Chen es un chico normal de 19 años, que por razones de la vida, debe mudarse a la casa de su fallecido padre.
En este lugar toda su vida se dará vuelta, todo lo que él pensaba y creía cambiará... Pero estos cambios, ¿Le harán bien a su vida y a la d...
¡Volví después de un tiempo! Les recomiendo leer los capítulos anteriores, cambié algunas partes y así les ayudará a refrescar la memoria (si lo están leyendo cuando lo publiqué, claro está)
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-Despertaste -dijo alguien abriendo la puerta, haciendo que Lay se lance contra mí, intentando protegerme- Tranquilo, no les haré nada, no vengo para eso. Tenemos que actuar rápido, no falta mucho para que el jefe vuelva a hablar con ustedes, necesito que tomes estas pastillas -murmuró el encapuchado, acercándose a nosotros, y fue ahí cuando reconocí su voz, era el mismo hombre que nos llevó la comida.
-No dejaré que le hagan más cosas -el menor habló enojado, empujando al hombre frente a él- No tomará nada que le den. Vete.
-Tranquilo, Lay -capté la atención de ambos; no sé porqué, pero algo me dice que este tipo no es como los otros- Dame las pastillas, ¿Para que son? -pregunté al recibir lo nombrado anteriormente.
-Para que no se te infecten las heridas, y evitar algo de dolor -respondió el hombre- No digas que te di esto, es más, yo nunca estuve aquí.
Dicho esto se fue rápidamente, dejándonos solos. Estaba por tomar las pastillas cuando Lay tomó mi brazo, evitando mi acción.
-¿Confiaras en ese tipo? -murmuró con miedo, a lo que yo solo asentí. Este, dudoso, soltó mi brazo y me dejó terminar lo que empecé.
-Algo me dice que no metía -justifiqué luego de tomar las dos pastillas- Pero más importante, ¿Cómo estas tú? ¿Te hizo algo ese tipo?
-No, estoy bien -comenzó a llorar- Tú eres el único lastimado, ¿Por qué hiciste eso? Yo iba a ser el...
-No me arrepiento -tomé su rostro entre mis manos- No me permitiría que algo te pase. Eso sería peor que lo que me pasó, eres lo más importante en mi vida- ¿Lo recuerdas? Dije que iba a protegerte de todo, no me importa nada más; te amo y quiero que estés bien; suficiente tortura es que tengas que estar aquí también.
Antes de poder decir otra cosa, la puerta volvió a abrirse, como dijo el tipo anterior, llegaron a buscarnos dos tipos enormes, los que nos arrastraron nuevamente a la enorme sala.
-Bienvenidos, veo que ya despertaste -dijo el hombre en la TV- Para que vean que no soy un tipo malo, hoy haremos un nuevo juego; será muy divertido ¿Ustedes son novios, no? -rió- Par de putos.
-Da la cara, hijo de puta -me solté del agarre del hombre, quien no impuso ninguna fuerza para evitarlo- Deja que ellos se vayan, no tienen nada que ver contigo.
-¿No? Si que tienen que ver, son tus seres queridos, y tú eres el que quiere a tu padre, ¿O me equivoco? Rissi; si, como me divertí con él. Fue como tú, estúpido, se dejaba llevar por las emociones, y por la chica que lo acompañaba ¿Brenda? Ya no la recuerdo, fue muy débil y aburrida. Espero que no me desilusiones igual que ella, Lay -dicho esto, comenzó a reír, como si recordara algo que pasó antes.
