xxxviii. chasquido destructor

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RUINAS,
capítulo treinta y ocho: chasquido destructor!


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          IRINA MORGAN-ROGERS SE RECOMPUSO COMO PUDO, sintiéndose abatida y fortificada al mismo tiempo. Ella dio por sentado de que la próxima fase de la misión debía ser rápida y concisa, sin errores por cometer o todo se iría por la borda en menos del tiempo que utilizaron para conseguir todas las gemas. Ahora ya no podía haber más sacrificios si querían traer a todos de vuelta. Si querían que la muerte de Natasha Romanoff valiese la pena, después de todo. La joven rubia volvió a la base junto a sus niños, ambos tomados de las dos manos de su madre, se encontraron con Tony, Bruce y Rocket agarrando las gemas para llevarlas al laboratorio. Irina dejó a sus hijos en la sala de estar y se dirigió a la cocina para preparar el almuerzo.

          De alguna forma, aquel sentimiento abrumador aún seguía carcomiendo cada nervio de su cuerpo y era feroz en su sistema, e Irina se vio alojada en un lugar muy lejano al presente, encerrada en sus propios pensamientos – mientras mantenía su mirada fija en la ventana. Sus ojos picaron, pero ella no podía soltar más lágrimas – ¿por qué lo haría? Ella se había cansado de llorar sus pérdidas en la batalla y permanecer firme para sus hijos era lo más importante. Lo que estaban a punto de lograr, en cierto sentido, era algo grande y si llegaban a hacerlo bien...todos volverían a casa. La joven sintió una mano en su espalda baja y al salir de aquel interminable trance, giró un poco su cabeza, encontrándose con Steve, mirándola de forma curiosa.

          —Creí haberte perdido por un momento—dijo él colocándose a su lado, viendo como la mujer de cabellos rubios volvía a su tarea de cortar las verduras—. ¿Cómo te sientes?

          Irina sentía muchas cosas en su cabeza en ese momento.

          Sin embargo, Steve Rogers no era un telepata, pero sabía cuando algo iba mal. E Irina no lo culpaba, luego de años de convivencia, Steve podía leer a Irina como si fuese un libro abierto.

          —Estoy destrozada, Steve—respondió Irina concentrándose en cortar bien la zanahoria—. Física y mentalmente, todo lo que hemos visto hoy fue un gran golpe. No solo para mi, si no también para ti y el resto del equipo—se detuvo por un momento para mirarlo—. La muerte de Nat nos cambió a todos y...creo que ya no podré seguir con esto.

          Steve no se mostró consternado por la decisión de Morgan, por que él quería lo mismo. Irina no quería renunciar al matrimonio, si no que quería renunciar a ser una vengadora – ella quería hacerse a un lado. Y para Steve, aquello era suficiente para confirmar sus dudas, ya que él también quería hacerse a un lado. El retiro estaba para varias personas, incluyendo a Tony, incluyendo a Clint. Pero aún faltaba completar una sola misión y hasta acabarla, ellos se quedarían.

          —Lo sé—dijo Steve a pocos metros de ella—. Hace tiempo que quieres hacer eso—Irina estuvo a punto de protestar pero el rubio alzó una mano—. Irina, eres un libro abierto y lo sabes muy bien. No necesito tener poderes para saber que algo anda mal. Desde que tuvimos a Roman, siempre consideraste el simple hecho de retirarte y créeme, yo también lo hice. Pero Thanos vino aquí.

ABSOLUTION ━━ Steve Rogers ³ ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora