La madre de JiMin había sido contratada en una pequeña tienda de conveniencia en la que laboraba más horas de las deseadas con un sueldo mínimo a su trabajo.
Había renunciado a su trabajo anterior sin medir las consecuencias que traería ya que al tener mucha experiencia en empresas reconocidas, nadie quería contratarla. JiMin había insistido en buscar un trabajo de medio tiempo pero su madre se negaba a pesar de saber que estaban en la miseria. No tenían un apoyo económico extra y sus familiares les dieron la espalda en cuanto perdió el trabajo demostrando el verdadero interés que tenía sobre ella.
Al menos JiMin se sentía agradecido con los dulces regalos que recibió pero a la vez se sentía culpable por no darle aunque sea una carta.
Entró al aula decaído, pensando en la manera de conseguir dinero sin descuidar sus estudios, como le había advertido su madre. Se sentó en su asiento apretando su estómago pues lo único que había desayunado era una barrita de chocolate, con el remordimiento al imaginar el precio.
Y aunque YoonGi estaba sentado a su lado, no pudo percatarse de ese detalle pues estaba concentrado en sus pensamientos. ─¿estás bien?
JiMin saltó en su lugar asustado por escuchar su voz tan cerca y se dio unas palmaditas en sus mejillas. ─Sí, estoy bien.
El mayor alzó una ceja por la clara mentira pues desde que llegó tenía sus ojitos aguados, a punto de llorar así que por debajo de la mesa, con lentitud estiro su mano para tomar la contraria. ─Almorcemos juntos, yo invito.
El menor alzó la mirada con un brillo que no supo identificar pero al final negó avergonzado. ─quería adelantar la tarea ya que no pude hacer la de la ultima hora.
Inventó cualquier excusa porque no traía nada para el almuerzo y era una forma de evitar humillarse así. ─¿Te quedarás aquí?
JiMin asintió inflando sus mejillas y YoonGi hizo un sonidito no convencido con lo que decía, aun así no refutó ni protestó pues debía tener sus razones. El menor apretó un poquito el agarre nervioso de que la profesora no llegue a la clase salvandolo de ese momento.
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YoonGi se levantó despacio viendo el manojo de nervios de JiMin sacando un cuaderno cualquier y esparciendo todos sus lapices, eso le dio demasiada ternrua así que verificando que nadie los este espiando descaradamente, alzó la barbilla contraria para dejar un pequeñisímo beso en sus esponjosos labios y salir del aula como si nada.
JiMin se quedó estático ante la acción del mayor y sus mejillas se hicieron rojas al instante.
Después de varios minutos y que JiMin se hubiera recompuesto y concentrado en una tarea que le "faltaba" terminar, el mayor llegó con dos bolsitas de papel mientras él se quedaba una, le extendió la otra a su pequeño con una sonrisa y puso mas cerca su silla para poder recargarse un poquito en su hombro y veía lo que hacia.
─Oh, no, deja te pago esto ¿cómo pudiste?─ relamió sus labios con un poco de miedo y siendo egoísta por una vez en la vida pues deseaba que el mayor fuera generoso con él y no le cobrara nada pues no tenía ni una moneda en sus bolsillos.
─Te dije que yo invito, no te preocupes, cariño. ─JiMin no pudo evitar soltar un chillido de emoción pues YoonGi era tan confiado y seguro que no le avergonzaba decir eso. No estaba preparado para recibir ese tipo de muestras.
El pequeño atrapó al mayor con un abrazo cargado de sentimientos y estaba a punto de llorar pero decidió aguantarse cuando YoonGi dirigió sus labios a los suyos para besarlo. Siendo sincero, nunca le habían gustado los besos pero sentía que era una manera de agradecerle lo que hacía por él.
