El dolor de cabeza no la dejaba dormir, y las pastillas que había tomado hace unas horas apenas le había hecho efecto.
La pasada noche había pasado sin mayor transcendencia y lo agradecía. Ni comparado con los problemas que tuvo con el gilipollas que se creía fotógrafo, aquel de unas noches atrás, pensaba que tendría mayor repercusión pero hasta el momento ni su representante ni alguien de la compañía, para la cual trabajaba, la habían llamado ni citado a alguna reunión, por lo que supuso que al fin de cuentas aquel incidente no había causado mayores problemas.
Los insistentes golpes en su puerta la obligaron a levantarse, no tenía intensión de atender a nadie, y menos con el mal de cuerpo que tenía, pero sentía que le explotaría la cabeza con el sonido de los golpes.
Arrastrando sus pies llego a su destino, para encontrarse de cara con su representante que la miraba entre preocupado y ansioso.
-hola pequeña, al fin decides abrir, llevo aquí al menos unos 15 minutos-
-será porque no quería abrir, no tengo animo de visitas- dio media vuelta sin esperar una respuesta y entro nuevamente a su departamento.
-pues yo no soy una visita como cualquier otra, ya deberías saberlo, al fin de cuentas soy la persona que más se preocupa por ti y que te cuida, además de buscarte trabajo, claro está- su representante la siguió al interior, caminando lentamente tras su espalda.
-no es necesario que me lo saques en cara tío- se dirigió a la cocina a preparar un poco de té, a ver si la ayudaba con el malestar.- pero bueno, ¿a que se debe tu visita? no creo que solamente vinieras por venir- elevo su voz para que la escuchara desde la sala de estar.
-pues en primer lugar quería saber cómo estas, y en segundo lugar necesito hablar cosas importantes contigo...respecto al trabajo- el tono de su voz la preocupo, regularmente su representante siempre mantenía una sonrisa en su rostro y nunca le daba problemas, al contrario, se los solucionaba.
Los minutos pasaron y ninguno de los dos dijo algo más, termino de preparar la taza de té para ella y otra de café para su representante.
-toma- le entrego el bebestible y se sentó frente a el- pues dime, te escucho- lo vio beber antes de dejar la taza en la mesa de centro. Sus ojos se encontraron y algo recorrió su cuerpo, una sensación desconocida hasta ese momento, algo debía pasar y no sabía si estaba preparada del todo para escucharlo.
-seré lo más sincero contigo, nunca me ha gustado tener secretos entre los dos...- asintió esperando a que continuase- esta semana me llamaron de "Akastars" para una reunión de urgencia, y en un principio pensé que era lo mismo de siempre, un pequeño problema con los medios y que lo arreglaríamos ahí pero esta vez fue diferente...- en su mente trato de procesar las palabras tratando de encontrar algo bueno pero sus esperanzas cada vez eran más reducidas- Don Bernard hablo directo y fuerte, no permitirían que siguieras con este estilo de vida, a ver que yo entiendo lo difícil que es ser una estrella joven y que tu único pasatiempo sea salir de fiestas pero ¿pegarle a un fan?, esta ha sido la gota que rebasó el vaso, y me lo hicieron saber.
-pero yo no golpee a ningún fan! Era un puto gilipollas que solo quería sacarme fotos para vender...- no alcanzo a terminar de explicarse cuando su voz se quebró. Después de tantos años en esta industria, sentía que todo se desvanecía entre sus manos, y lo peor de todo que siempre la culpable era ella, a la que señalaban con el dedo como la estrella conflictiva era a ella, cuando la verdad era completamente lo contrario.
-tranquila pequeña... yo te creo, pero esta persona se hizo pasar por fan y dejo una muy mala imagen de ti, las acciones de la empresa bajaron y tú sabes cómo es el negocio- su representante se acercó sentándose a su lado y tomando una de sus manos entre las de él, tratando de darle un poco de apoyo.
-no me lo puedo creer, ¿qué haré ahora?- agacho su rostro, en su mente buscaba soluciones pero nada, no aparecía nada que pudiera ayudarla, estaba en blanco.
-hey...hey...sabes que me tienes a mi ¿verdad?, no te dejare sola en esto, y aunque me tomo un par de días, creo haber encontrado una luz en el fondo del túnel- levanto su rostro y lo quedo mirando, una sonrisa iluminaba el rostro de su representante mientras que ella aun no sabía cómo reaccionar- tire de unos contactos y bingo, un antiguo director que me debía unos favores accedió a hacer una prueba para su próxima película- se lanzó sobre su representante abrazándole y dándole las gracias, al menos tenía una nueva oportunidad de solucionar sus problemas- vale, vale... no sé muy bien de qué va la película pero algo de demonios y ángeles, y estoy seguro que podrás quedar. Además con esto, ya he hablado con Don Bernard y ha decidido darte una nueva oportunidad, si todo sale bien... pero será la última, que quede claro.
-ni que lo digas, estoy dispuesta a hacerme monja si es necesario- se levantó dando saltitos en el aire y agradeciendo internamente a todo ser divino del más allá.
-no exageres que tu sin tu cerveza diaria no eres persona- le bromeo su representante antes de pararse y buscar entre sus cosas un pequeño libreto que le extendió para que lo tomara. Irene sabía que debía dedicarle todo su tiempo a practicar y leer el guion hasta aprendérselo al derecho y al revés.
-gracias, no me alcanzara la vida para agradecerte todo lo que has hecho por mí, jo.
-no hay nada que agradecer, te prometí que te cuidaría y que estaría a tu lado para siempre, y eso es lo que haré... ahora me iré y te dejare estudiando, la prueba es pasado mañana.
-¿pasado mañana? Pero apenas tendré tiempo- el agobio volvía nuevamente, era muy poco tiempo para poder hacerlo a la perfección, necesitaba al menos unas semanas para tener el papel en un nivel básico, pero dos días nunca serían suficiente.
-tranquila, confió en ti y que ante todo eres una actriz innata y que puedes con esto y mucho más- su representante la abrazo para luego depositar un sonoro beso en su mejilla y salir con sus cosas por la puerta principal, dejándola sola con un nuevo desafío entre sus manos, un desafío que definiría su carrera.
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LOST IN PARADISE
FanfictionUn reencuentro inesperado, historias pasadas y primeros amores. Tamara e Irene nunca imaginaron lo que el destino les tenía preparado.