Capítulo 22 "Reconciliación"

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NARRA MERIDA

Abrí los ojos lentamente, hacía frío, estoy en una cama y juro que no es la mía tiene olor a... No lo sé. Miré hacia un costado y Hipo estaba mirando hacia abajo, sentado sobre un banco de madera.

─ ¿Hipo?─ dije extrañada.

─ ¡MER! Dios santo que bueno que despertaste ─ dijo feliz, yo lo miré confundida─ ¿Qué sucede?

─ ¿Qué fue lo que pasó?─ pregunté seria. Él se sentó en la cama y balbuceó un poco.

─ Bueno, estaba con Chimuelo practicando el vuelo y... Te oímos gritar, así que fuimos a ayudarte y te traje aquí porque estás herida y no quiero que te pase nada...─ dijo el con una sonrisa, dios por que lo amo tanto.

Me toqué la frente y me dolió, tenía una venda colocada, al igual que en el brazo.

─ ¿Y Chimuelo?─ pregunté. Él señaló a un costado de la cama y ahí estaba Chimuelo con una venda en la pata izquierda trasera.

─ ¿Y... Tu padre?─ pregunté.

─ Ha salido de Berk, aún sigue buscando el nido de dragones, pero la verdad nunca lo ha encontrado. Ahora quiere llegar y que me haya convertido en un cazadragones supremo─ dijo Hipo haciendo muecas, yo mer reí.

Nos quedamos en silencio un rato, pero tengo mucha intriga quiero saber quién era con la que se besaba esa vez.

─ Hipo... ¿Hay... Algo que quieras decirme?

─ Ahhmm.... ¿Feliz cumpleaños?─ dijo él de broma. Lo miré con cara de "En serio"─ No de verdad no se que quieres que te diga.

Lo miré con desepcion, y la verdad demasiado triste, ya se está haciendo el "yo no sé nada". Me levanté de la cama algo enojada y con el seño fruncido.

─ ¿Qué haces? ─ preguntó él parándose.

─ Hipo de verdad agradezco mucho tu ayuda pero... Yo no... no puedo así. Te amo ¿entiendes? Y siempre lo haré pero... No puedo compartirte.─ Sentí como algunas lágrimas caían, agarré mi capa que estaba colgada en una madrera, Hipo tenía una cara de confusión y sorpresa al mismo tiempo.

NARRADORA

Merida caminó hacia la salida de la habitación, Hipo no esperó un minuto más y corrió hacia la puerta tapándole el paso a Merida sin dejarla abrir la puerta.

─ ¿Qué haces?

─ No te irás de aquí hasta que me digas qué te sucede─ dijo él mirándola a los ojos.

─ No te hagas el tonto yo no soy tan estúpida─ dijo ella enojada.─ Quítate.

─ Nop

─ Quítate

─ N...O

─ Hipo quítate ahora.

─ Oblígame papá.

─ Ahora sí.

Merida intentó quitarlo pero no pudo, y no es por la fuerza de Hipo si no que Chimuelo sostenía la puerta con la cola. Lo intentó unas quince veces almenos y luego se tiró a el suelo rendida. Soltó un largo suspiro.

─ ¿Ahora que te has calmado me puedes decir qué te sucede? ─ dijo Hipo en tono divertido.

─ Bien ─ Dijo ella tranquila─ No sé... Ahmm... Yo creo que... Tú me has engañado con otra.─ soltó de una vez y por todas.

─ ¡¿QUÉ?!─ La cara de Hipo era de confusión total.─ ¿D-de qué hablas? Mer yo jamás te haría eso, ni a ti ni a nadie nunca.

Hipo se sentó a un costado de ella.

─ Aún no sé si es cierto... Mi cabeza está por explotar, no se que es verdad y qué no lo es─ dijo.

─ Cuéntame.

Mérida le contó todo su sueño desde la parte en la que ella estaba extraña hasta la que él supuestamente le pide perdón. Cuando terminó de contarlo él la abrazó inmediátamente diciéndole que era solo un sueño, que nunca pasaría porque él la amaba demasiado como para hacerle algo tan horrible.

Luego de unos minútos, eran las cuatro y media aproximadamente, Hipo tenía que ir a la academia y ella a el castillo antes de que su madre mandara a un ejército por ella.

Dejaron a Chimuelo en la casa y se fueron caminando.

─ Hay algo que aún no comprendo─ Dijo Mérida─ ¿Cómo rayos llegué a mi casa luego de hablar contigo si supuestamente me quedé dormida?

─ Yo te llevé hasta Dumbroch y Chris me ayudó a poder dejarte en tu habitación, de verdad tienes el sueño pesado, y roncas─ Dijo Hipo con los ojos abiertos.

Merida rió, y siguieron caminando hasta el famosísimo río.

─ Bien, desde aquí puedo ir sola─ dijo ella.

─ ¿Segura? ¿No quieres que te acompañe por si aparece el oso? ¿Te sientes bien no? No quiero que te...─ Hipo no continuó porque ella lo besó, él obviamente correspondió el beso y luego de unos segundos se separaron.

─ Estaré bien─ dijo ella mirándolo a los ojos.

─ Bien, cualquier cosa grita ¿Sí?─ Insistió él.

─ Adiós, suerte con tu entrenamiento, Vikingo caza dragones─ dijo ella caminando hacia el lado opuesto de él.

─ Cuídate ─"Si te pasa algo me muero" pensó─ suerte con tu madre, princesa ─ Dijo Hipo y siguieron caminando hacia sus respectivos hogares, sin darse cuenta que alguien los observaba.

Detrás de algunas ramas se hallaba Astrid mirándolos con odio, y a su lado había un chico rubio y... Patán.

─ Uhmm... Bien, debemos intentar separarlos de una manéra u otra, Chris, ya sabes que hacer ¿No?─ dijo Astrid.

Chris asintió seriamente y se fue corriendo en la dirección de Merida.

Patán y Astrid quedaron solos.

─ Y... Te gus...─ Astrid lo interrumpió.

─ Hay que irnos, camina.─ ella lo agarró del brazo y salieron corriendo en la dirección de Hipo.

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DAM DAM DAAAAAAAAAAAAAAAAM CHRIS ESTÁ EN EL PLAN DE ASTRID!! *o*

Por otra parte ¡¡¡WIIIIIIIIIII!!! Hipo y Merida se reconciliaron al fin<3 Pero no se confíen, Astrid es muy astuta y hará lo imposible para separarlos ¿Por qué? Tienes que seguir leyéndola y sabrás.

Mericcup ¿Te amo o te odio? *corrigiéndose*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora