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Volver a clases era horripilante

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Volver a clases era horripilante.

A JiMin no le regocijaba la idea de volver a ver a sus compañeros de clase después de haber estado en su habitación todas sus vacaciones.

Tal vez era porque no tenía amigos, era malo para socializar sin que se convirtiera en un tomate o se quedará sin voz por la vergüenza.

Y no estaba orgulloso en absoluto de ello pues estaba a punto de salir de la secundaria, ir a la universidad y cumplir la mayoría de edad para el estado y seguía comportándose con un niño pequeño pero es que no tenía la culpa que los nervios lo atacaran en los peores momentos.

Podía ser una persona agradable y segura cuando se lo proponía o retaba, sin embargo, solo era en ocasiones.

Al entrar al salón, la primera mesa en la que solía sentarse solo estaba ocupada por su pálido compañero. Habían personas que lo ponían nervioso aún sin cruzar palabras y gestos y justamente ese chico era una de esas personas.

No recuerda haber mantenido alguna conversación normal con él más allá de pedir prestado algún bolígrafo o lápiz, e incluso por mensaje sólo era para saber las tareas para el otro día. Aún así, su cara se ponía roja cada que lo veía.

Sus manos comenzaban a sudar y sentía su estómago vibrante. No quería que fuera su notoria reacción de evitar acercarse pero al parecer lo fue ya que sus amigos, que estaban unas bancas más atrás, comenzaron a soltar carcajadas por el rechazo de sentarse en la misma banca.

JiMin buscó otro lugar sin importar si alguien más lo ocupaba, los asientos eran libres, no tenían dueño como para preocuparse si le estaba quitando a alguien su lugar.

La chica que se sentaba ahí hizo una mueca disconforme por él ahí y se retiró bufando por la intromisión a su lugar. Ni loca se sentaría con él.

—¡JiMin! — alguien gritó desde el marco de la puerta del salón llamando la atención de todos los alumnos. Menos él.

Algo que le molestaba era que su nombre era común en esa escuela y eso no era lo peor, sino que los alumnos que tenían ese nombre eran solo féminas.

Todos comenzaron a murmurar hasta que sintió la presencia de alguien a su lado y alguien detrás suyo le picó la espalda.  Alzó la mirada encontrándose con un chico muy alto y algo fornido. Abrió sus ojos con sorpresa y se levantó torpe del asiento.

—ah, me has asustado— empujó al chico y tomó su mano para salir ocultándose en el chico que lo cubría perfectamente. No quería pero fue inevitable que todos posaran las miradas en aquellos. — Kookie, Te he dicho que no llames así la atención.

Susurró por la vergüenza, sus compañeros observaban la escena gracias al ventanal en el aula.

—Lo siento, te extrañé— sonrió tiernamente y en un arrebato aprisionó al pequeño en sus brazos, odiaba ser así de pequeño aunque fuera mayor en edad que aquel chico.

—JungKook, estás dándoles un espectáculo, sueltame— se quejó pero este no le hizo caso, más bien le gustaba las miradas que le daban, todo lo contrario a JiMin. Entonces fue cuando lo soltó pero estaba vez apretó sus mejillas dejando un beso en su frente.

—El viernes es San Valentín. — exclamó feliz mientras JiMin había una mueca. — Tengo muchos regalos para ti.

—Sabes que no me gusta eso. — suspiró JiMin cruzándose de brazos. No podría comprarle algo a su amigo.

—Sabes que no me importa— imitó su voz y se rió sintiendo un suave golpe. De repente, en el pasillo iba caminando la profesora con una bolsa grande y JungKook comenzó a ponerse nervioso, ya estaban en clase y él seguía ahí, le darían una buena reprimienda.— Pero ya me voy, es tarde.

JiMin se burló de su amigo antes de que caminara soltando de apoco sus manos que no se dió cuenta de cuando las había sujetado. —Corre.

—¡TE AMO!— gritó mientras corría y JiMin solo quedó rojo por lo que había hecho, ahora la mayoría de sus compañeros estaban pegados a la ventana con sonrisas burlonas. Ya sabía lo que le esperaba.

Al entrar al aula los chicos comenzaron a hacer sonidos de burla y él solo los ignoró, por cada paso que daba el bullicio se intensificaba e incluso las chicas comentaban emocionadas sobre eso.

"Park tiene novio", "Nueva pareja", "Lo tenían muy bien oculto" y "A JiMin le gustan menores" eran los comentarios que soltaban y cada vez se hacían más fuertes mientras otros creaban sonidos con sus bocas parecidos a ambulancias.

La profesora entró con una sonrisa, los alumnos se veían más animados que de costumbre pero tuvo que hacerlos callar.

—Mucha bulla— dijo dejando sus cosas en su escritorio.

—Park tiene novio— gritó un chico al fondo y la profesora volteó hacia su alumno favorito pero este negaba con la cara roja. Entonces volteó hacia otra señorita encontrando una mueca enojada entonces volvió la vista hacia JiMin que se había escondido en sus brazos.

—Basta de burlas, les tengo una sorpresa— la profesora escuchó como los alumnos comenzaban con más bulla y sonrió sacando lo que había visto JiMin en la bolsa grande. Era una caja roja decorada con corazones de diamantina. —Hice un buzón.

Los alumnos empezaron a quejarse mientras otros estaban emocionados.

—¿En serio haremos eso?— preguntó fastidiado un chico. Y JiMin alzó su cabeza ya con su sonrojo algo difuminado para ver la bonita caja, amaba las formas de corazones y la diamantina entonces era la combinación perfecta ante sus ojos.

—Claro que sí. Toda la semana estará aquí, pueden poner los regalos que quieran darles a los que se encuentran en esta aula y el viernes veremos quién tiene más regalos. — algunas chicas chillaron emocionadas y los chicos reían porque se imaginaban las travesuras que podían tener. —En fin, comencemos con la clase.

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valentine ♡ ymDonde viven las historias. Descúbrelo ahora