Capítulo 4: Tentación.

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Savannah.

Mis mejillas ardían por el rubor que las había invadido. Sus palabras habían causado un torbellino de sensaciones en mi cuerpo, como podía ocasionarme tanto con unas simples palabras. Me encontraba enojada conmigo misma por permitirme sentirme de tal manera. El se estaba comportando como un verdadero idiota, respire profundo rechazando la sensación y los pensamientos que invadían mi mente. Acomode mi vestido el cual me había rehusado a usar en algún momento de la noche pero Alice me motivo alegando que no estaba mal intentar algo distinto de vez en cuando.

Camine en dirección a la sala encontrandome con una entusiasmada Alice bailando animadamente con un chico que jamás habías visto. Realmente el lugar estaba atestado de gente que ni siquiera conocía y quizás ella tampoco, reí por lo bajo y coloque los bocadillos en la mesa donde se hallaban los tragos. Inspeccione buscando algo de mi gusto pero me encontré frunciendo el ceño porque sinceramente no me apetecía nada, decidida y cansada de pensar tanto opte por un shot de tequila a pesar de nunca haber ingerido nada aparte de los cócteles que hacía mi madre para las reuniones familiares. El sabor desconocido en mi boca me llevo arrugar la cara exageradamente, el líquido quemó mi garganta y deguste por unos segundos el sabor dulzón de la miel. Después de todo no sabía tan mal supuse y cogí otro el cual bebí sin pensar mucho, las expresiones en mi cara no se hicieron esperar.

- A ese paso terminarás ebria antes de que se anime esta fiesta y te hallarás en el retrete de tu amiga vomitando hasta el alma mientras ella sostiene tu cabello. - Me dio una sonrisa de boca cerrada mientras me miraba con vacilación. De verdad este chico no se cansaba de agobiar mi mente.

- ¿Que quieres? - Hablé entre dientes demostrando total irritación ante su presencia.

- Tomalo como un consejo mojigata. - Su voz salió seria pero sus comisuras se encontraban ligeramente elevadas.

- No necesito ni quiero tus consejos. - Puse los ojos en blanco y le dedique una sonrisa hipócrita.

- Qué grosera sueles ser cuando te lo propones, te ves encantadora. - Sonrió con altanería mostrando sus perfectos dientes, mirándose increíblemente sexy. Calmate Savannah, me regañó mi subconsciente.

- ¿Te habían dicho que eres muy raro e insoportable? - Desvíe la mirada tratando de verme lo más desinteresada posible mientras cogía otro shot.

- Sí, también me han dicho que soy sexy. - Sonó tan arrogante que casi sentí como se rompía mi mandíbula de lo apretaba que se hallaba.

Tomé el shot tan rápido como mi garganta me lo permitía reprimiendo una mueca sin mucho éxito. Lo miré por un momento y me encontré detallándole hasta las Nike que llevaba puestas, las cuales eran negra haciendo juego con su suéter el cual caía justo debajo de sus vaqueros. Su cabello estaba peinado hacia atrás haciéndolo ver guapísimo, sus ojos me miraban con vacilación y no fue hasta que visualice la sonrisa egocéntrica en sus labios que caí en cuenta en lo que estaba haciendo. Baje la cabeza maldiciendo mentalmente mi curiosidad ¿o serían los tragos? De pronto me sentía muy capaz de todo, así que subí la cabeza encontrandome nuevamente con esos ojos grises que me miraban expectantes.

- Pues yo no opino lo mismo, eres un idiota. - Mentí seguido de una verdad.

De su garganta brotó una carcajada cargada de burla y arrogancia, se colocó a escasos centímetros de mi y casi podía sentir el roce de sus labios. Empuje su cuerpo abruptamente deteniendo sus intenciones para luego mirar hacia los lados cerciorándome de que nadie estuviera viendo la vergonzosa escena. El soltó un bufido lleno de cansancio y yo le lance una mirada de muerte para luego alejarme de el. Sabía en el fondo que me traería muchos problemas las sensaciones que experimentaba cuando me encontraba cerca de el, la mejor opción era intentar mantenerme al margen y tratar de ignorarle. Claro, por supuesto que lo harás Savannah sera taaan fácil obviando el tema de que es tu vecino.. Sacudí la cabeza ignorando mi subconsciente que no hacía más que complicarme más las cosas. Solté un suspiro lleno de frustración y me encamine hacia las afueras de la casa, necesitaba respirar aire fresco pues comenzaba a sentirme un tanto mareada y sofocada, sentía como si caminara sobre las nubes y fue en ese momento donde me arrepentí de haber tomado más de lo que imponían mis límites.

El aire frío chocaba contra mi rostro consiguiendo así relajar mis músculos, comenzaba a sentirme considerablemente bien y tranquila. Quizá era el alcohol que circulaba por mis venas ¿Por qué nunca lo había hecho?, si ya lo sé; Intentaba ser la hija predilecta de mis padres. Me esforzaba tanto por impresionarlos que algunas veces me perdía, no obstante tampoco es que odiara mi vida.. ¿O si? ¡Demonios!

Mi mente viajó al pasado contemplando eso que tanto intentaba desaparecer de mi mente.

- Te prometo que seré bueno contigo Savannah, nada malo va pasarte. Sólo dolerá un poco bebé - Sus ojos irradeaban deseo mientras recorría toda mi extensión y sus manos dejaban delicadas caricias en mis muslos ya expuestos.

Solté un gemido ahogado cuando su mano derecha se detuvo en mi feminidad frotando en círculos y acariciando de tanto en tanto, mi mente nublada por el deseo me decía que debía detener todo esto pero mi cuerpo no reaccionaba. Sus labios recorrieron mi cuello con regocijo, mordisqueando mis hombros para luego subir a mis labios y dejar un beso lleno de lujuria haciéndome perder la cordura.

- P-por fa-favor - Balbucee desconcertada. - Detente.

- Shhh. - Tomo el principio de mis bragas y me miró a los ojos denotando urgencia - Tranquila, te cuidaré.

Unos pasos me hicieron salir de mis recuerdos, gracias al altísimo. Debes olvidarlo Savannah, entierralo lejos.. Pensé. Me giré y me encontré una muy ebria Alice con algo de maquillaje regado bajos sus ojos.

- ¿Donde te has metido Sav? Te he estado buscando un buen rato. - Su sonrisa no podía ser más grande y su voz se escuchaba distorsionada.

- Solo salí a tomar aire fresco, me sentí agobiada. - Fingí la mejor sonrisa que pude y camine hacia ella pasando mi brazo por sus hombros. - Ahora vamos allí dentro a seguir festejando.

Ella me lanzo una sonrisa y chasqueo la lengua para luego hacer un ademán con la mano invitándome a entrar.

La mayoría de la gente se encontraba en un estado de ebriedad muy notable, todos bailando dejando a un lado las inseguridades y los miedos. Sentí una punzada de envidia por lo felices que se miraban todos, divise en una esquina a Stephen devorando a Lucy y mi estómago se encogió en respuesta. Parecía que tendrían sexo allí mismo, no podía estar molesta por eso.. ¿O si lo estaba? ¡Al carajo!

Me dirigí a la mesa y tome tres shot seguidos, tomé un trozo de limón y lo exprimí en mi boca para alivianar el sabor del tequila. Camine decidida al centro y comencé a menear mis caderas al ritmo de Lean on de Major Lazer, la había bailando antes si; pero en mi habitación.. Sola. El alcohol hacia estragos en mi y de momento me sentía capaz de todo, bailaba como si no hubiese mañana sabiendo muy en el fondo que quizás mañana me arrepentiría. Sentí unas manos rodear mi cintura y me giré instintivamente topandome con un chico alto y fornido, sus orbes verdes me miraban divertidos esbozando una sonrisa tierna que me descompuso por un momento.

- Bailamos? - Comento obvio sin borrar la sonrisa de su rostro. Asentí enseguida disipando la inseguridad de mi cuerpo y opte por seguir bailando deliberadamente.

Su manos tomaban mis caderas posesivamente y yo me encontraba esforzándome por impresionarlo meneando las mismas sin pudor alguno, sintiéndome una diosa por las mirabas expectantes alrededor, acompañadas de silbidos y algunos gritos por partes de mi mejor amiga. Sentí una mirada penetrante y fijé mis ojos en el, Stephen.

Mordía sus labios con deseo y detallaba cada centímetro de mi cuerpo, me regaló una sonrisa llena de deseo y me hizo señas con la mano para que lo siguiera mientras subía escaleras arriba, sabía que estaba mal seguirle por lo cual mi mente me regañaba, no obstante me encontraba dirigiéndome en su dirección. ¡Detente! ¡Para! Gritaba mi subconsciente ... Pero ya era demasiado tarde, Stephen yacía recostado al umbral de una de las puertas de alguna habitación con una sonrisa que podría derretir al mismísimo diablo.




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¡Enhorabuena! ♥

Tentación Peligrosa ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora