[TRES: when the party's over]

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Todo se detiene

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Todo se detiene.

Tu corazón, tus pulmones y, por último, tu cerebro.

Recuerdo mi último pensamiento antes de perder el conocimiento: "Si esto es un sueño, que nadie se atreva a despertarme porque en esta fantasía estoy feliz siendo nada".

Todo lo que sientes, deseas, te duele o quieres olvidar se hunde. Todo se vuelve oscuro.

Y de repente, el aire vuelve a entrar. La vida vuelve a entrar y todo vuelve a resurgir.

"Estoy despertando".

Todo dolía. Desde la punta de mis dedos hasta la punta de mi cabeza, todos mis músculos estaban doloridos a pesar de que me encontraba sobre una superficie blanda y cómoda. Puedo sentir mi pecho subir y bajar al ritmo de mi respiración, pero eso no tenía ningún sentido. ¿Por qué estaba respirando si había muerto? A menos que no lo hubiera hecho. Fue entonces cuando todo volvió a mí, el recuerdo del agua golpeando mi cuerpo, de mis pulmones gritando por aire, del dolor de mi cerebro apagándose y, finalmente, un dolor aún más peligroso, el de despertar. Estaba viva. El mismo mundo despreciable seguía girando a mi alrededor, no había escapado solo había saboreado la muerte.

Mis ojos temblaron antes de abrirse, acostumbrándose a la luz que entraba por las ventana. Las paredes del cuarte eran de madera, al igual que el piso y todos los muebles. Era un lugar cálido y amigable, uno de esos lugares en los que a uno le encantaba despertar; bueno, eso era así si uno no se despertaba en ese lugar desconocido luego de perder el conocimiento luego de un intento de suicidio. Mi cuerpo se encontraba tapado por múltiples sabanas, quizás nueve, y mi ropa había desaparecido, sólo tenía puesto una remera larga y unos pantalones de pijama. Una vez había pensado en la posibilidad de morir mientras me bañaba, porque me hubiera resbalado o algo así, y lo incomodo que sería que los policías encontraran mi cuerpo desnudo en la ducha; sin embargo, no me importaría porque estaba muerta. Pero en este caso, alguien había tenido que desvestirme y cambiarme, y sí me importaba porque, lamentablemente, estaba viva.

Salí de la cama lentamente, intentando no forzar los músculos doloridos, y me incorporé con los ojos cerrados, sintiendo como por unos segundos todo el mundo se tambaleaba a mi alrededor. Cuando la Tierra retomó su equilibrio, abrí los ojos de a poco y me quedé quieta en el lugar. El zumbido que escuchaba en mis oídos había desaparecido casi por completo, permitiéndome escuchar voces hablando a la distancia. "¿Dónde estoy?". Abrí la puerta del dormitorio con cuidado para no hacer ningún ruido, encontrando un pasillo largo que desembocaba en una cocina. Comencé a caminar por ese pasillo, concentrándome en que mis pies no hicieran el suficiente ruido como para alertar a mis rescatadores (si es que los podía llamar de esa manera), y a medida que me acercaba lograba distinguir las voces, las cuales eran muchas y la mayoría masculinas.

"Encontramos pastillas en su su campera, muchas pastillas", dijo una voz gruesa y autoritaria. Maldije en mi mente, necesitaba esas pastillas.

✨ 𝖒𝖞 𝖘𝖙𝖗𝖆𝖓𝖌𝖊 𝖆𝖉𝖉𝖎𝖈𝖙𝖎𝖔𝖓 (paul lahote/jasper hale) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora