Celos.

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Capitulo 4;

Los tragos iban y venían, casi era la media noche y las personas comenzaban a retirarse de a poco. La fiesta había salido bastante bien, sin contratiempos ni dramas por parte de los enviados de la ONU, hasta el momento, ya que aún no se retiraban, aunque talvez es porque Visión ha mantenido sus ojos sobre ellos en lo que va de la velada pues no permitiría que anduvieran tan libremente como la vez anterior donde descubrió a un par merodeando los alrededores de su taller, después de todo, el equipo de Rogers no eran a los únicos que querían someter.

Trato de concentrarse en el baile que estaba teniendo con la Agente Hill, quien ya con unos tragos encima, le invito a bailar, pero la incesante mirada azulina de cierto rubio, le provocaba escalofríos en la espalda casi desde el instante en que llegó al complejo y no lo dejaba concentrarse del todo. Su aroma de Alpha +, discreto y casi imperceptible para los demás, lo estaba llamando. Steve estaba usando el vínculo para incitarlo a mirar en su dirección, al menos de momento, pero el castaño se resistía a hacerlo y seguiría resistiéndose porque su orgullo le impedía tener un desliz como ese.

La pista se acabó y Fury se acercó a ellos, le susurró algo en el oído a la Agente y tras una ambigua disculpa, se despidieron de Tony para retirarse del lugar.

—Mañana a las 16:00hrs en la base de SHIELD, Stark, ¡No lo olvides! — le recordó el pirata antes de marcharse, a lo que el genio solo asintió en respuesta.

Había olvidado que tendrían una junta con la ONU para saber su “opinión” sobre la adaptación de los “desertores” una vez más.

Tony rodó los ojos y se encaminó a la barra por un trago más, no quería pensar en el dolor de cabeza que le darían esos tipos mañana, porque siempre estaban repitiendo las mismas cosas.

Se adaptan de a poco” “Hay que seguirlos vigilando” “Aun no podemos permitir una reintegración a las operaciones” bla bla bla.

No tenía sentido la dichosa reunión pero tenía que presentarse si o si para no armar ningún lío innecesario.

—Wiskhy doble. — pidió al barman y se recargo en la barra para esperar su trago.

Respiro hondo, en cuanto terminará la fiesta se iría a encerrar a su taller, aún tenía cosas nuevas que añadirle a una de sus armaduras, tenía que estar listo para misiones venideras. Agradecía mentalmente que llevarán buen tiempo sin realizar una grande.

Ojala siempre fuera así.” Pensó.

El pequeño chiste de la batalla contra Steve y su amigo en Siberia le dejo muchas cosas en que pensar. El daño que le habían hecho, principalmente el Cap, a su armadura fue grave y le mostró cuánto le faltaba mejorar el traje aún.

Tenía que protegerse mejor, después de todo seguía siendo solo un ser humano que, con un mal golpe o un ataque que no pudiese llegar a evadir, podría terminar de la forma menos deseada.

Ante el pensamiento, por inercia dirigió su mano derecha hacia su pecho, atrayendo a su memoria uno de los tantos recuerdos dolorosos con los que se atormentaba de vez en cuando.

Aquel día después de ser abandonado en ese lugar, Tony medito las acciones de Rogers. La herida que le provocó en el tórax con el escudo había dejado un recordatorio latente, tanto físico como mental ya que si el Reactor Arc hubiese seguido conectado a su corazón, con esos golpes él habría muerto sin dudas, al pensar en ello, muchas preguntas le azotaban la mente sin cesar y de forma repetitiva.

¿Rogers lo golpeó ahí solo para que no los siguiera o realmente quería terminar con él por querer asesinar a su amigo? ¿Lo habría atacado de la misma forma si el Reactor Arc hubiese sido parte de su cuerpo aún o no lo habría hecho?

Eran algunas de ellas. A veces no dormía noches enteras por tratar de buscar una respuesta, o talvez hasta una excusa para entender al rubio pero la mirada de odio y decisión que le dirigió con cada golpe, le gritaba que no necesitaba más explicaciones que la que vio con sus propios ojos aquel día y eso le dolía, porque a pesar de su vínculo, de los sentimientos que se suponía eran mutuos, él se atrevió a mentirle sobre un tema que sabía que era muy delicado para él, a atacarle sin piedad ni misericordia solo por defender a su amigo.

Bien, Tony había estado molesto y con ganas de matarlo pero tenía sus razones. Aunque el sargento haya estado influenciado por el control mental de Hydra, la situación pudo haber sido diferente si tan solo Steve le hubiera dicho la verdad desde el inicio, en otro lugar y en otro momento.

La mezcla de emociones lo orillo a reaccionar así, y en lugar de que en la cabezota rubia de Steve entrará la razón, respondió la agresión de Tony con más agresión, llevándolos al punto de no retorno en el que se encontraban justo ahora.

—Sírveme uno igual.

Tony maldijo por lo bajo al escuchar esa voz detrás suyo. ¿Por qué tenía que aparecer justo ahora?

El genio puso los ojos en blanco y bebió parte de su trago que recién le habían puesto frente a él, ignorando olímpicamente el hecho de que Rogers había imitado su posición en la barra y lo miraba fijamente, esperando alguna reacción de su parte.

—Que buena fiesta. — hablo el rubio al no ver respuesta por parte de Tony más que su rostro lleno de hastío por su presencia.

—No finjas que te gusta, ambos sabemos que odias las fiestas. — respondió el castaño casi por inercia y se maldijo por lo bajo.

—Me halaga que aún recuerdes eso, Tony.

Steve recordó una pequeña charla a mitad de la madrugada que tuvieron una de las tantas veces que estuvo con Tony en su taller. Comenzaron compartiendo anécdotas de su juventud, aunque el millonario tenía más para contar que el soldado pero bueno, de ahí pasaron a hablar temas más personales, como gustos o disgustos sobre gran variedad de cosas y lo que había dicho Tony era una de ellas.

—Esa es información de dominio público, Rogers. Todo el mundo lo sabe. — escupió con cierta acidez y Steve suspiró con algo de derrota.

No lo dejaría acercarse tan fácilmente, pero esa noche en específico, Steve no quería rendirse. ¿Por qué? Porque el asqueroso olor a Tabaco del Alpha que disfrutaba los días de celo de su Omega estaba mezclado con el de canela y azúcar de nueva cuenta.

Steve no necesitaba ser un genio para deducir hechos. Tras su enfrentamiento de la mañana, Tony se había ido a refugiar a los brazos de ese asqueroso perro y se maldijo por lo bajo porque él lo había orillado a eso.

Odiaba imaginar que ese asqueroso Alpha al que no le conocía el rostro, aún, lo había hecho suyo de nuevo y fuera de los días de su celo. La ira lo invadió porque eso significaba que Tony no lo estaba usando solo para complacerse, sino que podía haber algo más entre ellos. Tenían sexo en el celo y en su juicio. Eso sólo podía significar  una cosa. Eran amantes. Una punzada le atravesó el pecho y una nueva ola de ira al imaginar al castaño preferir a alguien más por encima suyo, le hizo hervir la sangre y sin siquiera razonar en sus acciones, tomo al castaño por la muñeca con más fuerza de la necesaria y comenzó a arrastrarlo entre el tumulto de gente sin reparar en los tirones que el genio le daba para detenerlo.

Tony tenía una sarta de malas palabras para gritarle, para exigirle que lo soltará de una buena vez, pero al saberse el foco de atención de uno que otro de los invitados, incluyendo a una rata de la ONU, dejo de forcejear y muy a su pesar se dejó guiar por el rubio quien lo llevo literalmente a rastras hasta su habitación.

Viernes, bloquea el sonido al exterior. — Susurró al brazalete tecnológico en su mano libre y la IA se limitó a cumplir la orden.

Una vez dentro, Steve lo arrojó a la cama, obligándolo a caer bruscamente sobre ella al no haber puesto resistencia a su agarre, como si fuera un trapo y Tony lo miro con rabia.

—No sé de qué va esto, Rogers pero no estoy para…

Su reclamo se vio interrumpido cuando el rubio técnicamente se montó en cima de él, apresándolo por las manos contra la cama. El corazón de Tony golpeteo su pecho pero no precisamente por temor a la acción de Steve, sino por su cercanía.

La última vez que habían estado así de cerca, fue antes de la Guerra Civil, una noche después de haber salido de su taller ya muy entrada la madrugada, ya que el rubio le había insistido en salir de el porque necesitaba dormir, un simple roce entre sus manos desencadenó una serie de eventos que por la enorme tensión sexual  entre ambos desencadenó un apasionado beso y un suculento manoseo que le orillo a pedirle, finalmente, al rubio que le acompañará en sus días de celo próximos.

—¿Q-qué?

El cerebro del castaño era incapaz de crear una protesta coherente. Talvez era el efecto del alcohol o el mísero trago de Hidromiel que Thor le había ofrecido lo que le hizo ver los ojos azules de Steve en la escasa media luz de su habitación casi de un tono azul marino profundo y hechizante.

Una descarga eléctrica le recorrió el cuerpo ante semejante vista, y no solo a él, Steve se perdía entre sus brillantes ojos marrones y sus labios entreabiertos que le hacían una atenta invitación a poseerlos.

La tensión sexual seguía ahí. Solo un roce entre sus pieles era necesario para desencadenarla.

El corazón de Steve latió rápido, y al ver que Tony no estaba alejándolo como de costumbre, reunió el valor necesario y se adueñó de sus labios con un toque cargado de necesidad y anhelo.

Tony no pudo reaccionar, simplemente sus ojos se abrieron casi como platos por la sorpresa.

Steve por su parte, pasó sus manos de las muñecas del castaño hasta su torso, grabando en su memoria la sensación que le provocaba el recorrer su cuerpo hasta que enredo sus brazos alrededor de su cintura e inhaló su aroma, lo estrechó contra si tan suavemente, como si tuviera miedo de romperlo, con ganas de atesorarlo y grabar a fuego ese instante, esa cercanía, en su memoria para el resto de su vida.

Gruño por lo bajo al distinguir aún las pequeñas notas de tabaco en su esencia y maldijo por lo bajo.

—Lenguaje, Steve. — dijo Tony con voz bajita, burlándose un poco de él y llamando de vuelta la mirada azulina en su dirección.

—Por favor, se mío. — imploro por lo bajo con ojos suplicantes.

Algo en el pecho de Tony se removió. Aunque desde hace meses se decía a sí mismo que aquel vínculo que los unía no era más que pura charlatanería, que el daño que Steve le provocó en Siberia era imperdonable, una pequeña y estúpida parte de él no podía negar que los sentimientos por el rubio seguían latentes, estaban siempre ahí, presentes aunque fuera muy en el fondo de su corazón y eso le jodía en sobremanera en sus noches de insomnio.

¿Por qué seguía teniendo sentimientos por la persona que casi lo mata?

Una nueva ola de sentimientos atacó al genio, recordándole el por qué de su recelo hacia el Emblema de América.

—Hubiese sido genial si me hubieras dicho algo así de directo antes de lo de Siberia. — la mirada brillante del genio se tornó oscura, el dolor y recelo se dejó ver y Steve por inercia afianzó un poco más fuerte su agarre, no lo dejaría ir. — ahora son solo palabras vacías.

Con sus manos, Tony intento deshacer el agarre de Steve. No lo quería cerca, no quería que lo tocará, ni siquiera que respirará el mismo aire que él. El dolor se acumuló en su pecho haciéndole pesada la simple acción de respirar. Tenía que alejarlo, no debía caer.

Ante el forcejeo del castaño, Steve no cedió ni un ápice.

—Tony, por favor.

Pidió sin saber exactamente qué. ¿Qué no forcejeara? ¿Qué se quedará? ¿Qué se entregará a él?

Pero el castaño no iba a ceder.

—Suéltame, Steve. — le pidió de la forma más calmada posible.

No quería armar un escándalo, las ratas de la ONU seguro andarían tras ellos después de ver la forma en que ambos se fueron de la fiesta y aunque quería confiar en la guardia de Visión, nunca estaba demás ser cuidadoso por su cuenta.

—No voy a dejarte ir. — Steve gruñó y se aferró más al cuerpo del castaño.

—No era una pregunta, era una orden.

Steve gruñó de nueva cuenta y poco a poco fue deshaciendo su agarre, se acomodó y volvió a adoptar su posición anterior, solo que esta vez sin apresar de las muñecas al genio.

—¿Por qué huyes de mi, Tony? ¿Por qué me…?

Steve calló al ver como las orbes marrones se convertían en pozos oscuros llenos de dolor y decepción.

—Completa la pregunta, Rogers. No, ¿Sabes qué? ¡Lo haré por ti! — su voz sonaba sarcástica y dura, un nuevo dolor se centró en el pecho del Capitán — ¿Por qué te odio? — dijo con molestia pero una sonrisa irónica se situó en sus facciones para esconderla — Porque confíe en ti y me fallaste. — sentenció y Steve se alejó del millonario por inercia, casi como un resorte que sale disparado lejos.

Tony se incorporó al instante, aprovechando el distanciamiento del rubio. Con una mirada irónica, casi rayando con la burla se puso de pie y se pasó una mano por el cabello.

—Es curioso que  sigas pretendiendo no entender aún cuando hemos llegado a este punto de no retorno, Rogers.

—Tony, sé que la forma en la que actúe no fue la mejor pero mi amigo estaba en peligro y…

—¿Tu amigo?— se rió — ¡YO TAMBIEN ERA TU MALDITO AMIGO, ROGERS! — le gritó sin poder contener la ira que le provocó escuchar aquellas palabras — ¡Incluso llegamos a ser más que amigos y aún así tú me mentiste! — le atacó y el corazón de Steve dolió.

—Tony yo quería protegerte… — trato de explicar.

El motivo por el que no le había dicho sobre quién había sido el autor del homicidio de sus Padres era para protegerlo, aunque aún era un tema espinoso para el millonario, no era algo que le obsesionará descubrir ya y él, simplemente creyó innecesario darle esa información que sabía muy bien abriría una herida que no dejaría de sangrar hasta cobrar venganza pero, eso fue exactamente lo que sucedió por no decirle.

—¡¿Protegerme?! — cuestionó incrédulo — Te estabas protegiendo a ti Steve, a Barnes, no a mí. — le escupió con la voz quebrada.

—Tony, sabía cómo ibas a reaccionar y…

—¿Ah, en serio? — lo interrumpió — y según tú, ¿cómo demonios iba a reaccionar? — le Inquirió con enfado y Steve no supo que responder.

Tony hizo ejercicios de respiración para regresar un poco de calma a su cuerpo, un ataque de ansiedad estaba próximo y era lo último que necesitaba en un momento como este. Dio un par de vueltas en la habitación, siendo el foco de atención de Steve, se pasó ambas manos por el cabello y acortó lo distancia entre ambos para encarará al rubio.

—Si me lo hubieras dicho desde un inicio, explicándome las circunstancias bajo las que estuvo Barnes para realizar ese acto, lo habría entendido. — afirmó.

—Aun así ibas a reaccionar mal.

—Se trata de mis Padres, Rogers. ¡Obviamente iba a reaccionar mal!

—También pudiste reaccionar diferente ese día en la base en Siberia, si tan solo me hubieses dejado explicarte…

—¡Pues perdón por reaccionar así! — exclamó con sarcasmo — ¡La próxima vez que me muestren un vídeo donde muestran cómo están asesinando a las personas que amo diré gracias por matarme un poco!

—Tony, por favor…

—¡Estoy harto, Steve!  ¿Qué demonios es lo que quieres de mí? — Inquirió frustrado.

Ese rubio idiota estaba sacándolo de sus casillas.

Steve al escuchar su pregunta, con un movimiento brusco lo tomo de los hombros con más fuerza de la necesaria, obligándolo a verlo directamente a los ojos y quitándole la posibilidad de huir con su fuerte agarre.

—¡QUIERO QUE SEAS MIO Y DEJES A ESE MALDITO PERRO CON EL QUE TE REVUELCAS! — Gritó con exasperación, dejando ver la frustración e irá en sus orbes azulinas — ¡Yo soy tú destinado, tenemos un vínculo! — recargo su cabeza en el hombro del castaño y se aferró desesperadamente a él, como si tuviera temor de que desaparecería en cualquier momento si lo soltaba.

Steve se desenmascaró frente al genio. Los celos lo estaban consumiendo y no pensaba con racionalidad sino con un banal instinto primitivo de pertenencia.

Lo quería, lo necesitaba y lo único que rondaba por su cabeza era el poseerlo, tenerlo de vuelta, ignorando el hecho de que Tony seguía herido y no lo quería cerca. Lo obligaría a aceptarlo si era necesario.

Una risa sarcástica surgió del pecho de Tony y Steve alzó la mirada sorprendido, casi dolido por su reacción.

—¿Estás celoso? — Inquirió casi con burla. — no me lo puedo creer. — ahora sí se burló, descaradamente.

Con sus manos, intento alejar de nuevo al rubio pero este ni siquiera se inmutó en el empujón.

—¿Y que si lo estoy? — Inquirió con voz  profunda — Eres mío, Anthony Edward Stark. Solamente mío.

Y sin aviso, sus labios volvieron a apresar los del castaño en un toque ahora demandante y con algo de ira.

Tony ni siquiera pudo resistirse porque Steve había usado su voz de mando al decir aquello y una fuerte descarga eléctrica le recorrió la espina dorsal y su parte más sensible había reaccionado ante su tono por puro instinto.

—No uses… — puso sus manos en el pecho del rubio, intentado romper el contacto sin éxito, Steve no lo soltaría tan fácilmente — tú estúpida-voz de-mando-conmigo-Rogers. — le dijo aún contra sus labios y el rubio sonrió con malicia.

—¿Por qué? ¿Temes ceder a tus instintos, al vínculo que hay entre nosotros? — se separó del cuerpo del castaño y deshizo el nudo de su corbata — Tú eres mi omega, Tony — Susurró con voz ronca y un poco demasiado baja pero Tony lo escucho a la perfección — y no voy a permitir que sigas acostándote con otro que no sea yo.

Steve se quito el saco de su modesto traje color gris claro y se sacó la camisa, arrancándola de su cuerpo, esparciendo los botones de la misma en todas direcciones sobre el piso y Tony entro en estado de pánico al ver su torso desnudo y sus orbes azulinas envueltas en una oscuridad que no había visto antes. Ese idiota rubio iba en serio. La expresión en su rostro le gritaba al castaño que iba a follarlo duro con o sin su consentimiento y un temblor recorrió su cuerpo obligando al genio a tomar distancia casi de forma desesperada al situarse en el otro extremo de la cama inútilmente cuando está ni siquiera servía de barrera para impedir lo que sea que iba a pasar a continuación.

—Steve, debes calmarte. — trago en seco y el rubio gruñó por lo bajo.

—El último año he tratado de disculparme, de hacerte entender que lo único que quiero es tenerte de vuelta y te niegas a aceptarme — siseo por lo bajo y Tony observó cómo los caninos del Alpha comenzaban a asomarse por sus labios. —  y en cambio vas y te revuelcas con ese Alpha de mierda que no tiene el permisi de poseer ese cuerpo que por derecho es mío.

Steve estaba cegado por los celos, su instinto primitivo estaba prevaleciendo, cegando su raciocinio y cordura. Y en ese momento Tony sintió miedo. Aunque tenía un léxico bastante amplio y un montón de buenas razones por las cuales no lo quería cerca para defenderse está vez no sería de mucha ayuda, solo lo haría enojar más y con su transformación a esa bestia en laque suelen convertirse los Alpha +, Tony no quería arriesgarse porque podría irle muy mal.

—Entonces hablemos, somos personas civilizadas y eso es lo que querías desde un inicio, ¿No es así, Steve? — Se apuró a decir.

Tenía que cambiar el rumbo de las cosas, no quería que Steve cometiera una locura.

—Es tarde para hablar, Tony. Ahora lo haremos a mi manera.

Y dicho eso, Steve salió disparado en dirección a Tony, que de un movimiento rápido y brusco, acorraló de nueva cuenta contra la cama sin darle tiempo de siquiera de reaccionar.

Una vez bajo su control, inmovilizándolo al presionarlo con su cuerpo, lo beso de forma fuerte y demandante, arrancándole un sabor metálico de sus labios de piñón y un gemido de dolor desde el fondo de su garganta, pero poco le importo y siguió con el contacto brusco mientras con sus fuertes manos, comenzaba a arrancarle la ropa a base de tirones.

—Steve, por favor detente.

El castaño comenzó a suplicar una vez que su boca fue liberada cuando los mordiscos bajaron hasta su cuello pero fue ignorado olímpicamente por el rubio. Se retorció un par de veces alejando sus glándulas omega lejos de los dientes del Alpha.

Tony no quería esto, no así ni como estaban las cosas. No quería ser marcado de esta manera. No quería ser marcado por Steve.

El aroma a canela y azúcar estaba siendo consumido por pequeñas notas agrias que delataban miedo y desesperación. El Alpha lo noto pero decidió ignorarlo para seguir con su cometido. Iba a someter a su Omega costará lo que costará, estaba dispuesto a marcarlo en contra de su voluntad solo para no seguir soportando el hecho de que aún cuando le perteneciera, otro tomara y se satisfaciera de placer con su exquisito cuerpo cuando él ni siquiera había obtenido un beso decente de su parte.

Sabía que Tony lo odiaría pero nadie quitaría el hecho de que sería suyo, en cuerpo y alma aún cuando se resistiera.

Steve descendió por su cuerpo, de su cuello hasta la perfecta V de su pelvis con besos y mordiscos que dejaban enormes marcas moradas a su paso. Sonrió para sus adentros con satisfacción.

Al fin estaba teniendo lo que tanto deseaba, ese cuerpo de pecado entre sus brazos.

Con un movimiento brusco le arrancó los caros pantalones de vestir junto con los bóxers y la vista que se postraba frente a él era simplemente magnífica.

—¡Viernes, código azul para Banner! — Gritó el millonario a la IA sacando de su maravillada sensación al rubio quien solo frunció el ceño al no comprender del todo bien el por qué de esa oración.

Al minuto, la puerta de la habitación se abrió dejando ver a Bruce con una pistola dispara sedantes o supresores en este caso y le apuntó directamente al Alpha.

—Capitán, le sugiero que se tranquilice o tendré que disparar. — advirtió y Steve gruñó por lo bajo.

—Capitán Rogers, aléjese del Señor Stark.

Visión apareció de repente a través de una de las paredes y el rubio tomo una posición defensiva, cerniéndose sobre el cuerpo de Tony, como si estableciera territorio.

Mío. — Masculló finalmente con su voz de mando. No iba a dejarlo ir ni mucho menos que se lo arrebataran.

—Si, tuyo, pero así no, Steve. — habló Tony con voz temblorosa y el rubio lo miro confundido.

¿Acaso había escuchado bien?

Un par de pinchazos se le clavaron en el cuerpo, uno en el pecho y otro en el brazo, un sedante y un supresor. Comenzó a sentirse mareado al instante y en un segundo todo se tornó negro.


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Hola, aquí les dejo la continuación XD esto se está poniendo cada vez más intenso UwU

Debo admitir que este Steve me dió algo de miedo xD pero ame escribir este capítulo aunque literalmente lo rescribí tres veces en su totalidad xD por eso he tardado en actualizar ewe pero valió la pena porque me encantó cómo quedó ♥️ espero que también ustedes lo disfruten como yo y pues les dejo un momazo para relajar un poco la probable tensión que producirá el capítulo de hoy porque a mí sí me la provocó xD y pues nos leemos en la siguiente actualización 🤗

Debo admitir que este Steve me dió algo de miedo xD pero ame escribir este capítulo aunque literalmente lo rescribí tres veces en su totalidad xD por eso he tardado en actualizar ewe pero valió la pena porque me encantó cómo quedó ♥️ espero que ta...

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Ah, por cierto xD ¡Muchísimas gracias por las lecturas, ya van más de 100 y los votos a cada capítulo, los comentarios que han dejado, en serio estoy muy agradecida y por eso les dejo este gif que me encantó ♥️

Ah, por cierto xD ¡Muchísimas gracias por las lecturas, ya van más de 100 y los votos a cada capítulo, los comentarios que han dejado, en serio estoy muy agradecida y por eso les dejo este gif que me encantó ♥️

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