6.Mira arriba

1.6K 99 50
                                    

A la mañana siguiente ninguna de nuestras alarmas sonó por lo que despertamos a las prisas, ambos tenías que salir a nuestros respectivos trabajos.

Fui el primero en marcharme con un beso tan perfecto que me quitaban todas las ganas de alejarme. Pero tenía que irme.

Esa noche pasó algo más que no habíamos percibido antes con tanta claridad, la necesidad de estar juntos, no se si esto sucedía cuando formabas un lazo después de todo aún no consumabamos la unión, pero mis ganas de verla nunca habían sido tan grandes.

Tenía que controlarme no la haría dejar su trabajo por un capricho mío cuando solo tenía que esperar una semana para volver a verla...pero eso no pasó.

A mitad de semana ella me comentó que en su trabajo le encargaron un proyecto muy importante de alguna colección de temporada por lo cual estaría demasiado ocupada y así fue, cuando le marcaba ya no me contesta más que con mensajes diciendo que no era buen momento, así que lo dejaba pasar, recibía un mensaje donde me pedía disculpas y me recordaba cuanto me quería pero hasta altas horas de la madrugada, [esta bien no soy una colegiala desesperada] me decía diariamente. Cuando llegó el fin de semana me marco diciendo que se le hacía imposible vernos que tenía que quedarse en la empresa a trabajar, por lo que sólo podía esperar al siguiente fin, llegando el día miércoles de la siguiente semana me encontraba sumamente desesperado y no entendía muy bien el porqué, sólo tenía unas enormes ganas de verla, que me besara, me tocará y me cog... Incluso llamarla hacia que me diera un golpe de calor no podía controlarme, así que igual la llamé para quedar lo antes posible pero...su respuesta fue la misma tendría que entregar el proyecto, [otra semana más] pensé, ahora si comenzaba a pensar como una colegiala desesperada.

La noche del viernes algo más resignado me quedé más tarde de lo habitual por la zona céntrica, más concreto a un pocas calles de su edificio con la esperanza de verla aunque sea posible casualidad.

- Mira ¿no es Leo?- una voz familiar sonó a mis espaldas

Al girarme me encontré con los amigos de Aria, Miki, Noa, Sera, Joe y otro sujeto que no conocía de cabello oscuro y ojos profundo, tenía un semblante amable junto a un cuerpo fornido abrazando los hombros a Miki.

-Hola- saludé

-¿que tal? grandote- saludo Noa- ¿vas a ver a Aria?

-¿Eh? No ella está trabajando sólo paseaba-

-Ella está en su apartamento, seguramente con el lugar hecho un desastre y sin haber comido bien- respondió Joe sin interés

[¿Como es que el lo sabía? si ni a mi me había dicho eso]

- Si andaba metida en otro de esos trabajos exagerados con su explotador jefe- agregó Miki

-Deberías ir a verla- sugirió Noa

-Debes llevar comida- comento Joe poniéndose en marcha

-Cuídala por nosotros- se despidió Sera

Mire por donde se marchaban, percatandome de que el sujeto de antes me miraba de reojo con una carismática sonrisa, me guiño el ojo, yo solo me despedí con la mano mientras se alejaban.

Podía arriesgarme e ir a su apartamento, tal vez era como Joe decía, no estaba comiendo bien o incluso durmiendo lo suficiente. Pase a una tienda de conveniencia para comprar algunas cosas, lo suficiente para prepararle algo de comer, creo que incluso compre más de lo que debería, caminé hasta el departamento quedándome frente a la puerta dudando, respire profundo y toque el timbre pero tras esperará nadie abría, así que toque una segunda vez.

-tal vez debería llamarla- me dije

Al sacar mi teléfono la puerta se abrió con  ella que llevaba unos lentes que yo nunca había visto y se encontraba en ropa interior, una camiseta muy floja que dejaba ver demasiada piel junto a un short que bien podrían ser sus bragas.

Lo amargo de un carameloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora