Capítulo 16

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Pasado.
Planeta Sirius.

Las naves aterrizaron causando un gran estruendo y haciendo un enorme cráter en la superficie del planeta. Los habitantes de aquel desafortunado planeta estaban por vivir la extinción de su raza y con ellos moriría una verdad que nadie esperaba: Habían Sayayin's buenos. Existía entre ellos una persona con el corazón tan puro que los hacia temblar, por que jamás en su vida habían conocido un ser tan puro y limpio de maldad.

Goten bajo de la nave con unas enormes ganas de vomitar todo lo que había comido en esos días. Observó el paisaje y pidió morir. Podía sentir las energías de los habitantes, unos fuertes pero aún si no se comparaban con el enorme poder de sus acompañantes. 

— Goten — llamo Toma. — ¿ Estas bien? —

— No.. — iba a decir algo más pero una emocionada Fasha pego un potente grito.

— ¡ Vengan ya, hay que hacer los equipos para exterminar a estos inútiles.! — Goten contuvo las ganas de salir de allí y avisar a todos del inminente peligro.

— Bien.. Toma, Fasha y Rum irán al norte. Goten y yo...—

— Quiero ir solo. — sin esperar orden de su superior salio volando de allí en dirección a la cuidad mas poblada. Tenia que salvarlos aunque le costará la maldita vida. No podía colaborar con aquello, no podía ser parte. El era Son Goten se consideraba humano y por lo tanto no dejaría que personas inocentes murieran teniendo el poder y las habilidades para salvarlos, tal vez no a todos, pero si a la gran mayoría.

Los habitantes del planeta ya los habían identificado y estaban horrorizados. Jamás pensaron que esos monstruos vendrían por su planeta. Dirigían a las familias a naves espaciales para salvaguardar su especie pero tras un destello todas sus naves fueron reducidas a cenizas frente a sus ojos. Allí estaban los Sayayin.

— ¡Malditos! — grito uno de los habitantes. A los cuatro Sayayin que sobrevolaban justo arriba de ellos.

— Terminemos esto ya. — dijo con diversión la única mujer del equipo. Una esfera de energía salio de su palma y se torno grande y mas peligrosa. La lanzó.

¡ Pum!

El impacto nunca llegó a los habitantes del planeta, y cuando la nube de humo se disipó Son Goten apareció. Su mirada cálida no estaba. Adoptó su pose de pelea típica.

— ¿ Que crees que haces? — rugió la mujer. Bardack suspiro derrotado. Toma no salia de la impresión, los habitantes no daban crédito a lo que veían, un Sayayin los estaba ayudando.

— Goten... Se que es difícil pero por favor, no me hagas esto mas difícil. — le dijo Bardack.

— Pasaran sobre mi cadáver. Si quieren exterminar a estos seres, tendrán que asesinarme. — la determinación del niño hizo que sus ojos brillarán. — No les sera un reto ¿ Verdad?, después de todo es lo que son unos...asesinos. — Fasha arremetió contra el, con una velocidad nada propia de un mestizo esquivo el golpe y le encestó un puñetazo en el estómago a la mujer haciéndola escupir sangre y dejándola en muy mal estado.

— Mal..dito.— la mujer se desplomó. Goten bajo hasta donde estaban los habitantes.

— Busquen un lugar seguro. No quiero que se vean envueltos en esto.—

— Eres un Sayayin. ¿ Por que nos ayudas?— preguntó uno de los guerreros de esa especie.

— No soy Sayayin o por lo menos quiero no serlo. Trataré de protegerlos aunque me cueste la vida.— sus palabras llamaron la atención de los guerreros.

La Curiosidad Mato Al GatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora