×No puedo parar×

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-Steve quiero un abrazo...-

-Está bien, solo déjame salir. -

-Pero puedes hacerlo mientras me abrazas...- un pequeño puchero decoro su rostro por la insistencia de mantenerlo en su interior.

-Vamos, así podrás estirar de tus piernas. - este pellizcaba de los mofletes de su tierno rollito convenciéndolo de un cambio de posición.

-Steve, tiene rato que ya no las siento. - le miraba desafiante mientras cruzaba sus brazos manteniéndose firme ante el debate.

-Eso es incluso peor... anda vamos deja que te ayude a estirarte. -

-No, eso me dijiste hace unas horas y terminamos barriendo todo el cuarto. -

-Vamos no te hare nada esta vez, lo prometo. - sus mejillas empezaban a teñirse de rojo ya que no podía discutir por la mayor parte de culpa esta vez.

-Y eso es lo que precisamente me preocupa...- le miraba con una sonrisa ladina mientras fruncía su ceño simulando preocupación llevando su dedo índice sobre su mentón fingiendo analizar la situación.

Steve soltó un gran suspiro mientras dejaba caer sus hombros junto con su cabeza en forma de resignación escuchando una pequeña celebración por parte del castaño.

-Y así es como se derrota al Capitán América.-

El orgullo decoraba su rostro ante el derrotado de su amante quien se reía de las formas en las que obtenía las cosas, él también podía intentarlo, pero ¿cómo?

Su cerebro pensaba a toda velocidad mientras el otro se distraía abrazándole desde su cuello mientras tarareaba una canción, no había duda de que se divertía por tener el control, se preguntaba una y otra vez como es que lograba lo que se proponía, ¿debía usar alguna clase de estrategia como las que ocupaba el castaño o solo rendirse?

El sarcasmo no era lo suyo, tampoco tenía un gran ego ni mucho menos la inteligencia para controlar cualquier situación, ¿Qué podía ofrecer? Era absurdo como su mente comenzaba a llenarse de posibles variables para derrotarle cuando se trata de algo sin importancia, a él no le importaba estar así durante todo el día, solo era cuestión de llevarle la contraria y más que nada diversión, quería ver su rostro sorprendido si es que lograba ganarle, no perdía nada con intentarlo.

Acomodo su voz lo más grave que pudo para luego susurrarle sensualmente a su oído.

-Babe... yo sé de algo que le asentara muy bien a tu...cuerpo...-

Este observo como los vellos del castaño reaccionaron erizando cada parte de su piel, de forma que le hizo despegarse inmediatamente de su cuerpo manteniendo distancia a la altura que sus brazos se colocaban por sus hombros, el soldado observaba atento como este se sonrojaba para abrir sus ojos de golpe con sus labios en una perfecta "o", Steve se empezaba a poner nervioso, era la primera vez que intentaba algo como eso.

-Lo hare solo si vuelves a llamarme así... daddy...- este le devolvió el juego de palabras que por solo ver como se presentaba un intenso rojo no dudo en reírse en su cara por el esfuerzo que hizo al imitarle, lo admitía eso lo había puesto muy caliente, por un momento pensó que era alguien totalmente diferente hasta el grado de producirle escalofríos que aún resaltaban entre sus brazos, sin duda alguna lo anotaría en su lista de cosas nuevas por hacer, un juego de roles.

-No ya no lo hare fue una estupidez, además no quiero ser el causante de otro desmayo tuyo...- sus manos cubrían su rostro ocultando la vergüenza por la que estaba pasando, deseando no haber dicho nada mientras el otro luchaba por despegar de sus manos para verle de cerca, ahora nunca lo olvidaría.

OBSESIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora