Warm girl | Ferriswheelshipping

Warm girl

Warm girl.
Ferriswheelshipping.
OoC.
Capítulo único.

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Ghechis le había educado casi toda su vida para ser un rey. Salvar los pokémon de sus entrenadores ambiciosos y liderar Unova siendo un héroe donde sería reconocido como rey. Se hacía llamar su padre, le dió un apellido, pero no recordaba haber tenido contacto fraternal con él como veía hacerlo a los niños con sus padres que veía cuando salía a pasear.

N se llegó a preguntar más de alguna vez qué tenía de especial un abrazo. Él abrazaba a sus amigos pokémon y aunque era reconfortante oírlos tan agradecidos no encontró en sí lo especial de dicho acto.

No lo encontró hasta que ella le abrazó.

Al principio lo que sintió fue mera sorpresa, no esperó que lo hiciera, Touko podría decir que sólo era un abrazo y ya pero para el chico se trataba de un experiencia única. No conocía mucho acerca del contacto físico entre personas, pero vaya, tenía que admitir que esa chica era muy cálida.

—¿Y bien? ¿Qué te parece? —una sonrisa acompaña la pregunta de Touko, ella sabe sobre las preguntas que se ha formulado el contrario, más de alguna vez se lo ha comentado cuando están en la noria, así que para responder su pregunta es mejor que lo experimente.

El chico no responde, solo se limita a corresponder el abrazo y siendo mucho más alto que la chica deja que su rostro se enconda en su cabeza, agradece internamente que Touko no lleva puesto su gorra, así puede sentir el suave cabello color chocolate de la chica acariciar su nariz con ese aroma que le hace justicia al shampoo que utiliza.

—Eres muy cálida —N decide responder al rato. Ambos siguen abrazados, el Zoroark de N ladea la cabeza al ver a su entrenador tan cómodo con la cercanía de la chica.

—Bueno supongo que esa es una de las cosas que hacen especiales a los abrazos humanos —ella se separa y le sonríe, N siente todavía la calidez de la contraria sobre su cuerpo. Touko mira como N se queda en silencio durante varios segundos— ¿Qué pasa ahora?

Él niega con la cabeza. Se queda un rato más en silencio y al final su boca se abre para soltar lo que tanto estuvo meditando si decir o no.

—Yo... ¿podemos volver a hacerlo? —a la vista de la menor se ve tan adorable cuando lo pregunta que no puede negarse.

Sonríe y abre sus brazos de par en par para que el chico pueda refugiarse en ellos, en los brazos de una cálida chica.