Capítulo Diecinueve

5.2K 326 26
                                    

La volví a besar y podía notar sus músculos, duros y marcados, bajo las palmas de mis manos. Su cuerpo era una obra de arte. Lamí sus labios y atrapé el inferior con suavidad entre mis dientes.

Felicity dejó escapar un gemido. Aquel sonido me recorrió, dejando estragos por todos lados.

─Tócame ─sus palabras eran una orden en forma de súplica.

─Lo estoy haciendo, cariño.

Alargando un brazo me agarró la muñeca y puso mi mano sobre uno de sus senos y empezó a frotarse contra ella. A pesar de que la tela nos separaba de un contacto directo podía sentir cuan lista estaba para mí y eso me excitó completamente.

─Jesús ─musité con el pulso acelerado─. Me pones tan caliente.

Ella me miraba fijamente con aquellos ojos grises. Tenía las mejillas encendidas y sus labios carnosos entreabiertos. Era imposible para ella ocultarme el efecto que yo le producía. Simplemente no podía fingir tener un mayor control de sus reacciones conmigo que el que yo tenía con ella. Y era tan, pero tan excitante el saber que ella se sentía indefensa ante la atracción que existía entre los dos.

Sentí una opresión en el pecho, todavía no podía creer que era mía, que pudiera verla de esta manera, tan abierta, tan ansiosa y jodidamente sexy.

Le quité mi camiseta y aspiré con brusquedad cuando esta cayó al suelo y quedó totalmente desnuda ante mí.

─Oh, Felicity ─mi voz temblaba de emoción, y pude ver como se iluminaron sus ojos mientras iba acercándose con cuidado, prolongando el momento en que se tocaría la piel desnuda de nuestros cuerpos.

La agarré con fuerza por las caderas, con la respiración entrecortada. Las puntas de sus senos me rozaron primero, provocándome una oleada de placer por todo el cuerpo.

Felicity lanzó un grito ahogado, haciéndome saber que sentía lo mismo. La apreté contra mí, dejando escapar un gruñido, levantándola en el aire y recostándola de espaldas sobre el colchón. Me puse encima y sin pensarlo ya tenía mi boca en uno de sus senos.

Ella encajó las piernas en mis pantorrillas y metió las manos entre el borde del calentador para agarrarme el trasero. Tiraba de mí, arqueando las caderas para sentirme a través de la tela que nos separaba, queriéndome dentro de ella.

─Dilo ─me rogó.

Yo me separé un poco y, mirándola desde arriba, le aparté el cabello de la frente con delicadeza.

─ ¿Qué? ─pregunté, y ella se irguió y me estampó un beso en la boca.

─Dime que me amas.

Cerré mis ojos y la rodeé con los brazos, apretándola tanto que posiblemente casi no la dejaba respirar.

─Te Amo ─susurré─. Demasiado.

Felicity apoyó la cara en mi hombro y lloró.

─Cariño... ─agarré un mechón de cabello y cerré el puño.

Felicity levantó la cabeza y atrapó mi boca, mezclando nuestro beso con la sal de sus lágrimas. Sus labios se movían desesperadamente sobre los míos, como si pudiera desaparecer en cualquier momento y no le diera tiempo de saciarse de mí.

─Felicity ─tomé su cara entre mis manos─. Déjame amarte.

─Por favor ─susurró, entrelazando sus dedos por detrás de mi cuello para atraerme. Podía sentir el calor de su centro contra mi erección─. No pares ─suplicó.

─No lo haré ─le aseguré─. Me es imposible ─poniendo una mano en el trasero, la alcé con destreza entre mis caderas.

Ambos jadeamos cuando el placer irradió por todo nuestro cuerpo. Las duras puntas de sus senos contra mi pecho.

Huyendo Del Destino (Destino #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora