Capitulo 1: No somos amigos.

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Savannah.

Unos golpes en la puerta me hicieron despertar, mire el reloj que reposaba sobre la mesita de noche 10:05 pm maldije por lo bajo. Era fin de semana se suponía que debía estar disfrutando de dormir, la noche se me había echo realmente larga.. Pensé en lo sucedido y sacudí la cabeza tratando de alejar esos pensamientos de mi mente. Caminé hacia la puerta y la abrí a medias para encontrarme a mi madre del otro lado, llevaba su cabello amarrado en un coleta alta, un vestido floreado que llegaba más abajo de sus rodillas y un poco de maquillaje muy ligero.

- Cariño no quería despertarte pero necesito que bajes. - Mascullo en un tono dulce casi chantajista.

- Y se podría saber para qué? Quiero decir, que es tan importante para interrumpir el sueño de una persona?.- Solté sonando algo grosera, me encontraba de muy mal humor.

- Tenemos visitas hija, ya sabes que hay que hacer sentir a gusto a todas las personas que lleguen al vecindario y más si se toman la molestia de venir hasta aquí con la mejor intención. - habló decidida y orgullosa. - Arreglate, te espero en la cocina.

Giro sobres sus talones y se fue dejándome con las palabras en la boca. Mi madre podría ser muy exasperante de vez en cuando.
Me di un baño largo y relajante, al salir me coloque unos shorts y un suéter, aplique un poco de brillo en mis labios y deje mi cabello suelto para que se secara con el aire.


Mi madre se encontraba en la sala de estar hablando muy animada con quién supuse era la nueva vecina, su hijo se encontraba sentado a su lado junto a una joven rubia con los ojos azules como el océano muy parecidos a los de su madre, llevaba el cabello en ondas suelto hasta los hombros, sus labios y nariz perfilada muy parecida a su hermano. Era hermosa de eso no tenía duda, su mirada se clavó en mi y esbozo una sonrisa.

- Savannah, ellos son los nuevos vecinos. Quisieron venir a saludar y presentarse. - Dijo mi madre sonando muy emocionada.

La entendía, hace mucho que no teníamos visitas inesperadas ahora mi madre tendría con quien hablar y mostrarle lo buena que era en la cocina. Pero no eran de mi agrado, no tenía la mínimo intención de hacer amistad.

- Mucho gusto y bienvenidos. - Dije sin más, con ninguna expresión en mi rostro. No quería sonar tan grosera pero ya estaba hecho.
Mi madre me dio una mirada de pocos amigos, estaba segura de que me reprendería en cuanto ellos se fueran.

- Mucho gusto Savannah, soy Vivian. Ellos son mis hijos Greysel y Stephen. - Pronunció cada palabra con una emoción extraña, era una mujer muy hermosa, su cabello largo de color dorado, ojos azules como el mar profundo. Labios finos y poseía unas pestañas largas que hacían resaltar mucho sus ojos, tenía un cuerpo voluptuoso y una voz extrañamente tranquilizadora.

- Ojalá podamos ser amigas, no soy muy popular aquí que digamos. - Dijo Greysel sonriendo mientras caminaba sentándose a mi lado, estiro su mano la cual estreche por educación devolviéndole la sonrisa.

- Esta bien, aunque yo tampoco lo soy - Solté una carcajada porque era la realidad, no tenía problemas con eso.

Mi madre siguió hablando con ellos y yo me dirigí a la cocina, no tenía ganas de ser adorable hoy, en realidad nunca. Sentí unos ojos posarse sobre mi y me di vuelta para encontrarme con Stephen, mis manos comenzaron a sudar ligeramente al recordar lo que había pasado hace algunas horas, sentí mis mejillas arder y desvíe la vista. Sus ojos parecían ver dentro de mi y de repente me sentí muy sofocada.

- Parece que no has dormido bien, sav. - Soltó el caminando lentamente hacia mi, me dio una sonrisa de lado y todo el desbordaba egocentrismo.

- No me digas Sav, no somos amigos. - Dije seria.

- No, somos vecinos. Pero podríamos ser muy buenos vecinos Sav. - Su voz ronca provocó una corriente en mi interior.

Se poso frente a mi muy cerca, podía sentir su respiración en mi rostro, mis manos comenzaban a sudar aún más y sentía que me perdía en sus ojos. El tenía algo extraño, una mirada oscura y vacía. Me sentí ahogada así que me separé muy rápido caminando hacia otro lugar, aún podía sentir su mirada clavado en mi extensión.

- No me interesa ser tu vecina, me da igual. - Masculle molesta.

El largo una carcajada. - Estas segura de eso, Sav..- mi nombre le salió en un susurro agobiante. - Porque he descubierto tu fetiche extraño, si es que así se le puede decir a andar espiando a las personas.

De repente me faltó el aire y mi corazón latió a un ritmo antinatural. Lo mire incrédula y respire profundo.

-No tengo ningún fetiche extraño, ni tampoco te estaba espiando - Mentí. - Eres muy desagradable James, espero que te lo hayan dicho antes.

El rodó los ojos y luego sonrió vacilante - Qué tonta eres Blade. - Camino hacia mi y susurro en mi odio. - El infierno esta echo para los mentirosos Sav, parece que te gustan las cositas malas eh? hay un sin fin de esas cosas que te pueden gustar mucho. - Dejo un beso en mi cuello que me descompuso por unos segundos y se marcho.

No entendía porque me había quedado allí quieta sin decir nada.. Sav, eres una estúpida, menudo idiota lo único que quería era tenerlo alejado de mi vida.

No volví a escuchar más ruidos y decidí irme a mi habitación, necesitaba hablar con Alice, la extrañaba era la única persona que realmente estimaba en la vida y sentía la necesidad de contarle lo que ha pasado estos últimos días, hasta que una voz muy conocida para mi desgracia resonó en mis oídos.

- Has sido muy grosera Savannad Joanne.- Dijo mamá con el ceño fruncido y mostrándose irritada.

- Lo siento mamá, que quieres que haga? Apenas y sabemos de ellos. - Rodé los ojos.

- Por eso mismo, estas dando mala impresión desde el principio - Dijo ella irradiando molestia.

- Crees que eso me importa? Ya dejemos las apariencias mamá, me dan igual-. bufé y me retiré escuchando algunas palabras de su parte a las cuales no les preste atención.

No podía obligarme hacer como no soy, sin embargo por alguna extraña razón tenía curiosidad. Una curiosidad inmensa por saber más sobre ellos, porque se habían mudado. Había escuchado decir que ellos tenían mucho dinero, que poseían gustos exóticos y raros pero no quería estar cerca de James.

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María♥.

Tentación Peligrosa ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora