Huyendo Del Destino (Destino #2)

Capítulo Doce

─ ¿Qué está sucediendo? ─Felicity  preguntó más insistentemente con sus ojos bien amplios.

─Barbie... ─empezó Kean─. No es lo que parece...

─Por supuesto que lo es ─dije yo, quizás demasiado divertido con la situación.

─Aidan ─me advirtió Ian.

─ ¿Qué? Es cierto ─me encogí de hombros.

Ian negó con la cabeza mientras Felicity seguía mirando fijamente a Kean.

─Barbie ─intentó él una vez más, pero ella lo ignoró.

─ ¿Ian, puedes traerme un vaso con agua?

─Por supuesto ─él se apresuró a servírselo y luego regresó y se lo tendió─. Aquí tienes, Barbara.

─Gracias ─ella agarró el vaso y suspiró antes de comenzar a acercarse a Kean con una sonrisa que hizo que él se relajara notablemente y la recibiera con los brazos abiertos para un abrazo.

Felicity se detuvo a unos centímetros lejos de él, aun sonriendo, y antes de que nadie pudiese prever lo que iba a hacer, su sonrisa desapareció y le echó el agua encima.

Mi boca se abrió con incredulidad.

¡Esa es mi chica!

─Gracias, Ian ─ella le devolvió el vaso y luego salió de la casa apresuradamente con lágrimas de dolor en los ojos.

─ ¡Fizz! ─grité detrás de ella, pero se trepó al carro sin mirar atrás y condujo lejos.

Me agarré la cabeza con la dos manos y suspiré antes de darme la vuelta para pedirle prestadas las llaves de su carro a Ian.

─ ¿Tú sabes su verdadero nombre? ─ Kean, quien también había venido tras ella, estaba mirándome perplejo.

─ ¡Sé muchas cosas, idiota! ─le grité─. ¡Así como sé que nunca la llamaste y eso la hirió! ─me acerqué a él furioso y comencé a golpearlo hasta que Ian intervino─. ¡Suéltame! ─le grité─. Siempre te apoyé con todas tus relaciones,  Ian, pero esto... ─los señalé a ambos─. Jesús ─ me estremecí─,  ustedes dos es algo que todavía no puedo asimilar ─hice una mueca─. Y tú, hijo de puta ─señalé a Kean─  mientras tú... ─ volví a estremecerme─ hacías lo que hacías, ella estaba preocupada por ti. ¡ELLA TE NECESITABA!

Ian apretó su agarre con temor a que vuelva a golpearlo.

─Está bien ─ lo tranquilicé─ sólo dame las malditas llaves de tu carro para ir tras ella.

Él dudó por unos segundos, pero finalmente me soltó y me entregó las llaves.

─Gracias.

─Iré contigo ─me dijo Kean.

Yo me reí dejándole saber lo que opinaba sobre eso y me trepé al carro dejándolos a ambos atrás.

Debía aceptar que realmente tenía muchas ganas de sacarle la mierda a golpes, pero lo único que me importaba ahora era Felicity.

***

─ Fizz... ─me acerqué a ella lentamente. Estaba parada sobre la arena, abrazándose a sí misma y mirando las olas reventar en la orilla.

Había estado buscándola durante veinte minutos antes de encontrar mi carro junto a una cabaña y luego a ella en la parte de atrás de esta.

Felicity se dio la vuelta y trató de sonreírme tranquilizadoramente, pero era inútil, podía ver lo miserable que lucía y eso hacía que mis ganas de matar a Kean sean aún mucho más altas.