8. This is me

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-Dile a la señorita que invente alguna excusa para safarce de esto, en cuanto a ti aléjate lo más que puedas...-advirtio- si señor – se escucho a lo lejos y colgó

-Hermosa-le dije cuando salió del baño

-¿Qué pasa bebé? ¿Para que te llamo Nikola?- decía vistiendose rápidamente

-Se enteraron de que soy un omega, y dice Nikola que te prepares con una buena excusa, ¿estarás bien?- pregunté preocupado Nikola no sonaba bien

En su expresión había miedo-...si ya pensaré en algo- hablo sin mirarme

-¿Quieres que te acompañe?- dije levantándome

-No estaré bien, tu haz tus cosas normal, más tarde te marco- me mostró una sonrisa y me besó-te amo- salió del cuarto  para después hacerlo del departamento

Eso hice claro que no dejaba de preocuparme y pensar en muchas cosas que pudieran pasar pero ninguna era buena, tomé un baño cuando me fijé en el espejo del lavabo podía ver mi marcá me sentí tan feliz de haber podido hacer la unión con una persona que me ame tanto como yo lo hago. Desayuné y me marché al trabajo ya había faltado un día sin ninguna explicación claramente me regañarian pues nunca lo había hecho así tal vez no fuera tan grave, llegando me encontré con el señor Marco mi compañero de trabajo y quien me había apoyado mucho desde que me conoció, el era como una figura paterna, siempre velaba por mi y mi felicidad, recuerdo una ocasión que estaba pasado de copas me dijo que el me consideraba como un hijo, desde entonces le tengo un gran afecto.

-Leo que bueno verte, me preocupaste- dijo poniendo su mano en mi hombro

-Bueno pasaron muchas cosas- respondi nervioso

-¿tiene que ver con el cambio de tu aroma?- hablo alegre mientras codeaba mi brazo

-...si- me giré y le enseñe la marca

-Oh felicidades muchacho- me felicitó abrazándome- me alegro de que encontrarás a alguien-

-Gracias Marco- respondí

-Bueno a trabajar, más tarde me contarás los detalles-

Cerca ya de mediodía mientras trabajamos la secretaría del jefe de área se acercó para decirme que necesitaba hablar conmigo, me pareció extraño no pasaba muy a menudo, cuando me presenté el jefe me vio con un semblante afligido.

-¿Quería verme, señor?-

-Leo, eres uno de mis trabajadores más constantes y buenos que he tenido en toda mi vida- bajo la mirada

-¿Pasa algo señor?- pregunté su actuar no me parecía normal

-Lo siento- me entregó un sobre- dentro viene tu carta de despido junto a una indemnización, también una carta de recomendación mía-

-No lo entiendo, ¿Qué hice mal?- tome la sobre pero aún no entendía que pasaba

-Nada- fue lo único que dijo

-Entonces...- iba hablar pero me interrumpió

-Tengo las manos atadas chico, yo no quisiera esto pero...- hablo exasperado su mirada se detuvo en la ventana

Me gire para mirar encontrandome con el padre de Aria, entonces entendí de que se trataba todo esto, sali para confrontarlo grande fue mi sorpresa al ver que no estaba solo, mi padre también estába con él además de Calep y Aria a sus espaldas pero no por eso me iba a hechar para atrás.

-Esto es su culpa- le grité encarandolo

-Quitate de mi camino,omega, agradece que no te demandó por todo el dinero que me hiciste perder- respondió sin mirarme

Lo amargo de un carameloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora