El halo de loto blanco del villano

Capítulo 44: Viento y Lluvia

Aquella noche, Yin Biyue esperó durante muchas horas un simple "De acuerdo" de Luo Mingchuan.

Así, la carta escrita con una letra fina y rígida fue cuidadosamente doblada y metida en su manga. Luo Mingchuan se mantuvo incómodo, con un toque de inseguridad en cuanto a si reír o llorar, como si todavía fuera un estudiante de la academia sorprendido pasando notas por el profesor.

Y entonces, los dos acordaron tácitamente no hablar de este incidente.

El partido de Yin Biyue fue el primero de los tres. Cuanto más se acercaba la hora señalada, más se calmaba su corazón, aunque Yi Hu seguía negándose a aceptar su energía central.

El día de la batalla, su mente estaba tan quieta como un lago, sin que las olas lo perturbaran.

Cuando los discípulos de Cang Ya caminaron desde el lago Qiu hasta el centro de la ciudad, la multitud se abrió para ellos como el mar. Innumerables ojos se posaron en ellos, y en Yin Biyue, pero después de los dos últimos partidos, sus miradas eran más respetuosas y reverentes.

Desde la Ciudad Ye hasta el pie de la Montaña Chongming, les siguió una marea de gente, pero no dejaron ni un solo ruido a su paso.

Tanto los ciudadanos de a pie como los cultivadores se sentían como si estuvieran a punto de ser testigos de un gran acontecimiento, o de algo que quedaría registrado en los anales de la historia.

Ayer había discípulos de la Secta Qing Lu Jian revisando las formaciones defensivas. Esta mañana había una multitud de personas en las gradas de observación, y seis ancianos con altos cultivos y un asistente de la Ciudad Ye en las gradas del este.

Dentro del mar de gente, Yin Biyue y Zhong Shan subieron al escenario y se inclinaron respetuosamente hacia el otro.

Todos los presentes esperaban con expectación lo que iban a decir, aunque sólo fuera una autopresentación. Lástima que ambos fueran taciturnos, y seguramente decepcionarían a los numerosos espectadores.

Zhong Shan levantó su espada horizontalmente en línea con su frente, con una punta en cada mano, e hizo una reverencia.

Yin Biyue le dedicó la misma cortesía.

A diferencia de los saludos habituales con las manos ahuecadas, esta vez ambos eligieron el saludo más formal, más solemne.

Los dos tenían aproximadamente la misma altura, por lo que las dos espadas también estaban a la misma altura.

Las espadas dentro de las vainas, sus hojas sin blandir.

Pero Yi Hu comenzó a vibrar.

La espada y la vaina chocaron rápidamente, como una lluvia repentina contra un loto dorado, retumbando sin descanso.

En este momento, increíblemente, Yin Biyue sintió sus emociones.

Esta espada gemía como una pregunta inflexible—— en esta era sin héroe; ¡incluso la gentuza podía ganar fama!

¡Estaba cuestionando la Espada Feng Yu!

Bajo la Espada Ba Gua de Bao Pu, esta espada no tenía respuesta. Cuando el Sable Shuang Lan aprovechó la luna, la espada tembló suavemente.

Pero en esta coyuntura, simplemente porque fue levantada a la misma altura que la Espada Feng Yu, se volvió petulante y furiosa, su cuerpo no pudo detener su temblor.

En primer lugar, no era que no respondiera, sino que estaba lleno de desprecio.

Nadie sabía de estos cambios silenciosos. Hubo gente que escuchó el traqueteo de la Espada Yi Hu dentro de su vaina y supuso que era Yin Biyue acumulando energía.