Capítulo Siete

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Me desperté con la magnífica vista de una soñolienta Felicity y su espalda desnuda a mi lado, provocando que tiemble de satisfacción al recordar las cosas que me hizo con esa boca suya y todo lo que hicimos cuando regresamos a la habitación.

Con una sonrisa peiné su cabello hacia un lado y me incliné para dejarle un beso en su hombro.

─Hola ─me dio una sonrisa perezosa.

─Hola ─le sonreí de vuelta y la besé en los labios.

─Esta es una muy buena manera de despertar ─dijo enterrando sus dedos en mi cabello, acercándome más.

─Lo es ─deslicé mis dedos sobre su cadera y luego por la curva de su pecho.

Podía imaginar despertando todos los días junto a ella y repasar cada parte de su cuerpo con mis manos antes de tener sexo matutino.

Estaba listo ahora mismo, pero como el destino amaba jugar sucio, la interrupción no tardó en llegar.

─ ¿Alana? ─pregunté con una mueca cuando escuché los golpes en la puerta.

─Alana ─me confirmó antes de incorporarse y envolver la sábana alrededor de su cuerpo.

Hice otra mueca ante eso.

─ ¿Ahora qué? -no pude ocultar mi irritación.

─Le prometí una mañana de chicas antes de que se marcharan.

Levanté una ceja.

─ ¿Y qué harán? ─pregunté interesado.

─Bueno, definitivamente iremos a desayunar primero ─dijo mientras su estómago rugía─ y luego iremos de compras.

─Está bien -le dije más relajado y crucé mis brazos bajo mi cabeza- eso me dará tiempo de seguir durmiendo.

Ella mordió su labio inferior luciendo ligeramente culpable.

─En realidad, tú y Oscar también tendrán una mañana de chicos...

─ ¿Qué? ─Me enderecé inmediatamente, con mi voz chorreando indignación─. Oscar es la última persona con la que quisiera pasar el rato. Incluso preferiría hacerlo con Kean, antes que con él.

Ella se puso pálida.

─ ¡Oh Dios Mío, Kean! ─dijo horrorizada─. Me olvidé completamente de él ─buscó de inmediato su celular y lo llamó. A los pocos segundos la oí maldecir y arrojar el celular a un lado con una expresión entre frustración y preocupación─. Aún nada.

─Si estás tan preocupada, podemos regresar a Belfast y ver si está bien.

Me miró con sorpresa porque aunque me haya costado decirlo, ella también se dio cuenta que lo dije con sinceridad. Y por un segundo realmente vi que lo estaba considerando, pero con la misma rapidez negó con la cabeza.

─Por más que quisiera no puedo irme a ningún lado, al menos no hasta que tengamos que irnos en tres días.

Una parte de mí se sentía bien al escuchar "tengamos", pero la otra estaba asustada de lo que pasaría. Sobre todo la parte en la que tendría que dejarla, porque por más prometedora que haya sido la noche, el plazo de estar juntos estaba llegando a su fin y nuestro futuro seguía siendo incierto.

─Estoy seguro de que nada malo le pasa y sólo su celular se dañó o algo ─le dije─. Pero para que estés tranquila podría decirle a Ian que verifique que todo esté bien con él.

Esta vez me miró impresionada, pero antes de que pudiese responder los golpes habían regresado.

─Jesús, será mejor que me apresure en arreglarme ─agarró unas cuantas cosas y puso los ojos en blanco ante la persistencia de Lana─. Y por favor, abre la puerta antes de que haga que la manden abajo. Yo estaré en el baño.

Huyendo Del Destino (Destino #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora