Su triste mirada

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Ninguno de los más jóvenes en la mesa habló. Tanto Jongdae como Minseok tenían miedo de la reacción del otro, solo se oyó un par de murmullos y luego los aplausos de los invitados los cuales estaban igual de sorprendidos. Si Jongdae no se paraba de la mesa en ese mismo instante era porque no quería armar un escándalo delante de toda esa gente que miraba atenta la mesa en la que ambas familias se encontraban, también tenía miedo de la reacción de Minseok si lo veía huir de ese lugar.

Las palabras del chico volvieron a retumbar en su cabeza "soy capaz de dejar mis sentimientos a un lado solo para hacer feliz a mi familia" Pero Jongdae no, él no era así, anteponía su felicidad ante cualquier cosa. En ese momento entendió más las acciones que llevaron a su hermano a huir de esta vida. El rubio le parecía agradable, decente, tierno e incluso guapo pero ¿sería capaz de fingir que estaba enamorado de él solo por la conveniencia de ambas familias? No podía hacer eso y la principal razón para no aceptarlo era que no le gustaban los hombres.

La única excusa que se le ocurrió para escapar de esa fiesta por unos -varios-  minutos fue que necesitaba usar el baño, se disculpó y les hizo saber a los demás que regresaría pronto, pero apenas estuvo fuera de las miradas de todos corrió hasta su habitación y se deshizo del lazo que rodeaba su cuello, le costaba respirar. Cálmate Jongdae, cálmate. Siempre supiste que sería así trató de convencerse.

— No puedo, no puedo, esto no puede estar pasándome — Sentía que el aire le faltaba, su corazón no cooperaba e incluso en el espejo de su habitación se notaba más pálido de lo normal. Entendió que cuando él y Minseok abandonaron el almuerzo había sido una táctica por parte de ambas familias primero para ponerse de acuerdo en el compromiso de ambos y segundo, para que se conocieran y fueran amigos. — ¿cómo se supone que tendré que tratarlo ahora?

— Como un amigo, supongo — Respondió alguien por él. Fijó su mirada donde provenía esa voz y quedó pasmado al ver que su prometido estaba apoyado junto a la puerta de su habitación mirándolo. — Jongdae, lo siento mucho, no lo sabía fue una sorpresa tanto para ti como para mí. — Se disculpó el rubio, tenía una mirada triste que incluso a él le dolía pero trataba de sonreírle a pesar de todo.

Minseok tiene bonitos ojos.

Minseok tiene bonita sonrisa.

Pero Minseok está triste.

— Dijiste que harías todo para hacer feliz a tu familia, pero yo no sé si pueda hacerlo, Minseok — Jongdae estaba asustado, por primera vez en su vida le daba miedo el futuro y lo que traería consigo. Sabía de antemano que ese matrimonio arreglado no se efectuaría dentro de un par de años, a su padre le convenía que su hijo se titulara de una buena carrera para comenzar a ayudarle a administrar su negocio y seguramente el padre de Minseok querría lo mismo para su primogénito.

— Apuesto a que sería más fácil para ti si te hubiesen comprometido con alguna chica — Al decir esas palabras el rubio bajó la mirada, Minseok se sentía rechazado, siempre era así y no podía obligar a nadie a que lo quisieran de la forma como le gustase que lo hicieran.

— Minseok yo...

— No, no hace falta que digas nada — lo cortó, él intuía que cualquier cosa que saliera de los labios del pelinegro lo afectarían. — Tu madre está preocupada, creo que es mejor que vuelvas a la cena.

Minseok no lo miró cuando dejó la habitación y se sentía como la mierda misma, de alguna u otra forma lo había lastimado al decirle que no sabría si podría con ello, específicamente, amarlo. Pero el rubio no podía esperar a que inmediatamente él desarrollara sentimientos hacia su persona, apenas lo conocía y sí, el chico le atraía mucho sin embargo era nuevo en todo esto porque sus gustos siempre se trataron sobre mujeres, chicas de larga cabellera, delicadas y guapas a la vista.

Portrait of you [ChenMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora