Minseok poco a poco se comenzaba a acostumbrar a su nuevo estilo de vida, su experiencia en un instituto americano era muy diferente a la que tenía actualmente en Corea del Sur. En California muchas veces había sido ignorado, otras tantas había sido objeto de burla de algunos estudiantes y tan solo había logrado hacer un solo amigo, pero en su nuevo instituto, en lo que llevaba ahí, muchas personas se volteaban a verlo e incluso a hablar de él. Si era sincero consigo mismo, prefería ser ignorado por todo el mundo sin embargo, ahora tenía a más personas a las cuales llamar amigos y eso lo prefería por sobre todas las cosas.
Casi todos los días al abrir su casillero se encontraba con muchas notas de papel, todas con diferentes tipos de letra lo que significaba que eran de parte de diferentes personas. La mayoría de esas notas –por no decir todas- poseían bonita caligrafía además de que estaban escritas la mayoría con tintas de lápiz en color rosa, violeta o celeste. Eran de chicas. Cualquier que lo viera pensaría que eran notas de amor de alguna admiradora, pero nunca fue el caso de Minseok.
Aquí vamos de nuevo.
Muchos de aquellos trozos de papel poseían insultos hacia su persona, lo llamaban "aparecido" y "roba novios", otras poseían palabras mucho más despectivas sobre su apariencia, solían llamarlo gordo o bola de grasa , también solían decirle lo poca cosa que era y por supuesto, no podía faltan un "Eres muy poca cosa para Jongdae".
Jongdae. Si tan solo el supiera las cosas que recibía a causa de él, aún sin tener la culpa de forma directa, a veces pensaba que de no estar comprometido con aquel chico entonces no tendría que pasar por esto. ¿Se arrepentía de ellos? No, jamás podría arrepentirse y sobre todo porque él no lo había decidido por sí mismo. Abrió una de las notas que había encontrado entre sus pertenencias: "Ojalá nunca hubieras aparecido en este lugar, Jongdae se merece a alguien mejor y más guapa, no una bola de grasa como tú" decía y suspiró, tal vez tenían razón, él jamás sería el tipo de persona de la cual el pelinegro se enamoraría, no tenía un cuerpo tan trabajado a pesar de que tampoco se consideraba una persona gorda, sus mejillas eran más bien regordetas y por sobre todo, era un hombre.
— ¿Qué tienes, Minmin? — preguntó Baekhyun quien acababa de llegar a su lado luego de haber pasado por su casillero. Baekhyun lo protegía bastante, era quien hacía callar a las chicas cuando alguien hablaba mal de él a sus espaldas u otras de frente, otras veces también las humillaba delante de todo el mundo, eso servía para dejar de ser molestado por unos días, pero aún así continuaba recibiendo notas diferentes.
— No es nada, Baek — mintió guardando de forma apresurada y por sobre todo torpe las notas que había encontrado en su casillero, tan apresurado estaba que desgraciadamente una de ellas paró junto a los zapatos bien lustrados de Baekhyun que no tardó en mirarla y leer el contenido. Por favor, que no arme un escándalo, pensó. Su reacción no se hizo esperar y enojado la rompió en muchos pedazos.
— ¿Por qué no me dijiste que te estaban escribiendo estas cosas? — Preguntó enojado. Baekhyun siempre había sido caracterizado por tener apariencia de un pequeño cachorro, sin embargo esta vez parecía una especie de lobo enfurecido.
— Da igual Baek, tampoco puedo hacer algo para que dejen de hacerlo — se encogió de hombros sin darle demasiada importancia aunque muy en el fondo aquello si que lo desgastaba emocionalmente llegando a preguntarse si era o no merecedor de la atención de Kim Jongdae.
— ¿Le dijiste a Jongdae? — Baekhyun tenía el ceño fruncido, estaba claro lo enojado que estaba. Sabía lo impulsivo que era su amigo así que trataría como fuese el calmarlo y de paso suplicarle para que no le contara nada al chico porque si así reaccionaba Baekhyun, le daba miedo pensar en cómo reaccionaría Dae al enterarse.
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Portrait of you [ChenMin]
RomanceKim Jongdae jamás esperó que su padre tomase una decisión como esa. Siempre supo que su destino no iba a escribirlo precisamente él, que no tendría poder sobre su propia vida desde que el imperio de su padre comenzó a tomar fuerza destacándose entre...