7. Cita

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2:50 pm

Estoy en mi habitación de hotel bastante contenta de que me haya invitado a salir.

No quiero arreglarme mucho, que sea algo sencillo como un Jean y una blusa bonita.

Me meto a la ducha para darme un baño y lavarme el cabello.

Cuando salgo escucho mi teléfono sonar y corro a mi cuarto a agarrarlo, es Clarissa.

—¿Cómo está la chica enamorada de un gay? —me pregunta ella.

—¿Cómo está la chica enamorada de su primo?

—Touché.

—Déjame decirte algo. Tengo una cita.

—¿Con quien? Si se puede saber.

—Con Nick —sonrío inmensamente y hago un sonido de alegría— ¡no es gay! Era su mejor amigo jugándole una broma.

—Ya va ¿qué? ¡JA! Eres una suertuda. Sólo a ti te pasa eso pero... te conozco, eso no es todo.

—Verás... me conoces muy bien y... —suspiro fastidiada— Nick es la persona que tengo que investigar y según Ginebra enamorar.

—¡Estúpida mujer con nombre de alcohol! No puede ser. Hasta de lejos te hace la vida imposible.

—Yo me siento cómo no tienes idea pero sabes que tengo que cumplir, no tengo escapatoria de esta vida.

—¡Claro que la tienes! Aprovecha que no te tiene cerca para controlarte.

—¿Crees que ella es lo suficiente estúpida? No la tengo cerca pero tengo personas encubiertas vigilándome, como en cada misión, los he visto. No me queda mas de otra que hacer mi trabajo. ¡Soy su hija única! La única heredera y sé que no me matará si no cumplo pero algún castigo existirá para mí.

—Dios... No podríamos esperar menos de ella ¿verdad? Y sé que te atrae Nick, que es el primer hombre al que le pones la atención y es injusto, lo siento ¿si? Pero sabes que quiero lo mejor para ti.

—Pareces una mamá hablando y no la mía porque ella puede ser de todo menos una.

Seguimos hablando por unos minutos más y al ver la hora le dije que ya me tenía que arreglar y colgamos.

Me empecé a vestir y como dije, me pondría algo sencillo. Escogí un Jean claro alto de botas anchas acompañados de una correa roja y un crop top liso color negro, de zapatos me coloqué unas botines de cuero negro. Decidí no maquillarme mucho, labial rojo y un poco de blush; mis mejillas son muy pálidas y no quiero parecer un muerto. Me hice una cola alta que dejaba notar mi larga melena cayendo en bucles sueltos.

Escucho que tocan la puerta y abro encontrándome con Nick que tiene una camisa negra suelta, con las mangas arremangadas y unos pantalones negros rasgados en las rodillas.

Wow, que bien se ve.

—Hermosa como siempre —dice él mirándome de pies a cabeza.

—Apuesto como siempre.

Me tiende la mano y nos dirigimos hacia uno de los restaurantes del hotel. A este no había entrado antes y es muy bonito, elegantes mesas por todos lados un bar espectacular. Pasamos y pasamos mesas pero no nos sentamos en ninguna, ¿a donde vamos?

—Bienvenido señor Nicholas, su mesa en la zona reservada lo espera —dijo creo que el gerente del área, ¿zona reservada? Me siento de la realeza en estos momentos.

—Buenas tardes señor Thomas —le saludó de regreso Nick amablemente.

Caminamos hacia unas cortinas doradas con decoraciones brillantes y el mismo señor Thomas las hizo a un lado para que entráramos a un lugar increíble.

Otro gerente —demasiados gerentes— nos volvió a dar la bienvenida.

—Buenas tardes señores, bienvenidos a El Dorado, el lugar en el que podrán disfrutar de música en vivo de los mejores cantantes mientras degustan de nuestra mejor comida.

Ahora sí nos sentamos en unas sillas que eran hasta más cómodas que mi propia cama frente una mesa con detalles en dorado.

Me doy cuenta que la decoración es con accesorios dorados, muy moderna. Dorado, negro y blanco. La iluminación es muy escasa pero hay velas por todas partes.

Definitivamente es un lugar muy romántico y lujoso.

—Esto es... es hermoso —digo fascinada con cada cosa que veo.

—Lo es, y te puedo prometer que aquí encontrarás la mejor comida de España.

—¿Por qué está escondido dentro de otro restaurante?

—Esa es una buena pregunta. El nombre se debe a aquel país o ciudad ficticia que creían que existía y que supuestamente estaba repleta de oro. Se encontraba según ellos en el norte de America del sur, por los lados del río Orinoco en Venezuela. Los españoles mandaron e hicieron muchas excursiones por años tratando de buscar aquella ciudad sin resultados, pensaban que estaba escondida.

—Entonces este restaurante hace referencia a aquella ciudad llamada El Dorado que decían que estaba escondido.

—Chica inteligente.

—¡Esto es genial! Y súper original ¿y como se llega a este restaurante? ¿Cómo lo conocen las personas?

—No lo hacen, este restaurante es el lugar de reunión de los famosos y los más grandes empresarios. Es conocido por personas específicas, personas de mucho poder e influencia.

—Wow.

—El año pasado Bruno Mars hizo su fiesta aquí, reservó todo el lugar, la fiesta fue increíble.

—¿Estuviste en la fiesta de Bruno Mars? —los ojos casi se me salen.

—Claro que no, ojalá. Vi las fotos y se vio asombrosa, deseé algún día hacer una fiesta así.

—Oh dios mío ¿esa es Shakira? —digo con la boca exageradamente abierta.

—Como te dije, es un restaurante de famosos.

—¿Cómo es que nosotros estamos en este lugar?

—Digamos que tengo mis contactos —dice encogiéndose de hombros.

Pasamos la tarde de forma muy agradable, nos reímos y comimos mucho.

—Me caes bien —pero tengo que destruirte, lo siento.

—Tú también me caes bien Silly.

Nos sonreímos mientras nos miramos y el tiempo es como si se detuviera.

De verdad lo siento Nick.

Pedimos un postre que estaba divino y nos tomamos una copa de champán cada uno.

—Háblame de ti Nick.

Mientras más temprano te destruya mejor será para los dos. Será menos el dolor.

—Bueno, no hay mucho que decir, soy un chico rebelde, soltero. De vez en cuando me he metido en problemas pero estoy resolviendo para salir de ellos.

¿Y cuáles serán esos problemas?

Good liar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora