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JiMin salió del aula para el descanso y se dirigió a la cafetería, moría de hambre y aunque no tenía dinero para comprar algo, podía pedirle prestado a la señora que ya lo conocía

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JiMin salió del aula para el descanso y se dirigió a la cafetería, moría de hambre y aunque no tenía dinero para comprar algo, podía pedirle prestado a la señora que ya lo conocía.

De repente, sintió como fue alzado y gritó de la impresión. —Te tengo.

JungKook lo había cargado al estilo nupcial y era muy vergonzoso, no entendía porque de repente se ponía muy meloso en público si la mayoría del tiempo de la pasaba con sus amigos en algún deporte o yendo a los videojuegos.

—JungKook, suéltame. — este hizo un puchero y lo bajo con cuidado. — Gracias.

Acomodó su uniforme y se dió la vuelta, en cambio, JungKook se interpuso en su camino.

—Necesito de tu ayuda. Hay un chico que me gusta. — JiMin arqueo una ceja, no entendía como serviría en eso. — Es mayor que yo. Por favor.

—No. — siguió con su destino. Pero continuó hablando pues conocía a su amigo y sabía que lo seguiría. — Nunca he tenido pareja y ni siquiera he dado mi primer beso ¿Cómo quieres que te ayude?

— Él cree que soy muy pequeño para él. — puchereó triste mientras se dirigían a la cafetería. La señora ya había visto su carita de hambre así que tenía listo su plato. —Me da uno igual, por favor— pidió JungKook con el semblante triste, eso pasaba cuando te gustaba alguien mayor.

—¿Eso significa que va en la universidad? — cayó en cuenta JiMin. Él estaba en el último grado y su amigo decía que era mayor. Las mejillas de este se pusieron rojas y asintió.

— Deberías verlo, es demasiado hermoso. Sus labios son gruesos, tiene una cintura pequeña, tiene hombros anchos pero se ve tan delicado. Ah, me dan ganas de comerlo.

JiMin se estremeció ante la idea de eso. Siempre se había concentrado en la escuela y aunque habían algunas personas que le gustaban, no había pensando en la posibilidad de conseguir pareja. Incluso sus primas más pequeñas tenían novios.

JungKook sacó el dinero y pagó lo de ambos aunque JiMin no quisiera.

—Te lo pago después. — insistió JiMin.

—Te dije que no. Basta. Es un regalo— y se volteó hacia su comida, le molestaba que el mayor no aceptará lo que le daba de corazón.

El más bajo se rindió comenzando con su comida a toda velocidad, al revisar el reloj faltaba muy poco para terminar su almuerzo.

—¿A dónde vas?— preguntó JungKook cuando vio que se terminó todo y pensó que no había desayunado de nuevo.

—Le dije a la profesora que le ayudaría a un compañero con una clase, va a reprobar— dijo limpiando su boca mientras los chicos de una mesa más alejada observaban atentamente los movimientos de ellos.

JungKook tomó la barrita de granola para guardarla en su bolsa mientras se levantaba también tomando su leche de plátano.

—Te acompaño. — al estar parado, JiMin tenía que voltear hacia arriba para ver bien la cara de su amigo.

Entonces ambos se dirigieron al aula del mayor.

JungKook entró saludando muy animado a la profesora que engullía sus fideos muy concentrada hasta que llegaron. El menor vio la cajita brillosa y sonrió.

—¿Van a hacer eso? Mi profesor de literatura nos puso a redactar una carta— hizo una mueca disconforme mientras sacaba algo de su mochila.

JiMin se sentó frente a la profesora y le pasó las hojas con las actividades. Le explico lo que haría con el chico y que podían hacerlo fuera de la institución después de clases o en el almuerzo.

JiMin asentía a lo que decía mientras JungKook hacia de las suyas en el salón, saltaba y daba vueltas ahí. Era todo un niño.

Pero después algo llamó su atención, en una banca estaban escritas algunas groserías y palabras de odio hacia alguien, entonces le dió curiosidad por leer lo que hacían los compañeros de JiMin en clases.

Confesiones de chicas con caligrafía perfecta hacia chicos e incluso chicas. Preguntas tontas hayas que llegó a ver algo muy interesante.

Eran muchas líneas formadas en un corazón, al parecer quien lo había hecho había sido inconsciente o en aburrimiento pues encima del primer corazón había una repetición del mismo y lo más interesante era que dentro de ese corazón había un escrito "Park JiMin".

—Esta bIen. Me encargaré de eso— dijo JiMin sacando lo de sus pensamientos y sonrió levantándose. Varios alumnos comenzaron a entrar y se le quedaban viendo entonces vio la hora y se dió cuenta que ya debía estar en clases. Dos reprimiendas en un mismo día.

No podía irle peor.

JiMin vio a su amigo salir corriendo a una velocidad impresionante sin chocar con la masa de animales salvajes que se hacían llamar alumnos.

Ese niño era todo un caso.

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valentine ♡ ymDonde viven las historias. Descúbrelo ahora