Capítulo 26.

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Freezer observaba con tranquilidad la imagen del planeta que los monos habían conquistado bajo sus órdenes, habían estado trabajando muy diligentemente y se hacían mas fuertes con cada batalla, tenía muy en claro que los sayayin serían una amenaza muy pronto y el no se iba a permitir fallos en su reinado, ya tenía suficiente con que el hijo del rey tuviese un poder descomunal para su corta edad, permitir que otro niño con poderes similares naciera o que un sayayin adulto alcanzará la fase del súper sayayin no eran opción, era una leyenda, si, pero su antecesor de hace miles de años había caído bajo la mano de uno de ellos, su familia se habia cuidado por generaciones de los sayayin y tenerlos bajo su mandato había sido la mejor opción para vigilarlos.

En esos momentos a Freezer no solo le preocupaba el echo de que los sayayin se hicieran más fuertes con cada día que pasaba, la curiosidad que tenía sobre ciertos individuos lo había estado carcomiendo desde hacía ya varios meses, un planeta con seres débiles pero con una habilidad muy interesante: Ver el futuro.

Si era sincero consigo mismo, su paranoia sobre el súper guerrero había aumentado desde su última visita al planeta Vegeta y su encontronazo con esos niños y luego aquel hombre de ropa naranja, tenia que hacer algo para librarse de esos sayayin lo antes posible pero antes se haría con algún habitante del planeta Kanassa y le exigiría que le revelará todas las cosas buenas que según el le deparaba  su excelente futuro y por que no, sobre quienes debería cuidarse.

—Nunca nadie me vencerá. — la estruendosa carcajada se escuchó por todos los rincones de la enorme nave haciendo temblar a mas de uno.

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—No, te digo que yo gané, siempre he sido mejor en lo que velocidad sobre tierra se refiere.— rebatía Goten con las manos en la cintura. Trunks rodó los ojos y procedió a explicarle a su amigo que quien había ganado era el. El Son se negaba a aceptar que su mejor amigo le hubiese ganado en su fuerte.—¡Me lanzaste una piedra!.

—Solo aceptalo, te gane. Nadie se muere por aceptar que perdió una vez.

Goten volteo la cara ofendido y camino cual soldado hacia la casa de su abuela. Trunks río y siguió a su amigo. Raditz  rodó los ojos, no entendía por que ese par de idiotas tenían tanto poder e importancia para Freezer y el rey Vegeta, además de los sujetos que siempre estaban con ellos eran extraños, eran demasiados cariñosos y no podía negar tenía cierto grado de envidia.

—Boberias yo no necesito eso.— se dijo a su mismo antes de seguir a los dos chicos dentro de casa. Raditz se preguntaba cómo es que el chico que era familia del rey vivía más en casa de su padre que en el propio palacio. —Tiene un tornillo fuera de su lugar.

Su intercomunicador sonó.

—¿Si?.

—Al palacio, ya.— ordenó Vegeta. Raditz suspiro y entró en casa para avisarle a su madre que saldría.

—¡Bu!.— gritó Goten haciendo que el pobre Raditz se pegará al techo con una bola de energía en sus manos, listo para atacar.

—Idiota.— le dijo.— Mamá, iré al palacio.— Gine fruncio el ceño no muy feliz de que su hijo pasará tanto tiempo con el príncipe. —No tardaré lo prometo.

—Yo digo que deberías ir con el Trunks.— habló Gine. El peli lila asintió tomando el mismo camino que Raditz, si el había estado espiandolod y siguiéndolos cual perro faldero entonces ¿Por que el no podría hacer lo mismo?. Además, ya era hora de hablar con su mini padre.

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Bills se atoró con el jugo que muy amablemente Daikashin le había ofrecido, ¡Por los calzoncillos de su abuelo!.Hija de Son Goten, uno de los tarados más grandes que tenía su universo hasta el momento, después de Goku claramente, Bills apostaría su puesto de dios con quien fuera y con los ojos cerrados a que no había nadie más tarado que Son Goku en los vastos doce universos.

—Seguimos sin saber cómo obtuviste tus poderes.— dijo Vermoud, era el menos interesado en saber los orígenes de la chica.

— Mi abuelo tenía razón, todos tan impacientes...— y siguió murmurado cosas que nadie alcanzó a escuchar. Wiss alzó una ceja divertido, no solo por que la chica balbuceaba un montón de cosas que ellos no entendían, si no por los orígenes de la chica, ya se había una imagen mental de la cara de poker que seguramente colocaría Vegeta al enterarse de que su bebé se casaría con el hijo menor de su rival. Si sería algo muy divertido de ver, grabaría ese momento para repetirlo por el resto de su vida y morir de risa.

«Con esa familia nunca falta de que reírse.» pensó el ángel.

—...y por eso dicen que después le ven la cara de mensos a los dioses.— inmediatamente doce pares de ojos se posaron en ella quien esbozó una sonrisa antes de susurrar un lo siento y seguir contando su historia.— Bien, siempre fui muy cercana a mi tío Trunks y su hijo, yo no sabía del problema del personalidad que tenía, de echo el único que sabía era mi padre, según el ya lo controlaba pero.. las cosas se salieron de control un mes antes de mi cumpleaños número dieciséis, se celebró un torneo y el...

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Cuarenta años en el futuro.

Cuidad Satán.

Tornero de las aretes marciales.  

—¿Entonces no puedo participar?.— pregunto Sara con una expresión de molestia dibujada en sus rostro.

—No, no en la sección masculina. Hay una sección para las mujeres.— explico el señor encargado de las inscripciones al Torneo. Sara bufo indignada.

—Quiero estar en esta sección, por favor de cuando aquí hay distinción de género.— salió de la fila y caminó echa una furia hasta donde estaba su familia y amigos. Sus hermanos fueron los primeros en acercarse a ella.

—Que cara de tragedia, ¿Que pasó?.— pregunto el ya no tan pequeño Goku con una radiante sonrisa.

—No voy a poder participar porque a los organizadores se les dio por dividirnos por géneros. — Vegeta soltó una estruendosa carcajada ante la desgracia de su hermana. —Te voy a mandar al otro lado de la ciudad si no dejas de reirte.— amenazó la Son, Vegeta río con más fuerza.

—Venga no es tan malo, una vez que esto acabe prometo luchar contigo ¿Vale?.— no muy convencida la chica asintió, le dio un golpe a su hermano gemelo en el brazo para que dejara de reírse.

Quien iba a pensar que el enemigo que surgiría de aquel Torneo fuera una de las personas más cercanas a ellos. Nunca lo vieron venir y no estaban listos para ello, para luchar con su familia y su propia sangre.

—¿Como está mi sobrina favorita?.— canturreo Trunks colocándolas detrás de la de cabello negro.

—Soy la única que tienes.— contestó la chica, volteó y abrazo a su tío.

—Sabes, aveces creo que mi padre te quiere más a ti que a mi.— dijo el chico peli negro.

—No seas llorón Gohan.— los tres rieron mientras caminaban a la entrada del restaurante del lugar. —Hoy será un día estupendo.

Trunks sonrió ladinamente mientras pasaba los blancos por los hombros de su hijo y sobrina, tenía la sensación de que algo pasaría y si era sincero algo no muy bueno. Su interior se había estado comprimiendo de una manera muy extraña y en un arrebato de sentimentalismo había llevado a cenar a su familia la noche anterior y había estado muy cariñoso con todos, cualquier otro diría que estaba por morirse o algo así.

Y no estaba tan lejos de la realidad.


La Curiosidad Mato Al GatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora