𝐀𝐁𝐒𝐎𝐋𝐔𝐓𝐈𝐎𝐍
❝Todo lo que una vez creímos vencer, se nos vendrá encima.❞
𝐈rina Morgan ha vuelto a Wakanda con vida, sin embargo, dejando a Kyle Belkova en el camino junto al nuevo Hechicero Supremo y perdiendo a su m...
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IRINA MORGAN OBSERVABA COMO LA NAVE MILANO ATERRIZABA EN EL CÉSPED SIN PROBLEMAS. Scott, quien se encontraba desenvolviendo un taco, se asustó al ver a la gran nave llegar. Irina soltó una carcajada antes de recibir a Nébula, indicándole que se quedara adentro, luego, con estruendoso ruido, Rhodes aterrizó y Scott perdió su taco en el camino. Al girarse, se encontró con Bruce, quien había empacado y se dirigía a la salida. Se lo veía de un humor positivo, como si realmente hubiese una segunda oportunidad de hacer las cosas bien. Eso realmente esperanzó a la rubia de cabellos cortos.
—¿Adónde vas?
—Iremos a buscar a nuestro dios nórdico.
Irina no debía adivinar. Ellos iban en busca de Thor Odinson.
La muchacha se relamió los labios antes de asentir, sonriéndole a su compañero antes de verlo alejarse con Rocket hacia la nave. Rhodes entró por la entrada principal, junto con su traje e Irina le sonrió a modo de saludo antes de dejarlo pasar – siendo recibido por Tony. La muchacha volvió su vista a Bruce, quien le tendió dos tacos a Scott. La muchacha soltó una carcajada mientras negaba con completa diversión, la Milano encendiendo sus motores de fondo y alzando vuelo para salir disparada hacia el cielo – dirigiéndose al nuevo destino.
Morgan suspiró, girándose sobre sus talones para poder reunirse con sus hijos, quienes comían tacos junto a Natasha y Nébula. Steve, Tony y Rhodes hablaban en la cocina mientras que la joven entraba al comedor por el umbral. James la saludó con su mano llena de carne para continuar corriendo, Roman le sonrió cuando ella le acarició el cabello largo. Al sentarse, la ex-espía le tendió un plato con dos tacos, los cuales la rubia comió sin problemas. La joven miró a sus hijos antes de preguntar—¿La pasaron bien con Morgan?
—¡Sí!—exclamó James con completa alegría—. Comimos paletas de frutas por la noche.
—Y también espiamos al tío Tony—respondió Roman antes de secarse la boca con una servilleta—. Estaba haciendo algo en su computadora.
James señaló a Tony, quien entraba a la cocina—¡Y dijo una grosería!¡Diablos!
Irina y Natasha se quedaron en silencio, ambas fijando sus miradas en el padrino designado y derecho que se encargó de reclamar su lugar en ambos niños – de alguna forma matándolo en silencio mientras que él levantaba las manos en defensa propia. Los chicos empezaron a reírse a carcajadas mientras que Steve y Rhodes salían en silencio – casi escabulléndose para no ser tragados por el mismo agujero del cual Tony se hundía.
—Diablos—volvió a decir James.
—Nope, definitivamente no puedes decir esa palabra—declaró la rubia fulminando a su hijo por la mirada.
