No lo pienses

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Antes de empezar quiero decir, lo lamento por la tardanza.






Un tarareo feliz sonaba desde la cocina, melodioso y dulce se escuchaba a la par de el sonido del fuego y el acite interactuando entre si, componiendo una sinfonía que alegremente despertaba el apetito, nada fuera de lo normal en la casa Uzumaki tal vez, pero hoy en particular por alguna razón hoy habia algo diferente, se podia notar por la risueña mirada en la oji perla responsable de tan delicioso ambiente, en como unas pequeñas sonrisas se le escapaban mintras soñaba despierta.



Esa mañana de sabado debia tener algo especial, tal vez la calma y el inusual silencio en los demás cuartos podrían ser una pista,  una un poco engañosa, tal vez, tomando en cuenta que que todos los miembros de la familia se encontraban en casa, tal vez de esa manera era como el ambiente se sentia mas hogareño, muy probeblemnte era eso, pero ¿por qué el silencio?. Era muy temprano aun, tanto como para no esperar otro sonido mas que el de las aves y otras pequeñas criaturas que se levantan a la par del sol, pero la ojiperla simplemente no podia mantenerse en su cama por mas tiempo, la alegria le impedia mantener sus ojos cerrados, y el frio de la mañana no lograba alcanzarla y decirle que mantenerse bajo sus sabanas era buena idea, aunque cuando decidio no dormir, aun asi, durante unas cuantas horas del amanecer se mantuvo en la cama solo para ver a su esposo dormir, creyendo que habia dejado ese habito cuando Boruto habia nacido. Un color rojiso inundó su cara al recordar ese mal habito que habia vuelto e instantaneamente llevo ambas manos para cubrirse el rostro,  sin darse cuenta que se llevo unos cuantos utencilios con ese movimiento.

¡Tlick  Tlack!

El sonido del metal y la porcelana callendo al suelo se escucharon de forma estridente, haciendo eco por toda la casa sin que ella se diera cuenta, pero.

-¡Hinata!- Se escucho la voz alarmada del Hokague quien fue despertado por ese fuerte ruido junto con apresurados pasos que terminaron en otro estruendo, esta vez provocado por la cara del rubio y la pared de su recamara.


-Na, Naruto-kun- Hinata al escuchar al rubio, quito la manos de su rostro y apresurada se dispuso a volver a su habitacion pero a penas salio de la cocina y pudo encontrar a Naruto dirigiendose hacia ella tropesandose con las sabanas que venia arrastrando.

-Hinata,- Dijo un poco mas calmado al lograr vislumbrar a su esposa sana y salva, tal vez era un un poco exagerado el actuar tan apresurado del rubio, pero Naruto sabía que en su posicion no se podia permitir ningun tipo de decuido, el mundo ninja aun era peligroso y tal vez nunca lo deje de ser, lo sabia demasiado bien como para dejar pasar cualquier descuido, al menos la idea de que al pasar de los años fuese aunque sea un poco menos peligros y que el haya tenido que ver en eso, le hacian pensar que valiera todo la pena, ademas, aun habiendo hecho ese pequeño reajuste de horario para poder manejar mejor su vida personal, aun no podia pasar tanto tiempo con su familia como el querria, y ahora que por fin se pudo tomar 3 dias para pasarlos totalmente con ellos, bueno, el habia prometido cuidarlos, que no dejaria que nada les pasaria, por eso aprendio, domino y mejoro el jutsu dejado por su padre, para poder estar de alguna manera "cerca" cuando alguno de ellos lo necesiten, que pensandolo detenidamente pudo haberlo usado a penas noto la ausencia de su esposa en la cama, y haberse ahorrado unos cuantos golpes en el proceso.

-¡Naruto-kun, ten cuidado!- Advirtio la ojiperla al notar algo en el tobillo del rubio.

-¿Eh?- sin darse cuenta Naruto habia enevuelto su talón con un extremo y el otro se habia atorado en un mueble en el corredor.

¡Tooon!

-Naruto-kun-El rubio callo de cara al suelo sin poder siquiera meter las manos, justo a los pies de aquella preocupada oji perla, quien de inmediato se acerco al rubio cahido ayudándolo a levantarse de nuevo. -¿Te encuentras bien?-

Solo con tu Mirada Naruto X HimawariDonde viven las historias. Descúbrelo ahora