Un amor mudo [YM]

Capitulo 1

5 años después

Un joven de cabellos rubios caminaba por aquél sendero, con su rostro tranquilo dejándose acariciar por la brisa, cerrando sus ojos disfrutando del atardecer.

Sus ojos marrones destellaban bajo la luz del sol haciéndolo brillar como un ser fuera de esta tierra, su piel blanca contrastaba tan bien con aquél panorama que se dejó embelesar por aquella belleza frente a sus ojos.

Jamás había deseado tanto que ese sueño fuese real y poder apreciar más de cerca a ese chico que disfrutaba de su alrededor ignorando por completo como la muerte lo rodeaba con brazos fuertes.

Fuera de esa burbuja el cielo era gris, las rosas estaban marchitas, el viento frio soplaba con fuerza y todo lo que alguna vez tuvo vida ahora solo quedaba el recuerdo y la nostalgia de saber que lo hermoso nunca dura para siempre.

Él encerrado en columnas de hierro observando como el ambiente se tornaba oscuro, él comenzó a llorar por ser liberado, cada vez que el llanto se tornaba más ruidoso esa oscuridad lo envolvía como una bestia a punto de atacar, mientras su vista se volvía borrosa el chico de cabellos rubios se acercaba cada vez más hasta que un medio parpadeo estaba junto a él con una sonrisa ancha, mirándolo como el ser más hermoso que puede existir en la tierra.

Sin embargo todo desapareció en segundos y él quedo nuevamente solo.

[♡]

Yoongi despertó con su respiración agitada y su corazón acelerado, vio la hora en el reloj de pared el cual marcaba las 3 de la mañana, se sentó lentamente agitando sus cabellos, la necesidad de pintar llego a sus manos y sin poder contenerse se levantó sintiendo la fría baldosa sobre sus pies, con pasos torpes se dirigió a su estudio.

Tomó un lápiz y en un trozo de papel comenzó a trazar pequeños bocetos, en minutos se volvió en el rostro del joven que apareció en sus sueños, la belleza de ese chico lo había atrapado, cautivando sus ojos como un imán.

Al ver terminado su trabajo sonrió satisfecho por no haber dejado escapar ninguna de las facciones que poseía ese joven que ante sus ojos irradiaba vida.

Con las yemas de sus dedos trazó aquel boceto de un rostro casi perfecto, sus ojos destellaban ante lo hermoso e inexistente, dando pequeños toques a cada facción como si fuese real.

Luego de una hora apreciando el arte dibujado sobre ese papel, el sueño se adueño rápidamente de su ser, llamándolo a un profundo descanso.

Una sonrisa inconsciente apareció en sus labios antes de envolverse en un mundo lleno de fantasías y sueños irreales.

[♡]

El liquido caliente pasaba sobre su garganta sintiendo una sensación agradable, el café amargo era su bebida favorita por las mañanas, proporcionando la energía desgastada de un dia agotador como lo fue el anterior.

Su vista divagó por la bandeja de mensajes en su celular, un mensaje de Jin su jefe aparecía como siempre a primera hora de la mañana, rodó sus ojos al verse obligado a viajar a su oficina por asuntos internos de la galería de arte donde trabajaba.

Un suspiro abandonó sus labios observando que aún tenia tiempo para terminar su tan preciada taza de café y mientras lo hacia leía con atención cada pagina del periódico, una rutina que había adaptado desde muy joven y por lo cual siempre se mantenía informado de lo que sucedía a su alrededor, aunque le pareciese tedioso leer casi lo mismo todos los días.

Dando el ultimo sorbo a su taza se levantó de la mesa con cierto desgane y se dirigió a su habitación para alistarse y verse más presentable que días anteriores, Jin le había informado que una persona de alta posición económica llegaría a comprar una de sus tantas pinturas lo que significaba que tendría más ingresos ese mes con esa ya llevaba 10 vendidas en menos de un mes.

Tomó una rápida ducha y se puso lo primero que encontró en su armario, su aspecto siempre había sido lo menos importante para él, las opiniones de los demás con respecto a su vestimenta no influían en lo más mínimo en su vida, él no era como esas personas con complejo narcisista y egocéntricas.

Se coloco el abrigo, guardando en sus bolsillos las llaves y su celular; sin embargo antes de salir fue a su estudio y tomó ese trozo de papel admirando nuevamente la belleza dibujada por sus manos, observando esa mirada suave y llena de inocencia de ese rostro sereno.

—Desearía que fueras real y ya no sentirme tan solo—dijo antes de salir su estudio.