Reunión.

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Capítulo 5;



Tony no pudo dormir en toda la noche. La resaca ni siquiera la sentía al no dejar de pensar en lo acontecido la noche anterior.

Steve lo había atacado con la única intención de tomarlo y establecer territorio. Los celos del Emblema de América se habían salido de control y lo único que pudo pensar para controlarlos, o darles fin, fue que era necesario tomar y marcar al castaño como suyo.

Se aprovechó del vínculo y de su casta para someterlo a medias, porque en sí, el castaño aún pudo oponer algo de resistencia, talvez por su recelo aún viviente por el rubio o por orgullo. No lo sabía con certeza.

Lo único de lo que si era consiente, para su desgracia, era que su maldito cuerpo traidor había reaccionado aún ante la agresividad del Alpha y eso lo hacía sentirse molesto consigo mismo. ¿Quién demonios en su sano juicio reaccionaría ante tal ataque?

Solo tú, Stark, porque eres un Omega idiota, muy idiota.

Chillo su subconsciente y frunció el ceño.

Después de que Banner y Visión entraron literalmente a su rescate, lo único que fue capaz de hacer, cuando se libero del peso muerto del cuerpo del Capitán que cayó sobre el cuando le dispararon el sedante y el supresor, fue salir corriendo del lugar con solo su saco cubriendo su desnudez para terminar encerrándose en su habitación, prohibiéndole el acceso a su amigo verde y a su “hijo” androide.

Extrañamente en ese momento no quería ser el centro de atención. No quería estar en el interrogatorio Banner ni ser el objeto de compasión de Visión porque ni siquiera sabía cómo explicarles la situación sin contradecir su propio pensar y sentir porque, ¿Cómo es que puedes explicar que la persona a la que se supone odias porque te falló, te mintió y casi te mata, logró excitarte al grado de casi caer y aceptar su salvajismo de bestia por un poco de placer?

Bien se podría culpar al vínculo, incluso a la misma voz de mando Alpha que ningún Omega puede resistir pero él es Tony Stark. Lo que decía y sentía lo mantenía sin importar que. Su orgullo era demasiado grande pero sus sentimientos y su cuerpo estaban traicionándolo y eso era algo que estaba comenzando a disgustarle.

—… ¿Entonces crees que puedas viajar allá y echar un vistazo por ti mismo?

La voz de Fury lo saco de sus cavilaciones.

—Si, puff, claro que sí — hizo un ademán con  las manos,  restándole  importancia, — solo recuérdame, ¿A dónde tengo que ir? — pregunto y Fury rodó los ojos.

—¡Ni siquiera me estabas escuchando, Stark! — le gritó y Tony se llevó una mano a la cabeza y comenzó a masajear su cien derecha.

—¿Podrías no gritarme? Tengo una resaca horrible y lo último que necesito es que te pongas histérica. — musitó.

—No lo haría si prestarás algo de atención.

—Mira, vamos en camino a la reunión con las ratas, cuando termine, háblame de lo que quieras, ahora no tengo cabeza para nada más.

Le dijo y antes de que Nick pudiera protestar, Tony se adelantó y se adentro en la sala de juntas.


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Llevaban casi una hora, diciendo cosas sin sentido que no llegaban a ninguna parte. Tony rodó los ojos con exasperación por enésima vez mientras jugaba con el vaso de agua que tenía frente a él para dejar de prestarle atención a los comentarios repetitivos sobre sus compañeros ex desertores.

—No creo que sean capaces aún de incorporarse. — protestó el general Ross, encargado de la fuerza armada.

—¿Qué piensa usted de esto, Stark? — el castaño solo le dirigió una mirada a su interlocutor. El secretario de la defensa. — ¿Cree que su equipo esté listo para incorporarse a las misiones?

—Completamente, Señor Secretario. — afirmó — ahora, ¿Podríamos irnos? Muero de hambre y quiero una hamburguesa con queso a la voz de ya.

El genio se puso de pie, cansado de tanta habladuría y con paso firme se encaminó a la salida.

—Esta reunión aún no ha terminado, Stark.

Lynch, una de las pequeñas ratas infiltradas de la ONU en su fiesta de anoche, lo detuvo. Tony se giró sobre su eje para encararlo.

—Sinceramente yo creo que si. En cada “reunión” es lo mismo. Que si Los Vengadores están listos, que si son aptos para misiones, que si se puede confiar en ellos. Es la misma mierda de siempre. Los acuerdos se firmaron, viven bajo mi jurisdicción y han estado bien. El equipo funciona, no sé qué más demonios quieren para darles luz verde.

Sinceramente estaba harto. Si los habían aceptado de vuelta había sido por algo, el que ahora estuvieran poniendo tantas trabas le despertaba cierto grado de sospecha.

Lynch le sonrió ampliamente con cierto toque de burla y Tony lo miro mal.

¿De qué diablos se reía?

—Eso no parecía cuando Rogers se lo llevó literalmente a rastras y en contra de su voluntad anoche. — musitó con burla y Ross lo cuestionó con la mirada.

Tony se tenso ante el comentario. Sabía que él había visto el pequeño acto de Rogers, de cierta forma visualizo que lo expondría pero no pensó que sería tan pronto.

—¿De qué está hablando Lynch, Stark?

Inquirió Ross al ver que el millonario no reparaba en el escrutinio de su mirada. Tony rodó los ojos y bufó con exasperación. Se quito por primera vez las gafas de sol, y miro duramente a la rata de la ONU. No iba a dejar que sembrará la duda, Los Vengadores tenían que incorporarse si o si de vuelta a las misiones y no permitiría que ese imbécil de Lynch y los celos estúpidos de Steve se interpusieran y lo estropearan todo, mandando a la mierda su esfuerzo de soportar la carga emocional que le dejo la Guerra Civil, al adoptar de nuevo a Los Vengadores y dejarlos vivir con él.

—¿Qué? ¿Acaso ahora es necesario que de detalles de mi vida privada? Pensé que era una reunión de trabajo, no un programa de chismes. — musitó con frescura a mido de chiste.

—Lynch estuvo presente en tu fiesta de ayer. — dijo el General.

—¿Ah, en serio? Te juro que ni siquiera me di cuenta. — dijo sarcásticamente. —¿Quién demonios se daría cuenta si lo único que hizo toda la noche fue seguirme como una maldita mosca?

—Stark… — Fury quiso intervenir pero Ross levantó su mano para impedírselo.

—Le pedimos que vigilará el ambiente y redactará un informe y lo que acaba de decir también aparece en el documento.

—¿Ah, si? ¿También redacto entonces a dónde me llevo y que fue lo que hicimos? — alegó Tony mientras su mirada se tornaban divertida al ver que Ross y los presentes sabían a que se refería. — si quieren detalles igual puedo redactarlos en un informe. — se burló tomándoles el pelo.

La sala quedó en silencio. Tony dirigió su mirada a Lynch y una sonrisa marca Stark, llena de suficiencia y arrogancia le hizo crispar de ira.

—Lo único que nos interesa aquí es que el equipo funcione, que no planeen revelarse de nuevo y acaten las órdenes. — dijo el Secretario de defensa.

—Y lo harán, de otra forma no estarían en el Complejo respaldados por Fury y por mi.

—Eso fue lo que dijiste el año pasado y se desató una guerra. — alegó Lynch.

—¿Te puedo preguntar algo? ¿Qué cargo ocupas actualmente? Porque sinceramente es la primera vez que te veo aquí.

—Eso no importa, sino que…

—Si importa, porque si eres “nuevo” en esto, tu opinión no me interesa.

—Caballeros — Fury intervino — el punto aquí es si van a dejar a Steve Rogers y los demás integrarse al equipo de una vez. Hasta el momento no ha habido amenazas desde la Guerra Civil y sinceramente no queremos esperar a que haya una para que decidan incorporarlos.

El secretario de defensa y el General Ross se observaron fijamente y tras un momento de silencio y un suspiro, Ross hablo.

—Bien, pero queremos que unas personas más se incorporen al equipo, como medida de seguridad.

Destinado. [PAUSADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora