Boy With Luv (Primera Temporada).

Serendipity

Todo estaba listo para volver a reencontrarnos.

Jimin me ayudó convenciendo a Rosé. Me pregunto si chatean constantemente.

Lisa, mi princesa.

No puedo mantenerme alejado de ella por mucho que me digan una y otra vez que estamos en peligro de ser descubiertos. Es imposible e impensable.

Jimin me acompañó junto a Jin hyung, el cual estaba nervioso, al punto de un ataque cardíaco.

-Yah, Jungkook~ah, ¿seguro que no dejan pasar a nadie?- decía Seok Jin mirando a todos lados.

-No, hyung. ¿No viste que hay rejas a un kilómetro?- le responde Jimin rodando los ojos.

-Es aquí- justo cuando voy a abrir el portal sale Rosé con el cabello rosa casi rojo.

-Oh, llegaron- le lanza una mirada a Jimin y Jin y yo fruncimos los ceños para luego enarcar una ceja.

¿Qué está pasando aquí?.

Estoy seguro que chatean sí o sí. Hum, sospechoso.

-¿Lisa está arriba?- de pronto me siento ansioso y nervioso a la vez.

-Sí- asiente un par de veces.

-Bien- suspiro antes de entrar y dejar a mis hyungs afuera.

He comprado este apartamento a poca distancia del hogar de Lisa. Estamos en el mismo condominio lo que a kilómetros.

Presiono el botón en el ascensor y siento que me darán arcadas, el estómago está lleno de mariposas.

¡¿A qué se viene este nerviosismo?!.

Relax, relax, Jeon.

Exhalo y saco la llave del apartamento.

Te tengo en mi territorio, princesa.

Veo su gorra y cubre bocas. Está en la habitación, puedo escucharla quejándose como si algo pesara.

-¿Llegaste?- se pone en pie a medida que me acerco-...creo que podemos perfectamente con estas- señala las maletas vagamente.

Su cabello roza mi pecho. Agarro su mano. Un alivio me recorre entero y ni que decir de mis escalofríos. Su mano está fría y tiembla bajo mi tacto.

Solo necesito inhalar profundamente para sentir el fresco olor a vainilla en su cabello.

-Jungkook- susurra.

Sabe que soy yo porque lo ha afirmado.

Las escenas en el restaurante invaden mi mente. Me negó. Hizo como si fuese un extraño y no puedo evitar sentirme enojado por ello.

-¿Ahora sí nos conocemos?- siseo.

Se tensa al escucharme. No me responde, solo está estática. Deslizo mis manos hacia su cintura, aprieto ligeramente y hago que choque contra mi pecho adrede. Escucho su jadeo.

La he extrañado tanto.

Su largo cabello, sus ojos grandes y sonrientes.

Esos cachetes que te invitan a apretarlos y ver cómo hace caras graciosas. Lo impulsiva que es a la hora de demostrar su cariño.

Como canta y no se le da mal. Tiene una de las voces más angelicales que he escuchado. Baila cuando come.

Mueve los hombros cuando se entusiasma, ama los juguetes, se cubre la frente cuando una ráfaga de viento hace que su flequillo se aparte, es feliz en cualquier sitio.