El halo de loto blanco del villano

Capítulo 20: Intercambio de cartas

Yin BiYue prácticamente había olvidado que aún poseía ese 'Pequeño Asistente del Halo'.

Desde que lo utilizó una vez en las mazmorras de Cang Ya, no había vuelto a aparecer. Al parecer, había que alcanzar unas circunstancias específicas para que se activara.

Tampoco había nada bueno en su única experiencia con él. Cuando se activaba, sólo podía hacer expresiones y movimientos bajo el control de una fuerza intangible.

A estas alturas, Luo MingChuan ya había mirado de nuevo mientras empezaba a evaluar a Yin BiYue.

En silencio, Yin BiYue apretó los dientes......

"¡Hemos llegado a Xian Gang!"

Duan ChongXuan gritó con entusiasmo. Tras soltar la cortina del carro, retiró su cuerpo. "¡Cuarto shixiong, estamos a punto de cruzar el océano!"

El ambiente incómodo en el carro se borró al instante.

Yin BiYue asintió ligeramente con la cabeza, indicando que había entendido.

¡No, no, no! ¡¡Úsalo ahora mi trasero!!

'Ding——Ya has renunciado a la oportunidad de usar el Pequeño Asistente del Halo. Ten en cuenta que aún quedan dos oportunidades de activación. El Pequeño Asistente, un gran amigo. Para los apuros de la vida, este asistente puede ayudar a reparar!'

¡No! ¡Si fuera posible, Yin BiYue no querría usarlo nunca más!

Mientras Yin BiYue miraba la cara de emoción del charlatán, sintió que realmente no lo entendía. ¿Por qué una persona normalmente ordinaria (no) se ponía tan anormalmente emocionada en el momento en que salía de la Secta, como si le hubieran disparado un poco de sangre de pollo?

¿Duan ChongXuan era realmente capaz de mantener la misma postura mientras miraba al exterior durante tanto tiempo?

¿Era realmente tan bonita la vista?

En ese momento, el cochero hizo un largo silencio. Cuando el carro se detuvo, sonrió y dijo: "¡Estos señores, hemos llegado a Xian Gang!"

Duan ChongXuan tomó la delantera y saltó del carro. Puso un lingote de plata en la mano del cochero.

El cochero parecía incómodo: "Señor, no puedo darle el cambio."

El charlatán Duan agitó heroicamente la mano: "¡No necesita cambio!"

Inmediatamente después, avanzó impaciente a grandes zancadas.

En el momento en que Yin BiYue se bajó del carro, lo primero que vio fue la espalda complacida del charlatán. En su corazón, Yin BiYue pensó que si este tipo tenía una cola, definitivamente tenía que estar moviéndola rápidamente en este momento.

Era realmente......embarazoso.

Afortunadamente, no se habían puesto sus túnicas de la Montaña Cang Ya. Y afortunadamente, las palabras 'Discípulos del Santo de la Espada' no estaban escritas en sus caras.

Luo MingChuan había sido el último en bajar del carro. Después de dar un 'muchas gracias' al cochero, empezó a seguir a Yin BiYue mientras avanzaban.

La brisa marina, húmeda y salada, asaltó sus sentidos.

Xian Gang era el gran puerto número uno del lado sur del continente occidental, en el que cada día había más negocios. Había cientos de barcos que, o bien echaban las anclas para entrar en el puerto, o tal vez estaban listos para zarpar y despegar.

Desde el amanecer hasta el atardecer, cada momento era similar a estar en un caldero de voces en ebullición. Al caer la noche, el faro del puerto iluminaba las oscuras olas que se precipitaban sobre la superficie del mar. Además, iluminaba los rostros de las personas que esperaban el regreso de un barco desde un lugar lejano.