Mericcup ¿Te amo o te odio? *corrigiéndose*

Capítulo 2 "Primer encuentro ¿Desente? Pfff ¡ACÁ HAY DRAGONES!"

Capítulo 2

  Hipo estaba encima de Mérida se habían quedado mirando a los ojos, pero un ruido los sacó de ese "trance". Hipo se bajó de Merida con cuidado, el dragón se había desatado de la trampa y comenzó a acercarse a los dos chicos en el suelo, ellos retrocedieron asustados.

— Creo que vamos a morir —dijo Merida.

— Siempre te he amado —dijo Hipo mirando a Merida

— ¡¿Qué?!

— Es que en las películas antes de morir siempre dicen eso —dijo Hipo y Merida rodeó los ojos.

  El dragon había quedado al frente de ellos, les rugió en la cara, ambos cerraron los ojos rogando que el momento pasara.

— ¡¿En qué estabas pensando?! ¡¿Desatar a un dragón?! —le regañó Hipo.

— ¡Hey, ésto no es mi culpa! —dijo ella— Bueno, un poco...

El dragón les volvió a rugir pero esta vez cuando terminó retrocedió sin dejar de mirarlos. Angus, el caballo de Mérida, estaba relinchando asustado.

— Tranquilo, todo va a estar bien —dijo Merida intentando calmar a el caballo.

  El furia nocturna sólo se los quedó mirando, ambos se miraron extrañados ¿Acaso el dragón no iba a matarlos? Mérida se paró lentamente mientras Hipo sólo la miraba algo asustado. Mérida comenzó a acercarse a el dragón. Recibió un gruñido por parte de él.

— Tranquilo, no te haré daño —dijo ella calmada y estirando su mano para tocarlo, el dragón solo gruñó— bueno, ya te has liberado, así que vuela, puedes irte sin matar a nadie.

  El dragón -como si hubiera comprendido lo que ella dijo- intentó volar pero no pudo, Hipo se levantó y se acercó a el dragón que también le gruñó.

— ¿No puedes volar? —preguntó Hipo y comenzó a caminar en círculos al rededor del dragón chequeándolo—. Ya veo...

  Hipo dejó de caminar posándose detrás del dragón.

— ¿Que tiene? —le preguntó Merida acercardonce a donde Hipo se había quedado.

— Debido a el esfuerzo que hizo por salir, se ha roto el ala —dijo Hipo.

  El dragón se dio vuelta y casi golpea a ambos con la cola, pero ellos lo esquivaron. El dragón parecía asustado.

— Oh pobre... ¿Quién habrá puesto esa trampa ahí? Pobre dragón, ¿Y si lastimaba a alguien? —dijo Merida mirando la trampa, Hipo bajó la mirada arrepentido, ella lo notó y comprendió— ¿Tú pusiste la trampa? —Hipo asintió decepcionado— Lo siento... Bueno,  no importa. Soy Mérida.

— Hipo —dijo ya más animado.

— ¿Cómo le repararemos el ala? —preguntó Mérida.

— ¿De qué hablas? —preguntó Hipo— No podemos hacer eso, aparte ¡es un dragón! yo creo que él puede con esto ¿No?

  El dragón lo miro con ojos de perrito mojado, Hipo intentó resistirse, Mérida hizo lo mismo que el dragón y ahí fue cuando Hipo cayó rendido.

— Okey, lo ayudaremos —dijo él frustrado.

El dragón parecía mas contento. Pero ya se estaba haciendo tarde...

— ¡Ay no! —dijo Merida enojada

— ¿Qué sucede? —preguntó Hipo

— Me tengo que ir, ya es tarde, pero te prometo que luego regresaré... Bueno, espero...—dijo y se subió a Angus.

— ¿Y lo cuidaré yo solo? —preguntó Hipo histérico, Merida asintió.

— Vamos, no debe ser tan difícil, confía en mí, si no llego en el anochecer nos encontraremos aquí mañana ¿De acuerdo?

— De acuerdo, adiós —dijo Hipo y Mérida se fue galopando en Angus.

Hipo se dio vuelta para encontrarse con la mirada de el dragón.

— Bueno, ahora somos sólo tú y yo...—dijo Hipo— déjame ver como esta tu ala.

Hipo se acercó a el dragón pero este retrocedió gruñendo.

— Oh vamos, no te haré daño —dijo Hipo pero el dragon no confiaba mucho en él— Ay, esta será una tarde muy larga...

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Merida ya había llegado a el castillo, dejó a Angus en el establo con comida y agua, le dio una manzana y entró a el castillo para encontrarse con su madre algo enojada. Merida sabía lo que diría. Su madre la llevó a una habitación y comenzaron con clases de ciencias, historia, geografía, música etc...

Aunque ella no se concentraba mucho devido a lo que había pasado en la tarde.. Preguntándose qué pasaría después...