5. Bala de 8MM

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El sol me pegaba directamente en la cara de forma molesta, otra vez habíamos olvidado cerrar las cortinas,  desperté por completo y me asegure que la luz no le diera a Aria o despertaría molesta. Volví a pensar en lo de ayer… fueron muchas emociones para un solo día aun asi yo sentía la misma conexión de la que Aria me hablaba anoche quería estar con a su lado sin importar nada de lo que me dijeran.

-…hule delicioso- susurro

Era cierto llegaba un olor a panqueques, seguro estaban preparando el desayuno.

-seguro es papá con sus deliciosos panqueques- dijo sentándose en la cama con los ojos aun cerrados

-Entonces hay que bajar-

-Si…- se giró y me beso

Primero suave hasta que sentí su lengua lamer mis labios abrí mi boca dejándola hacer lo que quisiera y en unos instantes ya la sentía sobre mi con sus manos explorando por todo mi pecho, me encontraba necesitado así que yo también me atrevía a acariciar su cuerpo, su espalda abdomen, cintura hasta llegar a sus nalgas y apretarlas.

-Eso es bebe, estas más suelto- hablo con el tono tan sensual que me excitaba

Escuche el cierre de mi pantalón y reaccione

-Aria espera- intente frenar, pero no supe si a ella o a mi

-shh te escucharan-

Bajo mis pantalones hasta los tobillos, se posicionó entre mis piernas acariciando mi miembro semi-duro, lo lamió hasta tenerlo por completo erecto, lo beso para luego meterlo en su boca, diablos que bien lo hacía, sus dedos rosaban mi entrada hasta que sentí uno dentro y apreté las sábanas

-mnhh- intentaba reprimir mis gemidos- A-a-aria-

-Shhh bebe ¿se siente bien?-

Solo pude asentir, me lleve la mano a mi boca, mientras ella seguía bombeando en mi pene y su segundo dedo entraba en mí.

-Ah ah Aria me ven nhg-

Aumento el ritmo por lo que no aguante más viniéndome en su boca.

-qué lindo- me beso

-¿por…por qué lo hiciste?- mi respiración aún se estaba normalizando

-por que ayer no te dejaste -sonrió-  vamos hay que bajar-

La jale antes de que se levantara y la bese esta vez siendo yo quien recorriera hasta el último rincón de su boca.

-vamos- me levante acomodando mi ropa ella solo rio

Llegamos y estaban todos reunidos alrededor de la barra de la cocina.

-Buenos días-salude

-Buenos días, justo a tiempo ya sale la siguiente ronda- hablo su papá

-tomen asiento- me dijo su madre

El desayuno fue bastante ruidoso pero agradable podría acostumbrarme a esto.

-¿Tienes algo que hacer hoy chico?- me pregunto el señor Roger

-No realmente-

-que bien- me dió palmadas en la espalda- hoy vendrás con nosotros-

-¿a dónde?- pregunté nervioso

-es domingo familiar- sonrió- Clarissa dale un cambio de ropa a este chico

Una hora después nos encontramos todos dentro de la camioneta de su padre con ropa deportiva, me habían presentado un short y una playera larga, mientras el conducía muy alegremente.

Lo amargo de un carameloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora