Sipnosis.

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Savannah era una simple habitante más de Portland, llevaba una vida normal querida y amada por sus padres, Leslia y Brad Blade. Era hija única lo cual convertía su vida un tanto aburrida, no solía salir de fiesta, embriagarse o tener algún tipo de vicios ni siquiera se podría decir que tenía muchos amigos o alguno con excepción de Alice su mejor amiga, quien se había ganado su cariño tras guardar su más intimo secreto sin juzgarla por un largo lapso de tiempo. Savannah tenia 18 años, usaba su cabello largo hasta las caderas en una trenza la mayor parte del tiempo, tenía ojos miel y su piel era tan blanca como la nieve y podría mirarsele tan frágil como una copa de cristal y ser tan dura como una piedra si eso era lo que quería. Sus labios gruesos y delineados con algunas grietas por morderlos inconscientemente cada vez que se quedaba mirando hacia la nada pensando en algo. 

Su pasatiempo se estaba volviendo espiar a su nuevo vecino por la madrugada. Solía verlo entrar por la puerta trasera de su casa con una expresión serena y relajada en su rostro, había escuchado rumores de que Stephen, como se llamaba, había estado acostándose con algunas chicas de la ciudad . Si que sabia como divertirse eh? Pero quien no caería a los pies de este chico. Poseía una figura escultural, se le podía notar los brazos y su dorso definido al igual que espalda, su nariz perfilada y sus labios rosa perfectamente delineados, sus ojos azules ligando a gris, tenía una sonrisa encantadora y arrogante a la vez. Su actitud egocéntrica y esos múltiples tatuajes en su cuerpo que raramente lo hacían ver más llamativo, más sexy.

Una noche más Savannah volvió asomarse a su ventana esperando ver a Stephen escabullirse silenciosamente en su casa por la puerta trasera sin embargo se quedó sin aliento cuando el caminaba en dirección a ella, era algo inefable lo que estaba ocurriendo. El se posó frente a su ventana y se le quedó viendo por unos minutos, Savannah se encontraba entumecida en su lugar su cuerpo no reaccionaba ante la situación. El sonrió acercándose más a ella y sin rodeos posó su manos en la ventana y la deslizo quedando aún más expuesto, le acarició los labios con una lentitud agobiante y procedió a bajar hasta su cuello.

Savannah llevaba puesto un vestido de dormir de seda sostenido por unos tirantes a los lados muy finos.
Stephen dejo algunas caricias por sus hombros sin dejar de sonreír en ningún momento , procedió a bajarle los tirantes con la misma lentitud de sus caricias cuando esta reaccióno rodeándole la muñeca con las manos y alejándolas rápidamente, como si el simple tacto le quemara.

–Que crees que haces? - Soltó ella con confusión saliendo del trance. - Te has vuelto loco acaso? Que haces aquí, vete.

–Acaso no es esto lo que quieres? - Soltó el amargamente, mostrándole una sonrisa hipócrita. - Obtener mi atención, que te...

Callate idiota, vete de aquí y no vuelvas a hablarme - lo interrumpió ella cerrando la ventana de golpe y pasándole el seguro para luego bajar las cortinas y correr a su cama.

Se repitió tantas veces como pudo que no volvería a espiarlo, ya esta era la segunda vez que la veía y lo que acababa de pasar la había dejado atónita ¿Que era lo que el pretendía hacer? Estaba loco, tenía que alejarse de el, algo en su interior se lo decía. Aunque le costó dormirse lo logro, no había dejado de pensar en su rostro y sus facciones, era la primera vez que lo miraba de cerca y le parecía divinamente atractivo.

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Savannah en multimedia🌷🍃.

María❤

Tentación Peligrosa ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora