Cap 30: "Libertad"

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-Vamos -ordenó el padre de Adam, dándonos ropa negra, igual a la que usan ellos- No tenemos mucho tiempo, debemos actuar rápido. Mi hijo ya fue por el resto, espero que confíen en que es para ayudarlos.

-Le agradezco mucho -murmuré, y luego miré a Akay, aún no hemos tenido tiempo para hablar, pero a partir de hoy, seremos libres. Una vez que nos terminamos de vestir, salimos de la habitación, haciendo el menor ruido posible.

Seguimos a el padre de Adam, quien nos llevo al punto de encuentro, donde supuestamente tendría que llegar Lay, Kim y Adam. Pasó tan solo un minuto desde que llegamos, y ya me sentía nervioso de que no confiaran en Adam, no tuve tiempo de hablar de esto con ninguno de los dos, por lo que les parecerá algo raro que lleguen y les digan que nos van a ayudar a salir.

Poco tiempo después, aproximadamente un minuto más, mis nervios se transformaron en felicidad y esperanza, Adam llegó con los otros dos chicos, ninguno dijo nada, pero sé que todos estamos esperanzados.

Comenzamos a seguir al hombre más grande, y Adam iba detrás de nosotros, para evitar que nos separemos. Como si de una película se tratase, pudimos salir fácilmente, después de escabullirnos por aproximadamente 20 minutos.

-Ahora corran, rápido -habló Adam, recibiendo la ropa que nos sacamos (ya que las tomaron de otros «empleados», y deben devolverlas para evitar sospechas)- Ustedes no me vieron, yo no los vi, ¿Okey?

-Okey, te estaré siempre agradecido, Adam -estreché su mano, y miré a Lay, aunque no haya olvidado que Adam no lo defendió de los ataques que antes recibía, pero tampoco le causó ningún mal; e incluso ahora, nos ayudo a liberarnos de esta tortura- Ustedes también deberían intentar alejarse de este tipo -agregué seriamente preocupado, podrían atacarlos cuando sepan que nos fuimos, aunque espero que eso no pase.

-Tranquilo, eso lo tengo resuelto -dijo el más grande, dedicándonos una última sonrisa, antes de que ambos volvieran adentro.

Los cuatro, salíamos corriendo; lógicamente no podíamos volver a nuestras casas, por lo que nos dirigimos al hotel en el que pasé una noche con Lay, cuando le dije que lo amaba.

-¿Chen? -escuché que decían una vez que entramos al hotel, era Emmanuel, mi amigo- ¿Estas bien? Todos están, se ven mal, sin ofender -habló nervioso, mirándonos de arriba a abajo.

-Emma, necesitamos una habitación, y que no le digas a nadie que estamos aquí -pedí, aunque sé que no es posible entrar a una habitación sin dar mis datos, no pierdo nada por intentarlo.

-No puedo hacer eso -suspiró triste, pero su cara cambio segundos después- ¡Oh! Pueden quedarse en mi habitación, es una pequeña, de empleado, pero podemos entrar los cinco, y así no tendrán que anotarse ni pagar. Vengan conmigo.

-Gracias, igual te pagaré, no puedo abusarme de que seas tan bueno -dije mientras lo seguíamos, provocando que este riera.

-Has cambiado Chen -dijo una vez que todos entraron a la habitación, y solo quedábamos él y yo en la puerta- Pero no de mala manera, no te preocupes. Estoy feliz de ver que tienes más amigos; el día que te vi, te veías feliz, como no te veía hace mucho. Y ahora me pagarás, ¿Desde cuando tan generoso?

-Siempre he sido generoso -hice puchero, viéndolo reír- Tú también has cambiado, se ve que es un cambio con la edad.

-Posiblemente, o que ya no estamos en cosas tan estúpidas, como alcohol, cigarros, y todo eso -rascó su nuca, y yo asentí.

-Puede ser un factor también -respondí, mirando la habitación en la que entraron los chicos- Tengo que entrar y hablar algo con ellos; Pasamos por algo bastante difícil, perdona que te deje luego de usurpar tu habitación -murmuré.

-Esta bien, los dejo -me apretó el hombro- Espero que todo lo malo se solucione, te mereces buenas cosas. Lo más probable es que no utilice la habitación hoy, me toca atender hasta la mañana. Así que, descansen bien. Si necesitas algo, puedes llamarme, se los traeré lo más rápido que pueda. Y no creas que me voy a olvidar, luego debes contarme que pasó.

-Claro que te contaré -le sonreí- Aunque no son cosas que estarás contento de escuchar. Y gracias por todo esto, te debo una.

-Me debes mil ya -sonrió- Adiós, tengo que trabajar -me saludó con la mano, caminando de vuelta a la entrada del hotel.

Entré a la habitación, todos están sentados, nadie se habla. Cada uno esta hundido en sus pensamientos, aunque es lógico, hay muchas cosas que entender.

-Chicos -susurré captando la atención de los tres- Perdón; yo los traje a esto, es mi culpa por investigar cosas de mi padre. Yo no quería que esto pasará, solo quería el bien de ustedes, se los juro.

Antes de que pueda seguir hablando, un abrazo detiene lo que decía, ¿Kim me abrazó? Los otros dos también se quedaron sorprendidos con esto, pero poco tiempo después, se levantaron y también me abrazaron. Las lágrimas no tardaron en salir de los ojos de los cuatro, los cuatro la pasamos mal, y recién ahora, podemos ser libres.

-No te culpes -rompió el silencio Kim- Eres mi amigo, no te tendría rencor por algo que tú no provocaste; aquí solo somos las victimas, no te culpes.

-Gracias... -susurré, largando un leve suspiro, no sé que hice para merecer tanta bondad de parte de ellos- Pero si yo no hubiera investigado, si hubiera mantenido todo como estaba.

-No hubieses descubierto la verdad -interrumpió Lay- Seguirías pensando que tu padre los abandonó por una amante, no por el bienestar de tu familia.

-Si no fuera por tu investigación, no perdonarías a tu padre, te guiarías solo por el odio y rencor que le tenías -esta vez fue Akay- La familia es muy importante; y ahora sabes que para tu padre también lo era, él los amaba. Más que así mismo.

Poco después deshicimos el abrazo, cada uno se sentó en una parte de la cama, y hablamos de recuerdos felices. Pero no podíamos ignorar el tema importante por mucho tiempo, aunque me duela volver a estos recuerdos, debemos planear que hacer.

-Chicos, sobre hoy. Escapamos de un lugar muy peligroso, pero aún así, esto no ha terminado. Estoy casi seguro de que nos buscarán, pudiendo afectar a nuestras familias; así que debemos planear algo, para mantenernos todos a salvo o al menos, que ustedes y sus familias puedan estar bien.

-Yo tengo un plan, pero puede no resultar muy bien -dijo Lay, captando la atención de todos.


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