Pánico.

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Capítulo 9:

Estaba oscuro, el frío azotaba su piel sin piedad y lo único que podía distinguir en aquel negro profundo fue la capa de nieve que cubría el suelo que estaba pisando y los árboles a su alrededor.

La luz de su Reactor iluminaba su pecho y la rota armadura yacía en el suelo a un par de pasos lejos de él. Miro en todas direcciones, en busca de alguna señal pero tal parecía que estaba solo. Se acercó a su pedazo de armadura, ya que estaba totalmente hecha trizas y le habló a la IA con la esperanza de que está aún le respondería.

Jarvis. — Llamo por segunda vez al no obtener una respuesta a la primera. — Jarvis — insistió pero nada fue la misma respuesta.

Una especie de pánico lo invadió y sintió como le escocían los ojos.

—No me abandones.

Susurró el castaño con voz débil. Estaba solo, en un lugar desconocido y en una oscuridad que le recordaba la sensación de la miseria.

Había estado huyendo pero él lo encontró. Lo atacó y apenas pudo salir vivo, se estrelló en la nieve y la armadura resistió bastante bien ya que él no tenía más allá de un par de rasguños cuando su lata se hizo prácticamente pedazos.

Tenía que salir de ahí, esconderse.

Tony Stark no era un cobarde pero, no tenía como defenderse, no de él en este momento, no sin una armadura. Su lucha cuerpo a cuerpo era buena pero no podría salvarlo de esta, estaba en clara desventaja.

Decidido, camino un par de pasos, tenía que averiguar en dónde estaba y cómo podía regresar a casa. Tenía que conseguir uno de sus trajes, no podía estar indefenso, de lo contrario él…

Repentinamente se escuchó una pequeña ráfaga como si algo hubiese sido lanzado, rompiendo el sonido del viento frío que azotaba el lugar, Tony abrió los ojos desmesuradamente y su corazón golpeteo errático contra su pecho cuando divisó los colores americanos de aquel maldito escudo que iba en dirección a él.

Con suerte, mucha suerte de por medio en su ágil pero algo torpe movimiento logro esquivar el ataque, cayó de lleno contra la gruesa capa de nieve, y siguió con la mirada el escudo que terminó estrellándose contra un árbol cercano, clavándose en diagonal en el grueso y viejo tronco para luego en automático dirigir su vista hacia el lugar de donde provenía el ataque.

Su cuerpo se paralizó,  su respiración se entre corto y un ataque de pánico se adueñó de su organismo.

Poco a poco, los característicos colores de aquel traje patriótico se hacían más visibles y más cercanos entre aquella oscuridad. Focos rojos se encendieron en la cabeza de Tony, en acto reflejo se levantó de golpe y corrió hasta su armadura para desprender los repulsores de energía que también fungían como armas, se las puso y apunto con ambas al rubio que no detenía su andar hasta que quedo a no más de un metro de distancia de él.

—¿Crees que eso te defenderá, Stark?

Articulo el contrario pero Tony no respondió. Su cuerpo entero temblaba, y aunque trataba de controlar ese impulso, sus manos se movían como hojas de papel haciendo sonreír al rubio que se acercó un paso más.

—¡Te lo advierto, Rogers, si das un paso más voy a disparar! — Gritó con evidente pánico en su voz y la sonrisa burlona del rubio solo se hizo más grande.

—Tan patético. — se rio y dio otro paso más.

Tony quería retroceder, hacer crecer la distancia entre ellos pero su cuerpo no seguía las órdenes de su mente.

Destinado. [PAUSADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora