Capítulo Diez

5.5K 363 8
                                    

─ ¿Fizz? ─le dije al ver que no había respondido por un tiempo.

Ella suspiró

─Sabía que tarde o temprano lo preguntarías.

─Si no quieres hablar sobre eso, está bien ─ le dije inmediatamente, enredando mis dedos en un mechón rebelde que se había soltado de su peinado─. Puedo hacer otra pregunta.

Ella negó con la cabeza.

─No, creo que es hora. Aunque no te ilusiones, sólo hago esto porque mañana será el último día que nos veamos y no podrás usar esta información contra mí ─se encogió de hombros con inocencia─. Y de todas maneras sólo diré lo necesario ─ añadió─. Hay cosas que deben quedarse como están.

─Está bien por mí ─le dije lo más indiferente que pude, ocultando el dolor que sus palabras me provocaban.

─Bien, mi padre es un hombre muy estricto y controlador que nunca dio una mierda por mí y que hacía, y a veces aún hace un buen trabajo ignorando mi existencia, pero de cierta manera fue diferente cuando decidí entrenarme.

La miré incrédulo.

─No me digas que él estuvo de acuerdo con eso.

─Bueno, en realidad pensó que estaba loca y se rió en mi cara porque creía que estaba perdiendo el tiempo y que de ninguna manera sería capaz de hacerlo. No me consideraba nada más que alguien débil. Pero como una vez te dije, le demostré a él y todos de que en realidad era capaz de eso y mucho más. Y esa fue la primera vez que realmente me vio con algo más que odio y aceptó mi existencia. Incluso hubo un rastro de orgullo, o al menos algo parecido a eso y finalmente me reconoció como su hija con todo el mundo.

─Vaya ─ le dije aún aturdido─. ¿Cómo es posible que él esté realmente orgulloso cuando...? ─me callé al ver lo que iba a decir.

─ ¿Cuándo lo que hago es matar y torturar a la gente? ─terminó por mí.

─No quise decirlo así ─dije con culpabilidad.

─Sí, lo hiciste ─me sonrió con complicidad─. Pero respondiendo a tú pregunta, él simplemente es un maldito psicópata. Y yo también lo soy. Me convertí exactamente en lo que mi madre evitó mientras estuvo viva. Sí, está muerta ─dijo respondiendo a mi expresión─. ¿Y sabes la manera en que sientes que fuiste tú quién mató a tu abuela?

Asentí.

─Bien, yo siento que maté a mi mamá. Quizás no fui yo quien la apuntó con el arma, pero murió por mí, por protegerme.

─Lo siento─ le susurré mientras la rodeaba con mis brazos. Ella aún seguía sobre mi regazo y se aferró más a mí.

─Esto pasó antes de que decidiera entrenarme así que si de por si me odiaba por haber nacido, aquí fue cuando mi padre realmente me odió mucho más, echándome la culpa todo el tiempo sin parar. Recordándome que siempre fui un estorbo, odiaba que no haya nacido como el varón que siempre quiso, sino más bien una niña, una débil y patética niña que le robó la vida y las últimas palabras al amor de su vida.

─"El amor lo puede todo" ─cité─. ¿Ella te lo dijo antes de morir, cierto? Y por eso te lo tatuaste.

Acaricié la tela sobre su cadera donde estaba ubicado.

─Sí, lo hizo. Y sí, por eso lo hice. Ni si quiera creo en el amor, pero sus palabras me dan fuerza ─enterró su cara en mi cuello─. "Tú eres fuerte, nunca permitas que alguien te haga pensar lo contrario. Tú lo puedes todo. Nunca te rindas y lucha por lo que quieres, por más difícil que sea. El amor lo puede todo, y yo te amo, Fizz, siempre lo haré."

Huyendo Del Destino (Destino #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora