El Muro

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Hablamos. Nos reímos. Me preguntas. Te pregunto. Me besas. Justo ahí, me derrito. Arremetó contra tus labios porque en serio no deseo que aquel beso acabe. Me muerdes, y por accidente un gemido se me escapa. Ahora muerdes más fuerte, me gusta.

Te separas. Respiras.

¿Qué? ¿Por qué? Sigue.

- Te amo. - me dices.
- También te amo - respondo.

Me besas nuevamente. Si tan solo supieras el nivel de serotonina que me haces liberar. Mi estómago bajo te agradece cuando pones mi cuerpo entre tú y el muro. Me encanta. Ahora tocas mi trasero y se siente tan bien, que dejaría que tuvieras tus manos ahí eternamente. Estas duro, me fascina saber que soy YO quien te pone así.

Subes tus manos con intención de retirar mi camisa, pero suena la campana anunciando que debemos ir a clases. Me voy a clases dejándote duro y quedándome con una cascada entre las piernas.

Ocurrencias de un adolescente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora