Introspeccion y locura.

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Recién salía de la cárcel, y pensaba, pensaba mucho, de tanto pensar. Llegue a la conclusión de que no tenía sentido, nada tenía sentido. Así que mire al oficial de la puerta, lo golpeé y le quité el arma, le disparé a todos y cada uno de los presentes. Excepto al oficial, atente contra mi madre, mi hermano, mi padre, la niña que mi hermana abrazaba, la bala entró por el cráneo de ella y como un efecto colateral impactó a quien en brazos la tenia, volví a la prisión, estoy en cuarentena, en la celda de aislamiento. Hay algo hermoso en todo esto, ahora escucho sus voces, y aunque no hay nadie ya no me siento solo.

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