Pirómano.

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Después de tanto hablar de sueños, y realidades alternas decidí hacer mi sueño real. Destruir todo lo que me moleste.
Así fue como un día entre a la escuela con gasolina y encendedores. El resto es historia. Y yo ,bueno, también estoy estoy muerto y en el infierno hay hadas rojas que nos cantan y que bailan pero ninguna de ellas puede hacerme sentir el placer de ver a mis compañeros, profesores y al director sobretodo, derritiéndose viendo como su sangre hierve dentro de las venas. Escuchando el crujir de los huesos. Sentir el fuego en mi cuerpo, aullar por el ardor y sonreír por ese espectáculo maravilloso. Finalmente pude ser feliz, al terminar mi vida y aquí en el infierno al comenzar una nueva.

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