-Capítulo 2-

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Asentí con una sonrisa y fui en dirección a la entrada. Al abrir la puerta me encontré con un hombre de pelo largo y castaño, ojos claros y penetrantes. Su cuerpo tenía numerosos tatuajes.

No puede ser.

El mismísimo chico del taxi.

—Hol..
—Cara, ¿estás en la cocina? —Y pasó de mí. Me echó hacia un lado para poder entrar y ví como se alejaba cada vez más. No me quedaba otra que cerrar la puerta y seguirle.

Estúpido

—Hola, cariño. Veo que ya estás aquí.—Dijo su madre.

—Por desgracia—¿Por desgracia? — Me iré a duchar. ¿Namik está en casa?

—Sí, tu padre se acaba de duchar también. Se está preparando para la cena. Por cierto, ella es Kate —Veo como se da la vuelta y empieza a mirarme de abajo arriba con sus ojos verdes y fue entonces cuando sonríe de lado, me intimida un poco como me mira y giro mi mirada hacia el bol de frutas que había sobre la mesa.—Ella vivirá unos dias con nosotros hasta que resuelva unos asuntos.

—Como sea

Y desaparece por la puerta.

Quise ir tras él, pero fue entonces cuando Namik aparece.

—Veo que Rayan está aquí. Su olor a menta inundó toda la casa.

—Sí, acaba de subir a darse un baño — Responde su mujer.

Los dos se sentaron junto a la mesa para cenar. ¿No van a esperar a su hijo?
—Vamos hija, toma asiento —Dijo con una amable voz Cara.

Me senté al lado de ella y me dedicó una delicada sonrisa. Empezó a cortar el pollo el cual olía muy bien. Estaba muerta de hambre. Pero yo seguía curiosa por preguntar una cosa.

—¿Su hijo no va a cenar con nosotros? —     Los dos se miraron entre sí y después dirigieron sus miradas en dirección hacia mí.

—Em..verás corazón, Rayan casi nunca come con nosotros. Está ocupado. Seguro que después de ese baño se irá de aquí. — Cara habló primero.

—Como siempre hace...—Continuó su esposo un poco enojado.

—Namik por favor —Cara le tocó la mano para tranquilizarlo un poco.

Durante la cena, nadie habló. Yo tenía muchas preguntas pero no hice ninguna. Al fin y al cabo, son temas de su familia.
Intenté cenar rápido para ir en busca de Rayan. Sé que el tiene mi maleta, y la necesito.
Les dí las buenas noches a Namik y Cara y subí las escaleras. Ojala que siga aquí.
Me paré en frente de la última habitación, tenía un letrero "ocupado" y supuse que era de él.
No sé por qué estaba nerviosa. No mucho pero sentía unos ligeros nervios por todo mi cuerpo.
Intenté tocar dos veces la puerta. Nada. Toqué de nuevo. Tampoco. Fue entonces cuando las palabras de Cara resonaron en mi pensamiento: " Seguro que después de ese baño se irá de aquí" . Maldición.

Dí unos cuantos pasos en dirección a mi habitación y fue entonces cuando un par de sonidos resonaron de arriba abajo en la habitación de Rayan.
Y la puerta se abre.

—¿Qué quieres?—Llevaba puesto una camiseta blanca y unos boxers negros. Estaba realmente caliente.—¿Te gusta lo que ves?

—No seas idiota, parecías más majo siendo taxista.—Vi como en su rostro se formó una media sonrisa—Creo que te acuerdas de mí. Me recogiste en el aeropuerto y verás, olvidé mi maleta en tu taxi.

—¿Y?

—¿Cómo que y? La necesito.

—Es tu problema, no el mío —Dio unos cuantos pasos hacia atrás para cerrar la puerta.

—¡Espera!—Se detiene. Me mira atento — Quiero mi maleta. Sé que sabes donde está.

—Sí, sé donde está

—¿Donde?— Pregunté.

— ¿Qué te hace pensar que te diré? — Responde rudo.Este personaje es de otro mundo, no puedo con él.

—Mira idiota, si no me dices dónde está mi maleta, juro que te quedarás sin trabajo—Se empieza a reír aún más. ¡¿Qué le hace tanta gracia?!

—Diós tenías que ver tu cara. Estás todo roja, cálmate un poco Heidi.—¿Heidi? — "Mira idiota, si no me dices dónde está la maleta juro que te quedarás sin trabajo" — Repite con tono burlesco. Esto es demasiado.

Me doy la vuelta y me dirijo a mi habitación. Ésto era lo único que faltaba.

(...)

Suena el despertador. Eran las 8 de la mañana. Maldición, se me olvidó desactivar la alarma.
Me levanto de la cama, y me dirijo al cuarto de baño. Por mi suerte no tuve que andar mucho ya que estaba al lado de mi habitación. Bien, al parecer no está ocupado. Supongo que el idiota no está en casa. Me alegro porque al menos no le tengo que ver la cara por la mañana.
Entré al baño y cepillé mis dientes, después me dí un baño. Al acabar, enrollé una toalla en mi pelo y otra alrededor de mi cuerpo. Me quería echar un poco de corrector en mi cara, pero dado mi problema con la maleta, no lo tengo.
Salí del baño y entré a mi habitación. Me puse la misma ropa que anoche ya que otra no tenía y no sabía si Cara había despertado aún para pedirle otra nueva. No quería molestarla

¡Mierda! Se me olvidó llamar a Sara y avisarla de que he llegado bien. Di las gracias a Diós por no dejarme meter mi móvil en la maleta, si no ahora mismo estaría quién sabe por donde.
Cogí el teléfono y marqué el número de Sara rápidamente. No responde. Creo que es mejor dejarla un mensaje, así lo ve cuando puede.

Kate: " Hola, querida mía. Perdón por escribirte ahora, ayer tuve el día muy ocupado. Llegué bien, pero empecé mal. Tengo que contarte muchas cosas. Pero estoy bien, sana y a salvo como siempre, no te preocupes. Te llamaré esta noche. Cuídate"

Después de mandar el mensaje, quise bajar a la cocina. Quería ver si Cara está despierta. Anoche pensé en hablar con ella y contarle que su hijo sabe dónde esta mi maleta y no me lo quiere decir y creo que eso haré. Dí unos cuantos pasos y vi de reojo su habitación. ¿Y si mi maleta está allí? Estaba pensando si entrar o no, pero al final abrí la puerta silenciosamente. Rezaba para que no estuviera Rayan, y uf, por mi suerte, no estaba.
Recordé lo que dijeron sus padres, casi siempre está fuera así que puede ser una oportunidad de buscar atentamente.

Me adentré a su habitación. Vaya, todas las habitaciones de la casa eran blancas excepto ésta. Muy oscura. Cortinas marrones, cama negra, escritorio negro, paredes gris oscuro con muchos pósteres. Miré a toda la habitacíon. Ví algo blanco en su escritorio que llamó mi atención entonces me acerqué. Se trataba de una foto. La única foto en la habitación. En ella había un niño y una mujer muy bonita. Se estaban abrazando.

—¡¿Pero qué demonios haces tu aquí?!

Y el mundo no podía estar más en mi contra.

*Hasta aquí pequeños, ¿cómo os parece? Esperaré vuestra opinión en los comentarios. Espero que os guste*

Rayan #Wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora