Huyendo Del Destino (Destino #2)

Capítulo Cinco

Después de terminar la llamada, decidimos concluir la carrera para que Felicity pudiese conseguir un vestido para la cena; pero ahora mismo mientras buscábamos, ella no se decidía por nada, y su mal humor sólo empeoraba y empeoraba.

La sentí refunfuñar a mi lado y no lo soporté más.

─ ¿Estás bien, ángel?

Me ignoró y en cambio se puso a farfullar sola.

─ ¿Por qué las chicas tienen que ser tan babosas? ─gruñó.

Oh, así que se había dado cuenta de las miradas del sexo femenino que me estaba llevando. Ser el único chico aquí lograba eso, además de estar algo sudado y con ropa deportiva, pero su actitud me divertía.

─ ¿Eso que escucho en tu voz son celos? ─sonreí con burla.

─Nop, simplemente estoy molesta porque sin importar que esté aquí contigo, todas estas mujeres no sienten vergüenza de desnudarte con la mirada ─les lanzó miradas asesinas y ellas enseguida captaron la advertencia y alejaron sus ojos de mí.

Me reí.

─Cariño ─coloqué mi brazo alrededor de sus hombros─, la única chica que realmente puede quitarme la ropa y deleitarse con lo hay debajo eres tú.

─Como sea ─dijo con amargura.

─Jesús, ¿quieres que demuestre que no estoy disponible?

─No ─dijo orgullosa.

Puse los ojos en blanco y luego sin darle tiempo siquiera de que se dé cuenta lo que estaba pasando, la tenía entre mis brazos y mis labios estaban devorando los suyos.

─Vaya ─dijo, cuando se alejó para estabilizar su respiración.

─ ¿Estás feliz ahora? ─le pregunté mientras peinaba un mechón rebelde detrás de su oreja.

Se encogió de hombros indiferentemente y yo negué con la cabeza.

─Chicas ─dije rodando los ojos y agarrando los vestidos que iba a probarse.

─Para tu información ─se apresuró para alcanzarme─ sólo estoy actuando de esta manera porque así es como una novia actuaría, no porque realmente me sienta celosa.

─Claro que no ─le dije con sarcasmo.

─Dame los estúpidos vestidos ─me lanzó una mirada gélida mientras me los arrebataba.

─Mira ─empecé─, ni si quiera me importa si finges o no... ─está bien, si lo hacía, pero no me creía capaz de decírselo ahora mismo.­­ En vez de eso adquirí una actitud relajada y continué con indiferencia─. Sólo quiero disfrutar de esto hasta que dure ─eso sí que no estaba lejos de la verdad.