consequences-(CAMREN-C&Tú )

🌗||21||🌗

No sé qué me da cuando la veo.
Cada día me siento más vulnerable a mis propios sentimientos.

Es como estar en una caja de cristal y no poder salir de allí.

Me encantaría que las cosas fueran como antes.

Me encantaría estar hoy más que nunca a su lado.

Me encantaría ser YO su vicio.

Me encantaría que me besara.

Me encantaría que aún nos pudiéramos sentar a platicar en nuestra banca.

Pero... Lamentablemente no puedo. No podemos.

El "nosotras" es algo ¿imposible? ¿posible? ¿algo que no está en su mente?.

No sé muy bien lo que es.
De hecho dudo que aún exista un "NOSOTRAS". 

Siento miedo. Mi ansiedad vuelve para mantenerme encerrada en mi agobio.

Pero estas ganas de amarla no se reprimen, y siento dolor en el pecho.

No sé porqué hizo esto... No pensé que sabía que estaría allí con Tegan, pero tampoco pensé qué podría estar buscando ella.

Quizás fue casualidad. Pero no... No puede ser.

Medio mundo sabe que Lauren hace todo lo posible por conseguir lo que se propone, y estoy muy segura de que esta no sería su excepción.

Ahora, lo más loco, es poder (y deber) admitir, que cuando me miró, y me sonrió, sentí que me paralizaba, y que a la vez algo en mí estallaba por dentro, revolucionaba mis emociones y de eso no cabían dudas.

Necesitaba un momento a solas y un par de explicaciones hacia ella, pero sentía que también se las debía a Tegan.  La pobre estaba involucrada en este tema, y supongo que debe ser raro de la noche a la mañana ver como dos personas que prácticamente no tienen relación, en una situación medio amorosa, medio amistosa.

Necesito aclarar. Sí, A-CLA-RAR.

Quizá yo haya creído que a Tegan le molestó la presencia de Lauren, pero tal vez, su reacción fue debido a que ella también es su ídola... No nos olvidemos de que es harmonizer.

Ya sé qué es lo que voy a hacer, pero siento que no estoy segura de qué va a pasar.

[... ]

—Gracias Elbert, luego te llamo para que me recojas—avisé a mi chófer.

Bajé del auto para dirigirme hacia la casa de Lauren. Llegué a la puerta y toqué esperando a ser atendida.

La puerta se abrió al instante, dejando ver a una Lauren recién levantada.

—Oh, hola Camz. ¿Cómo estás?

Sonrió como sólo ella sabe hacerlo.

—Muy bien, gracias—respondí

—Adelante, pasa—hizo un ademán con sus manos, indicándome que me adentrara en su hogar. —Sientate, es como si fuera tu casa—dijo amablemente.

Me senté en uno de los sofás blancos de la sala de estar, y esperé a que regresara Lauren, ya que se había ido a la cocina por no sé qué.

Observé el lugar. La casa me traía recuerdos, la mayoría lindos, agradables. Estar con Lauren siempre había sido de lo mejor, fue una gran persona y ocupó un gran lugar tanto en mi vida, como en mi corazón.

Ya que ella se tardaba, me paré y comencé a analizar la sala. Miraba cada cosa, no se me escapaba ni un solo detalle.Llegando a un esquinero, había un escritorio, donde estaba la computadora y unos cuadros. Me acerqué para mirar las fotos de polaroid que estaban allí arriba. Al tenerlas en mis manos, un escalofrío me recorrió el cuerpo. Eran fotos de nosotras en etapa de noviazgo. Y lo peor: aún recuerdo cómo, cuándo y dónde fueron esas imágenes.

En una de las fotos, estábamos Lauren y yo, en la arena tomando un mojito.
En otra, ella y yo en una fiesta.
Otra, besándonos.
Otra, sonriéndonos.
Y la última... Una foto nuestra en la banca... Bueno, ya saben la historia.

Me quedé algo pensativa, y esos pensamientos me adelantaron el reloj.

Lauren ya estaba en la sala con una bandeja de desayuno, la cual contenía tostadas con mermelada o nutella, dos jugos de naranja, dos café, un que otro panqué y dos manzanas, una roja y una verde.

Típico desayuno de las camren.

Ella se quedó parada en el umbral, aún con bandeja en mano, visualizando la situación, mientras que yo... Yo no podía reaccionar coherentemente.

—Y-yo, estaba viendo e-el lugar —tartamudeé

Sonrió de lado.

—Me parece perfecto. Como dije: mi casa, tu casa—respondió sonriente

Se acercó a la mesa ratona, apoyó el desayuno en la misma, y se sentó en el sillón esperando a que yo haga lo mismo.

Obviamente imité su acción de sentarme en el sofá, y comenzamos a comer lo que ella había preparado.

Se me hizo algo sorpresivo que hubiese hecho como si nada hubiera pasado.

Digo, es raro estar apreciando esas fotografías, sabiendo la historia, el pasado, y bueno... Sabiendo todo lo que viene tras ello.

En fin, el silencio era prácticamente ruidoso con el ambiente que se había creado.

Por suerte, y Lauren sacó tema... Lástima que no era el adecuado.

—Recuerdas todo, ¿verdad?—Se recargó en sus codos.

—La pregunta correcta sería : ¿olvidaste algo?

—Pues, entonces... Si me la estás haciendo a mí, la respuesta sería : Sí, se me olvidó amarte, valorarte y cuidarte como te lo prometí, como te lo merecías... También se me olvidó ir a buscarte ni bien te fuiste pero—la interrumpí

—Tendrás que no haber olvidado dejarme ir—dije dolida

Su cara tornó a seria, más bien melancólica.

—No deberías decirme eso, ya lo sé. Sé que fui una estúpida en dejarte ir, y aún lo sigo siendo dejándote sin escapatorias. Quizá estés ya con alguien más y yo aquí... Intentándolo todo, haciendo lo posible y hasta lo imposible también.

Me sentía mal, pero a la vez no.

—Si le llamas "posible" e "imposible" al destruir o entrometerte en mi salida, o en mi momento con Tegan, pues entonces no has hecho nada.

Me miró de mala gana.

—Así que... ¿ Tegan?.  Oh, ya veremos. Y, cariño, yo te amo demasiado y me enferma perderte... No sabes lo que se siente.

Me dolia en el alma que me esté diciendo esto... Pasé por muchas y no la dejaría pasar.

—Y si te enferma perderme... ¿porqué me alejas?.  Y si me amas demasiado... ¿porqué haces todo para que te odie?.  No, ¿sabes? No sé lo que se siente, en verdad que no sé lo que se siente hacerle sentir a otra persona que es una mierda, y ni valor que tiene. Que ya no tiene más opción que irse y dejar todo atrás. Yo no sé qué se siente ser como tú, una bipolar, que según ella ama... Pero bruscamente diría yo. ¿Sabes? Yo no sabré qué se siente jugar con otro, porque siempre fui el juguete... Pero perfecto, si tú sientes eso, está bien, no te juzgo. Nadie elige qué sentir, pero sí cómo actuar. —dije llena de dolor.

Sus ojos verdes se cristalizaron, y pude notar cómo tensaba su mandíbula. Sabía que yo conocía su lado débil, y en este momento no puede ocultar sus emociones, sus ojos la delatan, su mirada la entrega.

—Está bien, no diré nada. Sólo... Vete, ¿sí?.

Miró hacia otro lado, e ignoró completamente mis movimientos. Yo, por mi lado, me fui, y al salir de aquella casa llamé a Elbert para que me venga a buscar y así ir donde Tegan.

𝓒𝓸𝓷𝓼𝓮𝓺𝓾𝓮𝓷𝓬𝓮𝓼