siquiera conozco y todo gracias a usted y sus estupideces. – responde muy molesta.

— Señorita Jinks.

— Es la verdad señoría. ¿Por qué no se dejan de tonterías? Es evidente que no existe nada entre nosotros, ¿Quién se supone que nos acusa y porque? ¿Se han puesto a pensar si esa persona tiene información certera? De todas las veces que hemos venido solo son preguntas sin sentido y falsas especulaciones. – la abogada de Amber se mueve nerviosa y la mira para que se tranquilice, Amber toma aire y vuelve a sentarse.

EL PLACER DE LA TENTACIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora