Sábado 24 de Agosto del 2015.
Hora: 1:34 a.m.- Ah, savannah mira lo duro que me pones bebé. - Susurro en mi oído mientras me colocaba a horcadas sobre el.
- No creo que esto sea buena idea. - Mi voz salió casi inaudible, mi feminidad palpitaba sintiéndolo duro debajo de mi.
- Nada mala va pasarte Sav, nadie lo sabrá nunca. - Acarició mi mejilla con suma delicadeza y luego beso mis labios con desespero, chupando y mordiendo los mismos. Sus manos vagaron por mi cuerpo y se detuvieron en mi trasero apretándolo.
(...)
Desperté acalorada, los recuerdos comenzaban a inundar mi cabeza como una película que se reproducía mostrándome todo eso que había estado intentado olvidar, Dios. Me deshice del vestido de dormir quedando sólo en ropa interior, no podía dejar que eso volviera a tocar nervio en mi así que opté por pensar en otras cosas. Mi ojos recorrieron la habitación recayendo en el reloj que yacía al lado de la cama en una mesita de noche, marcaban las 3:21a.m. Mi curiosidad aumento al escuchar ruidos fuera, observe la ventana desde mi punto y camine lentamente insegura. No lo hagas savannah, sacudí mi cabeza negándome a retroceder, mis ojos se agrandaron quedando atónita al verlo allí recostado a la puerta trasera mirando en mi dirección, una sonrisa se asomo en sus labios y sentí que el aire se escapaba de mis pulmones.
Stephen.
Me encontraba con la mirada perdida en el cuerpo de Jessie, la chica que había estado follando desde algunas noches. Sus labios estaban morados, su cuerpo pálido y frío se encontraba postrado en la cama, algunas venas se veían en sus párpados. Estúpida zorra, se había inyectado toda la heroína que había olvidado la noche anterior, aún tenía planes con ella y esta se le habían safado algunos clavos haciendo todo más rápido y aburrido. Cubrí su cuerpo desnudo el cual había disfrutado muchísimo, era hermosa pero tonta, me retiré cuidadosamente asegurándome que nadie me viera.. Algo que resulto muy fácil, eran las 3 am y no había nadie fuera.
Llegue é a casa más rápido de lo que creía, tome la cajetilla de mi bolsillo y saque un cigarrillo lo encendí y me relaje al instante. Había perdido el tiempo esta noche debía buscar la diversión en otra, arroje la colilla y fijé la vista en la casa de al lado recordando a Savannah, la mojigata grosera y mentirosa, mis vista recayó en la ventana ¿Que tanto habrá en esa cabezita?Y entonces la vi.
Sus ojos me escudriñaron con sorpresa al notar que la miraba, llevaba el cabello suelto cubriendo sus hombros como la primera vez la que pille espiando pero esta vez mi mirada se coló en sus senos, llevaba un brasier de encaje blanco que le quedaba jodidamente bien dejando ver unos bonitos senos redondos y firmes, su cara libre de cualquier rastro de maquillaje y su piel parecía de porcelana lisa y fina. Me límite a sonreír cuando cubrió rápidamente sus senos con ambas manos. Boba, una vez más se estaba exponiendo delante de mi no podía volver a negar que se la pasaba espiando a las personas o en conclusión a mi, se podía ver en sus ojos una chispa de algo seria? ... Deseo?
Savannah.
Deje salir todo el aire que estaba reteniendo en mis pulmones y cubrí mi cuerpo al notar que había estado mirando descaradamente mis pechos, maldeci por lo bajo me había descubierto nuevamente mirándolo tonta, baje las cortinas y me coloqué un suéter largo mientras me dirigía en dirección a la cocina por un vaso de agua. Qué había de especial en el? Qué había en el que lograba ponerme nerviosa, me hacía sentir pequeña. No podía permitir que el se diera de cuenta de que provocaba eso en mi, tan tampoco entendía porque vivía como los murciélagos vagando las calles de la ciudad tan tarde Y a ti que te importa Savannah? No es tu problema, mi subconsciente tenía razón Dios, tenía que dejar de pensar en ese chico debía dejar de ser tan curiosa. Me encamine a mi habitación debía dormir si no quería pasar todo el día en modo zombie había quedado en visitar a Alice por su cumpleaños número 19.
La alarma de mi celular sonó introduciendo a mis oídos Last friday night de Katy Perry recordándome que hoy Alice daría su fiesta de cumpleaños. Ella a diferencia de mi si tenía muchos amigos, no era considerada popular pero su familia eran los dueños de el centro comercial más popular en el condado mi padre era el gerente y mano derecha de Harry y Celeste, los padres de Alice. Ellos eran buenas personas y muy agradables solía durar todas las vacaciones en casa de Alice y ellos siempre trataban de hacerme sentir bien, a simple vista parecían la pareja perfecta pero yo sabía que no era así, Harry engañaba a Celeste con una joven llamada Stelle que trabajaba en el centro comercial. Ella era joven y el era un completo mujeriego que la compraba con detalles jurándole amor y esas cosas a lo que ella caía como boba rendida a sus pies perdiendo la dignidad con un hombre casado que solo la usaba para sus fines sexuales. Celeste sabía perfectamente pero se esforzaba tanto en aparentar ser la familia predilecta, ganando la pena y lástima de aquellas personas que la rodeaban y estaban al tanto de la situación.
Salí de la cama en dirección al baño aún tenía mucho tiempo así que lave bien mi cabello depile mis zonas y salí en busca de algo que ponerme, no era una chica insegura tampoco tenía un autoestima de Diosa griega pero mi madre siempre me había inculcado quererme tal como era y así lo mantenía, no debemos mostrar nuestras debilidades e inseguridades a nadie, por lo menos eso pensaba yo. Revise mi armario buscando alguna prenda y mis ojos se fijaron en una caja blanca que se encontraba en un estante del armario, la abrí encontrado un vestido negro pegado al cuerpo, que llegaba un poco mas debajo de mis muslos, tenía un pronunciado escote y un encaje negro con piedras que realzaba la parte del busto, cogí unos tacones negros, algunos accesorios y guarde todo en mi bolso para prepararme en casa de mi amiga, por fin una noche para mi, alejaría el estrés de estos días.
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M♥
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Tentación Peligrosa ©
De TodoSavannah Blade había estado observando discretamente a la familia que se había mudado recientemente al vecindario, específicamente al lado de su casa. Se la pasaba noches enteras pensado en Stephen James, el hijo mayor. Inevitablemente despertaba mu...