CAPITULO VI

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-¿es joda?- se levantó del sillón sorprendida por la noticia que su padre le acababa de dar. Ni en sus pensamientos más locos se lo hubiera imaginado.

-que no, que me llamaron en la mañana y bueno no he dado una respuesta porque primero quería hablarlo con vos- la sonrisa de su padre se le contagio. Quería abrazarlo y no soltarlo nunca más.

-¿Cómo que no respondiste? Pero si esto hasta parece un sueño, no hay nada que pensar-

-entonces agendare una reunión para llegar a un acuerdo.

-es que no puedo creerlo... una película, yo actuando en una película. Es que flipo-

-pues me alegro que te motive la idea, llevabas unos días bastante desanimada.- miro a su padre buscando algún signo de reproche pero no lo hallo, solo vio en su mirada comprensión y preocupación.

-la verdad es que si pero ya estoy mejor y sobre todo con este nuevo proyecto... creo que es la señal que estaba esperando para dirigir mi camino.

-entonces no perderé más tiempo y llamare para darles la respuesta.- se acercó y envolvió la cintura de su padre con sus brazos y en respuesta recibió un sonoro beso en su cabeza. Eran esos momentos que la mantenían estable, el cariño y apoyo de su padre y lo incondicional que era su amigo Chesko.

-yo llamare a chesko para darle la noticia.

 

Se dirigió a su habitación, en cuanto cerro su puerta no pudo evitarlo, comenzó a dar pequeños saltos y pegar puñetazos al aire de la felicidad, hace mucho tiempo que no se sentía así, llena de alegría y que su vida podría volver a tener algo de sentido.

 

Estaba ilusionada y eso que ni siquiera sabía nada respecto a la película, podría ser la peor película de la historia cinematográfica pero poco le importaba, ya el solo hecho de que la quieran y que uno de los personajes estuviera inspirada en ella, como Rizha, era lo más, ni siquiera podía contener la emoción que aquello provocaba en su mente y en su cuerpo.

 

La noche anterior apenas pudo pegar un ojo, y las bolsas negras que se hallaban debajo de sus ojos se lo recordaban a cada segundo que miraba su rostro en el espejo, pero la emoción y la ansiedad no la dejaban estar tranquila.

Ya había pasado casi una semana desde que su padre le había dado la noticia, y hoy era el gran día. Faltaba un poco más de una hora para la reunión, y como siempre aún no estaba lista para salir. 

Se dio una ducha rápida para terminar de despertar, y se puso su camisa favorita, unos jeans y zapatillas, nada formal, simplemente prefería ir cómoda, además de que el tiempo estaba en su contra.

-Tamy, vamos que llegamos tarde- escucho la voz de su padre al otro lado de la puerta.

-ya salgo.- agarro una chaqueta y su riñonera con sus cosas saliendo de su habitación.

El viaje en auto se le hizo más largo de lo que esperaba, las ansias y los nervios no la dejaban tranquila, solo quería llegar lo antes posible para conocer al Director y ver de qué se trataba todo el asunto.

Al llegar al lugar de encuentro agradeció la tranquilidad que emanaba aquella cafetería. Era pequeña a comparación a las que acostumbraba a frecuentar, apenas contaba con un par de mesas en la terraza donde se les veía a un par de personas disfrutar de sus comidas ajenas a lo que pasaba a su alrededor, mientras que los ventanales que dejaban entre ver el interior mostraba un lugar más solitario, en el fondo agradecía la soledad que se mostraba a aquella hora del día, le daba un poco más de paz y calma a la hora de tener una reunión tan importante.

LOST IN PARADISEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora