|Capitulo 27|

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Los últimos cuatro días habían estado repletos de locura. Y cuando hablo de locura, me refiero a la clase que sale de los manicomios, porque últimamente la casa de los Hemmings parecía más un manicomio que un hogar. Tris se había enterado de lo de Tony y Zoe, lo cual no ayudó para nada a que su mal humor por haber recibido una bala mejorara. Niall andaba muy extraño, incluso hasta paranoico. Una mañana en el desayuno, Michael le había pedido el cereal, y él le había gritado porque estaba harto de que todo el mundo se comiera el cereal de Calum, cuando hacía alrededor de quince minutos, él se había servido un gigantesco tazón. Michael, por su lado, era de los más normales de la casa. Generalmente siempre se escuchaba un grito suyo que provenía de algún rincón al menos unas tres veces por día. Ahora, sólo se lo escuchaba gritar una vez, con suerte, y era porque no podía pasar un nivel de uno de sus videojuegos. Me preocupaba bastante, todavía seguía pensando que la causa de que estuviera tan normal (que era sumamente extraño en él) era yo y lo que había pasado entre nosotros, o mejor dicho, lo que nunca había pasado. Gina era una persona completamente distinta, y me preguntaba seriamente si sufría algún trastorno de personalidad que la hubiera puesto así. Tenía a Jonathan dando vueltas por toda la casa a eso de la cinco de la madrugada, cuando le daba alguno de esos antojos raros que a un vampiro podían darle. Una noche escuché a Jonathan discutiendo desesperadamente con Luke porque a Gina le había dado un "antojo de gato" que había sido más fuerte que todos nosotros. Obviamente Luke terminó por encerrarse en la habitación con _______, intentando no escuchar cómo temblaban las paredes. Y es que los antojos de Gina no eran para nada normales, Michael me había dicho que una vez hasta la había visto caminar por el techo, pero pensé que probablemente estaba fastidiando conmigo, aunque ahora lo estaba pensando con seriedad. Además, si se le antojaba llorar, no parecía poder parar nunca más. Gina tenía miedo, demasiado miedo porque el último hijo que había tenido, había muerto, o mejor dicho, lo habían matado, y nadie creía que la familia Hemmings pudiera soportar eso nuevamente. Además, el bebé se movía en la panza de Gina como si estuviera disfrutándolo y daba de vez en cuando patadas. Gina no podía evitar toda esa situación, era demasiado para ella, así que simplemente se volvía completamente desquiciada. Por otro lado, Calum no me dirigía la palabra, y parecía tener un montón de secretos que contarle a Luke, porque últimamente vivían prácticamente uno al lado del otro. Me molestaba por supuesto, tanto, que en las cenas familiares era la primera en gritar que si querían tener una conversación, la tuvieran como personas normales. Calum parecía querer matarme, y Luke simplemente tenía esa cara de querer desafiarme constantemente que me volvía más loca de lo que estaba. Nos peleábamos por absolutamente todo, sin importar el tiempo y lugar, y menos aún de lo que se tratara. La pelea podía comenzar siendo por una puerta, y terminaría por ser sobre por qué era tan estúpido. Había vuelto a entrar en su habitación como una docena de veces, pero su, ahora mejor amigo, Calum, siempre había estado ahí para impedirme tomar el cuaderno. Lo odiaba, muchísimo.

Parecía que Luke tenía todo perfectamente planeado, incluso sus insultos hacia mí o sus respuestas en nuestras peleas, como si supiera a la perfección todo lo que diría antes incluso de que pasara por mi mente. Me quedaba tan atónita ante sus respuestas, que mi mejor arma era insultarlo por última vez antes de salir corriendo de la habitación para no darle la posibilidad de cerrarme la boca con un muy buen argumento bien pensado. Lo odiaba. Me preguntaba en qué momento me había vuelto tan predecible que hasta Luke era capaz de responder más rápido a mi conducta, cuando en otros tiempos solía sorprenderlo constantemente con mis estupideces. Pero otros eran los tiempos, y otras habían sido las situaciones.

- Ten cuidado Calum, la topadora lo pasa todo por encima. - Dijo Luke, tomando el brazo de Calum y corriéndolo a un costado rápidamente cuando entré en la cocina con claras intenciones de empujarlo por estar en medio del camino a las alacenas.

Luke II; lrh |Adaptacion| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora