Cap 25: "Pesadilla"

26 5 0
                                    

Abrí los ojos, un nuevo día comenzó, al menos eso creo, ya que en este lugar, no entra ni un poco de luz.

La puerta se abre, interrumpiendo mis pensamientos, y junto a esto, despertando al chico que dormía frente a mí.

-Hola, ustedes deben ser los nuevos inquilinos -entró un hombre con la cara cubierta, acercándose lentamente con dos bandejas en sus manos- No se sientan incómodos, nos veremos por mucho tiempo, seremos como una nueva familia -dejó la comida en el piso, frente a mí- Tú, niño bonito, ven y come con tú amigo -señaló a Akay, quien después de unos segundos reaccionó, acercándose lentamente, sentándose junto a mí.

El silencio volvió a rondar la habitación, el sujeto nos observaba, sus ojos se veían detrás de su máscara, puedo notar como nos mira de arriba a abajo, después para volver a hablar.

-Ustedes son apenas niños -habló casi en susurro, si no fuera por el silencio total, no lo abría escuchado- Bueno, volveré a la hora del almuerzo, les deseo suerte y que no compartan el mismo final que los anteriores "inquilinos".

Dicho esto, se fue, aunque sus palabras rondaban mi cabeza y estoy seguro, que la de Akay también. Nuestras miradas se juntaron, ambas llenas de terror, ¿Qué pasará con nosotros? ¿Podremos salir vivos de aquí? ¿Por que debía involucrarme en asuntos de mi padre? Ahora estoy aquí, dañando a mis amigos y mi pareja, sin contar a mi madre y hermana.

Lentamente el alimento de nuestros platos disminuyó, dejándolos vacíos. Ningún ruido se escucha, ninguno pronuncia palabra, ambos estamos hundidos en nuestros pensamientos.

Una voz interrumpe nuevamente estos, pero a diferencia de antes, ahora es por el parlante que esta en la pared.

-Afuera, ahora. Hay cosas interesantes para hoy -dicho esto, se abrió instantáneamente la puerta, por la cual entraron dos hombres los cuales nos llevaron a un cuarto más grande, igual de oscuro, solo que este tenía cuatro sillas y un televisor bastante grande.

Pocos segundos después de nuestra llegada, entran Lay y Kim, siendo empujados por dos hombres parecidos a los de antes. Instantáneamente intento acercarme, pero mi paso es interrumpiendo por una voz, y una gran luz que ilumina toda la habitación.

-Siéntense en este preciso instante -ordenó un hombre por la TV; este llevaba la cara tapada con un cubreboca y una capucha, dejando solo a la vista sus ojos verdes pardos- Ahora.

Dicho esto, fuimos obligados a sentarnos, cada uno en una de las sillas, Lay y yo en las del medio, y mis dos amigos uno en cada extremo. Nuestras miradas se cruzaron rápidamente, me alegra ver que esta sano, no tiene ni un rasguño, aún que no puedo decir lo mismo de Kim, su rostro esta completamente lastimado.

-Se preguntarán porque están aquí reunidos -captó nuestra atención- La verdad, solo quiero divertirme un poco y ustedes son los indicados para esa tarea; también es una buena oportunidad de dejarles en claro donde están, así que, ¿Vamos a ello? -¿Qué quiso decir eso? pensé.

Mi respuesta fue respondida al ver entrar a un hombre vestido de médico, empujando un carro el cual contiene jeringas, agujas, sustancias irreconocibles para mí, entre otras cosas de medicina.

-Hace mucho no teníamos inquilinos, hace casi tres días que no me divierto -dijo el "médico", destapando su rostro completamente, este está muy demacrado, acompañado de una sonrisa muy poco amigable- ¿Quién tendrá el honor de ser el primero? -nadie respondió- Quiero a este niño -tiró a Lay hacia él, intenté impedirlo, pero antes de que pudiera siquiera reaccionar, unos brazos ya me tenían envuelto.

Mis ojos se centraron en la escalofriante mirada de Lay, quien al parecer estaba en completo estado de shock, ya que no se movía ni un milímetro, tan solo miraba con terror a el señor frente a él. Lentamente comenzó a caer, quedando arrodillado en el piso, ¿Qué pasó? Fue todo demasiado rápido; luego entendí, ese hombre inyectó a Lay, provocando esa reacción en mi pareja.

-¡Lay! -grité, entrando en pánico- ¿¡Qué le hiciste!? ¡¡Lay!! -comencé a gritar aún mas fuerte cuando vi que este caía en el suelo, dejando de moverse totalmente.

-Tranquilo, es mejor para él. No es una droga probada en personas, pero en los monos provoca adormecimiento en todo su cuerpo, dejándolos totalmente a mi disposición; ahora podré comprobar si el dolor se siente a pesar de que tu cuerpo este completamente inmóvil ¿No es divertido? -¿En serio dice esto con tal naturalidad? Abrí y cerré mis ojos, intentando asimilar si lo que escuché es verdaderamente lo que dijo, pero confirmo mi duda cuando lo veo tomar un cuchillo y agacharse hasta encontrarse a la altura de mi novio.

-¡No! ¡No por favor! -grité, mi vista comenzó a nublarse; no puede estar pasando esto, no puedo permitir que esto suceda. No quiero perder a más gente, no lo quiero- ¡Hazme lo que quieras a mí! ¡Por favor, a él déjalo!

-¿Lo que yo quiera? -lamió sus labios, dejando de lado a Lay, y tomando camino hacía mí- Esta bien, pero en ti no probaré esto, más bien tengo otra duda, ¿Sabes cuanto dolor puede soportar alguien antes de perder la conciencia? Suena interesante; es una duda que tengo hace mucho, pero no he tenido la oportunidad de averiguarlo, bueno, hasta ahora, si es que no quieres que toque al otro niño, claro esta.

Sin tiempo a contestar, un cuchillo se entierra en mi pierna, provocando que grite y el hombre frente a mí ría desquiciadamente, sacando el arma y volviéndola a enterrar en el mismo lugar, provocando que vuelva a gritar.

El cuchillo se entierra y desentierra muchas veces, variando el lugar, pero siempre en la misma pierna. La sangre brota de a montones; bastan solo segundos para que un gran charco rodee mis dos pies.

Las apuñaladas se vuelven incontables, cada vez son mas rápidas y profundas, bastan tan solo unos minutos para que lentamente, mi vista se nuble, y poco después, ya no sienta nada; solo los gritos de Akay a lo lejos.

-----------------------------------

-Chen -siento una voz nombrarme, por lo que abrí mis ojos pesadamente. Lay esta frente a mí, sus ojos están rojos, sus mejillas llenas de lágrimas y sus puños apretados, haciendo una leve presión en mi brazo. Lentamente levanté mi brazo, acariciando una de sus mejillas con el dedo pulgar, este solo llora más y se tira sobre mi pecho.

Una fuerte punzada interrumpe el momento, levanté el cuerpo de Lay un poco, llevando mi vista a mi pierna herida, esta está llena de sangre seca, mis heridas dejaron de sangrar, pero se ven muy demacradas.

-Las queme -murmuró el rubio llamando mi atención- Cuando te desperté y te vi herido, yo... nos dieron solo un encendedor, no sabía que hacer, sangrabas mucho... -su voz tiembla mucho, está asustado.

-Gracias -interrumpí, no quiero que llore más por mi culpa- Lo hiciste bien, al menos, ya no sangran -le dediqué una leve sonrisa, el dolor me esta matando, si; pero es más doloroso ver como Lay sufre a causa mía- Estaré bien, y te sacaré de aquí, ¿Si? Lo prometo.

"Empezar de Cero" +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora