OBSESIÓN

¡Llego la hora!

Mientras tanto del otro lado se podía ver al pobre Capitán caminar incomodo por el bulto que tenía entre sus piernas, ocultaba su enrojecido rostro de todos a su alrededor mientras era perseguido por un preocupado Clint insistiéndole en que se quedara quieto en su habitación que Nath le trataría en cuanto pudiera hasta que dejo de perseguirle viéndole marchar desde lejos.

Estaba teniendo un serio problema, las imágenes se le venían a la mente una y otra vez como si de una cámara fotográfica se tratara y lo peor era que la luz que esta emitía era realmente cegadora. Subió de dos en dos lo que le parecían ser unas escaleras infinitas.

-Oh por… Steve ¿estás bien? - pregunto Baner al salir de su habitación y ver como este pasaba de él ignorando el hecho de estar mal herido, empapado y lleno de tizne negro a causa del pequeño incendio, pero que al parecer eso no le importaba en lo más mínimo, parecía tener problemas aún peores en los cual pensar.

El doctor le siguió el paso hasta ver que se perdía en otro sector de la torre que le encaminaba a su habitación del 5to piso, solo quedaba un camino hecho por las huellas húmedas de sus botas.

Este por fin había llegado a su recamara, cerró la puerta de una sola vez haciendo un gran estruendo en el vacío pasillo que quedaba por fuera.

Rápidamente fue quitando su empapado traje tirándolo en una esquina de la habitación seguido de sus botas, ya dentro de la ducha abrió la regadera haciendo que los niveles del agua tuvieran la sensación térmica de estar bajo cero, provocando un escalofrío en su piel desnuda, en estos momentos el dolor de las quemaduras pasaba desapercibido por sus pensamientos, su cuerpo podía resistir las insignificantes heridas que tenía.

Este miraba sus temblorosas manos llevándolas a su rostro sonrojado cerrando sus ojos tras el pequeño accidente en el taller, el agua recorría rápidamente todo su cuerpo no podía dejar de pensar, no podía dejar de sentir y sobre todo preguntarse el que le había sucedido en esos momentos.

Al parecer el agua helada no le ayudaba a calmarle a lo que con toda la vergüenza del mundo bajo sus indecisas manos para por fin deshacerse de este terrible problema.

Por primera vez en su vida iba a hacer algo indecente superando los límites de la imaginación, nuevamente podía ver ese rostro lascivo por debajo de él, podía escuchar sus quejidos como si de susurros se trataran, volvió a sentir como este le había tocado por encima de su ajustado traje y sobre todo el volver a escuchar en sus adentros esa voz gimiendo su nombre una y otra vez llevándolo al mismo placer que su tan afamado Tony Stark, como adoraba ese nombre y a la persona que lo portaba, deseaba con tantas fuerzas que el sentimiento fuera mutuo porqué el ya no podía seguir fingiendo por más tiempo, no más...

-To…Tony ¡ah!-

A lo lejos se encontraba el causante de todo sin parar de dar vueltas en círculos pensando en cuál sería su siguiente paso, ya no podía mirarle a los ojos y pretender que nada había pasado y vaya que estuvo a punto de suceder.

Necesitaba ir a ver sus heridas antes que otra cosa pasara, el problema era como mantener su cordura frente al Capitán, no podía dejar de recrear miles de escenas en las que él ya estaba cuidando del estado de su rubio, el obstáculo era que cada uno de sus “cuidados” terminaban en sexo salvaje.

- ¡Maldición! - en sus adentros tenía la vocecita de su Cap al recordarle de que cuidara su lenguaje, rio para sus adentros.

-Bien tu puedes hacerlo, solo hazlo, vamos vamos…- No podía hacerlo, intentaba agarrar esa valentía que en estos momentos le traicionaba, no se sentía capaz de hacerlo, preferiría vencer miles de invasiones alienígenas o el mismísimo apocalipsis todo excepto esto.